MANUEL GARCÍA
SESMA
Tudela, 1981
PRÓLOGO
Se
pueden hacer muchos estudios sobre Fitero a causa de su variada y dilatada
historia, así como por la enorme documentación que se conserva acerca de él. Lo
difícil precisamente es hacer una selección previa, entre tantísimos
documentos, para estudiar una cuestión determinada. La cuarta parte de este
libro, titulada MANUSCRITOS FITERANOS,
tiene cabalmente por objeto indicar a los futuros investigadores del pasado de
nuestro pueblo, las fuentes a las que pueden acudir, para documentarse
adecuadamente.
En
el presente volumen, nos hemos visto obligados a no insertar la biografía
crítica de San Raimundo, así como los estudios dedicados a diferentes autores
que han escrito páginas sobre nuestro pueblo, ni tampoco las leyendas fiteranas
de G. A. Bécquer, con comentarios, como habíamos anunciado, porque debido a su
extensión, habría que haber aumentado considerablemente sus páginas; y dada el
alza sensible que han experimentado últimamente las artes gráficas, habríamos
tenido que aumentar proporcionalmente el precio del volumen_ precio que es
bastante inferior al de los libros corrientes, porque el autor no cobra
absolutamente nada. De todos modos, para cubrir los gastos de impresión, nos
hemos visto obligados a incrementar el precio de este volumen en 50 pesetas
más.
Advertimos
que publicaremos la biografía de San Raimundo y los otros trabajos omitidos por
ahora, en el próximo volumen.
Finalmente
agradecemos su cooperación al Diputado Foral, D- Ángel Lasunción.
EL AUTOR
ÍNDICE
PROLOGO DEL AUTOR.
PRIMERA PARTE
TOPONIMIA FITERANA.
Capitulo I.‑ Toponimia
demográfica.
Capítulo II.‑ El nombre de
Fitero.
Capitulo III: Los nombres de
las calles, plazas y paseos públicos.
Capítulo IV‑ Toponimia
fisiográfica: los nombres de los términos territoriales y de los parajes.
Capítulo V.‑ Otros topónímos fisiográficos.
SEGUNDA PARTE
GAZAPOS Y GAZAPILLOS ACERCA
DE FITERO.
Gazapos y gazapillos acerca
de Fitero.
TERCERA PARTE.
ANTROPONIMIA FITERANA
I.‑ Los nombres propios de
persona.
II.‑ Los apellidos.
III.- Los motes.
CUARTA PARTE
MANUSCRITOS FITERANOS
I.‑ Manuscritos relativos al
Monasterio de Fitero.
II.‑ Manuscritos relativos a
la Villa.
QUINTA PARTE
POESIA FITERANA
Introducción.
Versos de Alberto Pelairea
Garbayo.
Versos de Luis Palacios
Pelletier.
Versos de Serafín Inúñez
Fernández.
Versos de Anselmo Pérez
Lacarra.
Versos de Manuel García
Sesma.
Versos populares anónimos.
CAPÍTULO I
La toponimia estudia el origen,
significado y transformaciones de los nombres del lugar. Estos lugares se
dividen en demográficos o habitados y fisiográficos o no habitados.
TOPONIMIA DEMOGRÁFICA
Comprende el nombre del pueblo y los
nombres de sus calles, plazas, travesías, paseos y edificios públicos.
La
nomenclatura actual de las calles de Fitero, incluye los 40 nombres siguientes,
ordenados alfabéticamente:Alfaro, Álvarez de Solís, Angós, Armas, Asiain,
Atalaya, Barrio Bajo, Bécquer, Calatrava, Carnicería, Cementerio, Cogotillo
Alto, Cortijo, Charquillos, Díaz y Gómara, Espoz y Mina, García Lahiguera,
Garijo, Huarte, Iglesia, Lejalde, Mayo, Mayor, Niencebas, Olmillo, Oñate,
Palafox, Paseo de San Raimundo, Patrona, Pelairea, Peñahitero, Pío XII, Pozo,
Sagasti, San Antón, San Juan, Tudején, Victoria, Villa y Ximénez de Rada.
Se pueden añadir como topónimos, ya en
desuso, pero no reemplazados por otros nuevos, los de Belenas, Callejón de
Santa Lucía, Oficina, Parador de San Antonio, Plaza de las Malvas, Plaza del
Molino, Plazuela de la Picota y Travesía de los charquillos, y como topónimos
en uso, pero sin denominación oficial, El Guache, Plaza de la Villa, Plaza de
la Iglesia y Paseo Viejo.
Completan la toponimia demográfica los
nombres de los edificios públicos, como la Casa Consistorial, Capilla de las
Clarisas, Cementerio, Cuartel de la Guardia Civil, Frontón, Grupo Escolar y
Biblioteca Pública, Iglesia Parroquial, Matadero Municipal, Piscina, Plaza de
Toros, Residencia San Raimundo y Teatro-Cine Calatrava.
Dejando estos últimos, cuyo significado
es obvio y no necesita explicación, vamos a ocuparnos de los restantes,
dedicando previamente un amplio estudio al nombre de nuestra villa.
CAPÍTULO II
EL NOMBRE
DE FITERO
La palabra Fitero procede
inmediatamente del antiguo sustantivo castellano fito, que significa hito o
mojón. En tal acepción, se usaba ya la palabra fito, en el lenguaje escrito
medieval, por lo menos, desde los siglos XIII y XIV, como puede verse en el Fuero de Usagre, I, y en el Libro de Caza del Infante don Juan
Manuel (77,20); pero es indudable que, en el lenguaje hablado, se empleaba
desde siglos anteriores.
La palabra fito proviene de la latina
vulgar fictu, y ésta, a su vez, de la
clásica fixum, que quiere decir fijo, fijado, plantado, como ocurre con los
mojones.
Asimismo la forma femenina ficta dio la palabra primitiva
castellana fita, con el mismo
significado de hito o mojón, y así es como se llamó en un principio el pueblo
del que fue Arcipreste Juan Ruiz, el famoso autor del Libro del Buen Amor, en cuyo verso III de la estrofa XIX, se llama
a si mismo “Arcipreste de Fita”[i].
Actualmente todavía se conserva como apellido la palabra Fita, bastando
recordar al sabio arqueólogo e historiógrafo P. Fidel Fita y Colomer, fallecido
en 1918.
Las primitivas voces fito y fita se
transformaron posteriormente en hito e hita, como joja en hoja, farina en
harina, furto en hurto, etc., pues el cambio de la f inicial latina en ha muda
fue un fenómeno fonético y gráfico corriente, en la formación del romance
castellano, por lo menos desde el siglo XI.
Parece, hasta cierto punto lógico,
quede hito se derivara, a su vez, hitero,
poscomponente del nombre del término territorial de nuestro pueblo, llamado Peñahitero y conocido vulgarmente por Pañetero. Pero no ocurrió así, sino que
Hitero fue una transformación directa de Fitrero, como hito de fito e hita de
fita. Y la prueba es que los nombres de dos antiguos pueblos castellanos,
llamados actualmente Itero de la Vega, en la provincia de Palencia, e Itero del
Castillo, en la de Burgos, anteriormente se escribieron Hitero y primitivamente
se llamaron Fitero, según consta en dos versos del poeta del siglo XIII,
Gonzalo de Berceo, en su Vida de Sant
Millán de la Cogolla. Libro III, estrofa 468, verso I:
Frómesta
del camino cerca es de Fitero…
(Se
trata de Itero de la Vega, que está en la margen derecha del río Pisuerga, en
el partido judicial de Astudillo).
Estrofa 471, verso I:
Ambas a
dues la s villas que an nomne Fitero…
(Es
decir, Itero de la Vega e Itero del Castillo, que están situados uno enfrente
de otro; pero el segundo, en la margen izquierda de dicho río, en el partido
judicial de Castrogeriz). Así, pues, Hitero es una transformación directa de
Fitero, e Itero, de Hitero; pero ni Hitero ni Itero se derivaron inmediatamente
de hito ni de hita: lo cua es un detalle muy interesante, como veremos luego,
al refutar una interpretación etimológica de Isaac López-Mendizábal.
Asegura don Julio Altadill, seguido de
otros autores posteriores, que el nombre anterior de Fitero fue Itero[ii],
escrito por otros Hitero. Hay una razón filológica para rechazar a priori esta
versión y es que, si como hemos asentado anteriormente, en el largo proceso del
romanceamiento castellano del latín vulgar, la f inicial de palabra, seguida de
una vocal simple, se cambió ordinariamente en h o simplemente se perdió, jamás
la h se convirtió, por el contrario, en f; de manera que Fitero no puede
proceder de Hitero ni de Itero. Pero eixten además las pruebas documentales. Ya
el P. Moret, exagerando un poco la nota, asegura que nuestro pueblo se llamó “perpetuamente
Fitero. Y así lo llama la donación del Rey (la de Calatrava, hecha por Sancho
II de Castilla), las bulas pontificias e innumerables escrituras de aquel tiempo
y también las Memorias todas del Císter”[iii].
Desde luego, en todos los documentos de
los siglos XII, XIII y XIV, sólo aparece el nombre de Fitero y nunca los de
Hitero ni Itero. Sin embargo, estas denominaciones populares empezaron a
emplearse, en la segunda mitad del siglo XV, en el lenguaje hablado, por otra
de los vecinos primitivos del pueblo y en el siglo XVI, aparecen incluso hasta
en el lenguaje escrito, pero alternando con el viejo topónimo Fitero. Así, en
una carta de venta de una casa, fechada en 19 de septiembre de 1561, por los
notarios Gracián y Sebastián Navarro, se llama, al principio, a los vendedores,
Luis González y su mujer Inés Simón, “vecinos del lugar de Fitero”; mas, al
final, se dice que la escritura fue otorgada “en el dicho lugar de Ytero” (así,
con y griega), para añadir tres líneas después que los testigos eran vecinos
“del dicho lugar de Fitero”[iv].
En otra escritura de Gracián Navarro, del 18 de noviembre de 1581, acerca de un
convenio entre el Monasterio y el tejero de Corella, Domingo Sáez; se emplean
asimismo indistintamente los nombres de Fitero e Ytero[v].
Al final, se impuso el viejo topónimo
Fitero, que es como continuaron pronunciándolo y escribiendo los monjes de la
Abadía, que eran los señores temporales y espirituales del pueblo.
Sin embargo, sobrevivió la forma
popular de Hitero en Peñahitero, la cual data también de los comienzos del
vecindario, pues en los siglos anteriores se llamó y escribió siempre Peña de
Fitero o Peñafitero, como aparece todavía en el Apeo de Feloaga del año 1655[vi].
En efecto, en una escritura de venta de una pieza de tierra a San Raimundo por
doña Toda y sus hijos, en noviembre de 1157, se habla de “illa Penna de Fitero”, y en otra de permuta de una heredad, entre
el abad Guillermo y Pedro de Cintruénigo, realizada unos veinte años después,
de nombra la “Peña de Fiterio[vii]”.
La supervivencia de Peñahitero se
explica por ser una forma hablada, empleada por los campesinos, quienes la
transformaron más tarde en Pañetero.
La interpretación etimológica de la
palabra Fitero que hemos expuesto al principio, ha sido puesta en entredicho
por el eminente filólogo vasco Isaac López-Mendizábal, quien, en sus Etimologías de apellidos vascos,
aventura que Fitero procede del vasco ita,
que significa zarzal, añadiendo sin verdadera convicción: “El nombre de Fitero
no tendría relación con la palabra hito o mojón[viii]”.
Así: “no tendría…”, en condicional o
potencial- Se ve que no estaba muy seguro de ello. ¿Pruebas? No aduce ninguna y
tropezándose con la dificultad de explicar satisfactoriamente la f inicial,
pretende salir del paso diciendo que es una letra protética. Prótesis es una
figura de dicción que consiste en añadir una o más letras al comienzo de un
vocablo, como arrepasar por repasar. ¿Y quién añadió esa letra? ¿Los fiteranos?
No los había entonces. ¿Los monjes? Tampoco, pues el nombre es anterior a su
instalación en Fitero. Por otra parte, de ser ita, zarzal, el origen de la palabra Fitero, es evidente queel
primitivo nombre de nuestro pueblo habría sido Itero, y esto no es cierto, como
lo hemos visto. Además hay que tener en cuenta que el sufijo –ero no es vasco,
sino castellano y es lógico que la raíz fit- lo sea también. Es exactamente lo
que ocurre con Peñahitero, pues, siendo peña de indudable origen castellano, es
lógico que hitero lo sea también. De
lo contrario, ¿por qué, al formarse tal nombre compuesto, se habría elegido un
precomponente castellano y un poscomponente vasco? Es verdad que en Navarra hay
algunos topónimos híbridos y hasta tautológicos, como el Valle de Arán, que
significa el Valle del Valle (del castellano valle y del vasco aran, valle);
pero no son corrientes, y además, en nuestro caso, no hay ninguna explicación
histórica ni filológica que abone tal formación. Por otro lado, Peñahitero, con
el significado de Peña – zarzal, no es un concepto muy comprensible que
digamos; pues ni hay zarzales naturales de piedra ni brotan fácilmente los zarzales
en las rocas; por lo menos en su superficie.
De
todos modos, la interpretación de López-Mendizábal no es precisamente absurda y
extravagante, pues se podría alegar en su favor que el vascuence, durante el
siglo XII, se hablaba bastante en la Rioja. Sí, pero en la alta, no en la Baja,
con la cual colinda Fitero, que a la sazón, pertenecía a Castilla y no a
Navarra.
Quede,
pues, bien asentado que el nombre de nuestro pueblo no procede etimológicamente
del vasco ita, sino del sustantivo
castellano fito.
Otra
cuestión importante es la de averiguar por qué a nuestro territorio se le dio
precisamente el nombre de Fitero y no otro distinto. ¿Cuál fue el origen de
esta denominación específica; o mejor dicho, su motivación?
Pascual
Madoz, en su gran Diccionario geográfico, estadístico e histórico de España y
de sus posesiones de Ultramar, asegura que el nombre de nuestro pueblo proviene
de la Peña de Hitero[ix]. Y
lo mismo han repetido después, copiando probablemente a Madoz, el Diccionario Enciclopédico Hispano-Americano[x],
la Enciclopedia Universal Ilustrada de
Espasa-Calpe[xi]
y el Diccionario Enciclopédico U.T.E.H.A[xii].
Ya
el académico de la Historia, Manuel Abella, había aducido también esta versión,
aunque calificándola de “menos verosímil”, en el Diccionario Geográfico-Histórico de España por la Real Academia de
la Historia[xiii].
Desde
luego, tomada esta afirmación al pie de la letra, es completamente falsa, pues
ya hemos demostrado que Fitero no proviene de Hitero; pero podría tener alguna
verosimilitud, si se tiene en cuenta que Peñahitero se llamó primitivamente
Peña de Fitero. Ahora bien, en los documentos más antiguos del Cartulario de
Fitero, aparece primeramente Fitero a secas; es decir, un lugar determinado,
llamado así, y más tarde, Peña de Fitero, o sea, una Peña de ese lugar.
Efectivamente, un documento del 17 de septiembre de 1147 dice textualmente:
“locum de Fitero” (lugar de Fitero), mientras que el primer documento que
nombra la “Peña de Fitero” es de 1151[xiv].
Así, pues, el topónimo Fitero fue anterior al de Peña de Fitero y, por lo
tanto, no procedió de éste.
Otra
opinión sobre el origen histórico del nombre de nuestro pueblo es la que lo
atribuye a un supuesto apellido de Fitero del rico señor del siglo XII, don
Pedro Tizón, abuelo del célebre arzobispo de Toledo, don Rodrigo Ximénez de
Rada. De acuerdo con esta versión, don Pedro habría donado a San Raimundo la
heredad sobre la cual estableció éste su célebre monasterio del Cístero, hacia
el año 1152 y, en reconocimiento a tal donación, se dio primeramente a dicho
convento su pretendido apellido de Fitero y, a continuación, al poblado formado
en torno suyo.
Es
lo que afirma el anónimo autor del artículo sobre Raimundo Serra (San), en el Diccionario Hispano-Americano[xv];
artículo que fue probablemente redactado por don Severino Doporto, principal colaborador
de dicha obra, en materia de Biografía española. Lo más curioso del caso es que
esta aserción está en contradicción con la opinión emitida anteriormente el
mismo Diccionario, por su colaborador
de Geografía Española, en el artículo dedicado a Fitero, haciendo proceder Peñahitero
el nombre de nuestro pueblo. Inconvenientes de la colaboración múltiple de las
grandes enciclopedias. ¿Cómo no se les ocurrió ponerse de acuerdo?
Esta
versión antropo-toponímica es inadmisible, en primer lugar por cuanto sabemos
que con anterioridad a dicha donación –que, por otra parte, no es cierta- el
lugar se llamaba ya Castelló o Fitero, y en segundo término, porque, en ninguna
historia ni documento antiguo se llama a dicho señor don Pedro de Fitero, sino
don Pedro Tizón, don Pedro de Rada o don Pedro de Cadreita. Y si se alega que se
trataba de un segundo apellido, éste es completamente inverosímil en aquella época,
pues a mediados del siglo XII casi nadie –por no decir nadie- llevaba dos
apellidos, ni en Castilla ni en Navarra ni en los demás estados cristianos
peninsulares. El materno, tal como lo usamos hoy, tardó todavía varios siglos
en introducirse en España. Desde el siglo IX, algunos reyes y nobles, imitando
a los árabes, empezaron a usar, después de su nombre de pial, un patronímico:
Sánchez, hijo de Sancho; Rodríguez, hijo de Rodrigo, etc.; o bien, el nombre
del lugar en que había nacido o en el que tenían posesiones: Rodrigo de Amaya,
Salomón de Cerdaña, etc.; mientras que la inmensa mayoría de los señores y
plebeyos ó llevaban el nombre de bautismo y algún apodo, que, al final, se les
quedó como apellido.
No
hay más que pasar revista a los personajes que desfilan por el Poema del Mío
Cid y el Poema de Fernández González, para comprobar esta aserción. Ninguno
lleva dos apellidos, empezando por el mismo Cid, quien no se apellidaba Díaz de
Vivar, como dicen las historias, sino Díaz a secas (que quiere decir hijo de
Diego, pues lo era, en efecto, de Diego Láinez), agregándose a menudo de Vivar,
no como verdadero apellido familiar, sino como una indicación del lugar de su
nacimiento. Se puede verificar con numerosísimos versos del poema y, sobre
todo, con las declaraciones personales de los dos siguientes:
Verso 721: Yo
soy Roy Díaz, el Çid de Bivar Campeador…
Verso 1.140: Ca
yo so Roy díza, mío Çid el de Bivar…[xvi]
Y
lo mismo ocurría, a la sazón, en Navarra y en las Vascongadas. Efectivamente,
en la escritura de fundación del monasterio de Varria (San Agustín de
Echevarría, término de Elorrio), verificada en 1053, por don Sancho IV de
Navarra –escritura publicada por el P. Fidel Fita-, aparecen los nombres de
varios donantes y confirmantes, seguidos, al parecer, de dos apellidos: uno
patronímico y otro toponímico, como Muno Assandoz de Arroita, Sancio Telluz de
Olhabehezahar, etc.; pero los segundos no son verdaderos apellidos familiares,
sino simples designaciones del lugar de nacimiento o de residencia, y la prueba
es que, en dicha escritura, aparecen varios hermanos, nacidos o residentes en
diferentes localidades y su, al parecer, segundo apellido también varía. Por
ejemplo, los hermanos Acenario Momez de Azubarro y Guidero Momez de Ankelo, así
como Acenario Sanroíz de Ibarra y Acenario Sanzoiz de Berrio[xvii].
Sólo hacia la segunda mitad del siglo
XII algunos señores y caudillos guerreros empezaron a añadir a su patronímico
–los que lo tenían, y no era precisamente éste el caso de don Pedro Tizón- el
nombre del lugar en que habían nacido y, sobre todo, de las tierras o pueblos
cuyo dominio o posesión tenían: Diego Ordóñez de Lara, Diego López de Haro,
etc.; costumbre que acabó por generalizarse en los siglos XIII y XIV. Ahora
bien, es evidente que este segundo apellido locativo presuponía la existencia
anterior del lugar de referencia, con su topónimo correspondiente. De manera
que era el nombre del lugar el que daba origen a ete apellido y no al
contrario. Por consiguiente, aplicando esta doctrina antroponímica al caso de
don Pedro Tizón, es indudable que, si hubiese llevado como segundo apellido de
Fitero, porque tenía propiedades en nuestro término municipal –ya que no nació
en él-, es nuestro pueblo el que le habría prestado su segundo apellido y no su
pretendido segundo apellido el que habría dado nombre a nuestra villa.
Por lo demás, la verdad del caso, en lo
referente a don Pedro Tizón, es que, por de pronto, no tuvo ningún apellido antroponímico.
Según el historiaror Alfonso Núñez de Castro, en su Crónica de los señores reyes de Castilla, don Sancho el Deseado, don
Alfonso el VIII y don Enrique el I (Madrid, 1665), el primer apellido que
usó don Pedro fue el toponímico de Rda, sin duda por haber nacido, al parecer,
en esta villa, hoy despoblada –en el territorio actual de Traibuenas, partido
judicial de Tafalla- y además, por ser señor de ella, así como de Cadreita,
Monteagudo, Caparroso y otros lugares.
El P. Javier Gorosterratzu, en su libro
Don Rodrigo Jiménez de Rada (Pamplona,
1925), asegura que don Pedro usó, sin embargo, de preferencia, el apellido
toponímico de Cadreita, por ser este
señorío más importante que el de Rada.
En cuanto al apellido Tizón, se trata
simplemente de un sobrenombre que adoptó más tarde dicho señor, a causa de un
caso prodigioso que le ocurrió en un combate y que refiere el historiador
zaragozano del siglo XVI don Jerónimo Blancas y Tomás.
En cuanto al apellido Tizón, se trata simplemente de un sobrenombre
que adoptó más tarde dicho señor, a causa de un caso prodigioso que le ocurrió
en un combate y que refiere el historiador zaragozxano del siglo XVI don
Jerónimo Blancas y Tomás.
En el instrumento de la concesión del
Fuero de Sobrarbe, hecha a Tudela por Alfonso I el Batallador y que se conserva
en su archivo catedralicio, aparece ya entre los firmantes Petrus Tizón in Stella el Monteacuto. Lleva la fecha de septiembre
de 1117, pero no es muy segura. Ahora bien, lo que no aparece en ningún documento,
es su pretendido apellido locativo de Fitero. Hay, pues, que concluir que no
procede de él la denominación de nuestro pueblo.
Entonces, ¿cuál fue el verdadero motivo
de que se impusiera a nuestra villa el nombre de Fitero? Sin duda alguna, su
situación geográfica fronteriza, tal como lo indica su significado etimológico;
a saber, peña que sirve de hito o mojón y señala los límites de un territorio.
La mayoría de los historiadores que se han ocupado de nuestro pueblo, como
Manuel Abella, Vicente de la Fuente, Pedro Aguado Bleye, Pedro de Madrazo,
etc., son del mismo parecer.
Por otra parte, la historia confirma
esta opinión, basada en la etimología; pues, en efecto, Fitero, desde su
nacimiento hasta hoy, ha sido frontera de los antiguos reinos de Castilla,
Navarra y Aragón.
Incluso
tradiciones antiguas, como la del Mojón de los Tres Reyes, atestiguan esta
condición secular de nuestro pueblo. Tanto es así que Pascual Madoz, De la
Fuente, Julio Altadill y otros autores citan a este propósito, relacionándolo
indebidamente con nuestro pueblo, el viejo cantar castellano:
Harto era
Castilla
pequeño
rincón,
cuando Amaya
era cabeza
y Fitero,
mojón.
Este cantar coincide exactamente con la
estrofa 170 del Poema del Conde Fernán González, la cual reza así:
Enotonces era Castyella
un pequnno ryncón,
era de castellanos
Montes d´Oca mojón,
e de la otra parte,
Fitero el fondón.
moros tenían Caraço
en aquella sazón[xviii].
Ahora bien, el Fitero de estos cantares
no es nuestro pueblo, como creían dichos autores, sino uno de los dos ribereños
del río Pisuerga. Don José Terrero[xix]
afirma que era Hitero de la Vega, mientras que don Juan F. Amador de los Ríos[xx]
y don Alonso Zamora Vicente[xxi]
opinan que era Itero del Castillo. Para el caso da igual, pues ambos están
situados casi enfrente, a una y otra orilla del Pisuerga, y ambos existían en
loso albores del Estado castellano.
Lo que no cabe duda es que no era
Fitero de Navarra, por la sencilla razón de que el monasterio no existía
todavía y cuando surgíó, en la segunda mitad del siglo XII, Castilla ya no era
un pequeño rincón, sino un Reino relativamente extenso e importante, hasta el
punto de que el monarca castellano de entonces, Alfonso VII, había tomado,
desde 1136, el título de Emperador.
Por lo demás, aun prescindiendo de la
historia, basta echar una ojeada sobre un mapa de España, para comprobar
inmediatamente que el territorio comprendido entre los Montes de Oca y uno de
los Iteros del Pisuerga es efectivamente un pequeño rincón, pero ya no tan
pequeño el comprendido entre dichos Montes –o Amaya- y Fitero de Navarra.
Lo que no es improbable, sino al
contrario, es que, al surgir nuestro pueblo, sirviendo de nueva frontera a Castilla,
se le diera el nombre de Fitero, a imitación y semejanza de sus homónimos del
río Pisuerga.
En resumen: la palabra Fitero proviene
del sustantivo castellano filo, que significa hito o mojón. A su vez, fito procede del latín vulgar fictu, que quiere decir fijo o plantado.
Y por fin, Fitero significa pueblo fronterizo, y se le puso este nombre porque,
desde un principio, sirvió de frontera a los reinos de Castilla y de Navarra, y
también, más tarde, de Aragón.
CAPÍTULO III
NOMBRES DE LAS CALLES, PLAZAS Y
PASEOS PÚBLICOS
ALFARO
Esta calle data del siglo XIX, en su
segunda mitad, y se le dio este nombre en memoria del industrial fiterano don
Manuel María Alfaro, quien hizo construir casi todas las casas de la acera de
los nones, no sólo de esta calle, sino también de la calle Calatrava. Fue
alcalde de Fitero y diputado provincial, y murió en 1900.
ÁLVAREZ DE SOLIS (Fray Luis)
Fue el XXXVIII abad del monasterio de
Fitero. Solo gobernó la abadía, desde 1582 a 1585; sin embargo, fue uno de los
abades que más hicieron en beneficio del pueblo. Otorgó a los vecinos, a censo
perpetuo, todas las tierras que cultivaban en arriendo, así como las 46 casas
en que vivían otros tantos vecinos y que eran propiedad del monasterio. Fundó
la primera escuela pública para los niños e hizo construir la sacristía actual
de la iglesia y el Dormitorio Nuevo del monasterio. Le fue dedicada esta calle
en 1979.
ANGÓS
Data esta calle del siglo XIX y se le
dio este nombre en recuerdo del distinguido arquitecto fiterano, don Juan de la
Cruz Angós, el cual trazó el regadío de Abatores en 1821.
ARMAS
Esta calle se llamó anteriormente
Çalle de la Loba y existía con este nombre ya en la primera mitad del siglo
XVII. Sin duda se la llamó así a causa de alguna loba que hizo inesperadas
apariciones por allí. Terminaba en una costanilla lleca. En el primer cuarto
del siglo actual, se le cambió el nombre por el de Armas, en agradecimiento al
comerciante de tejidos don Cesáreo Armas, quien cedió al Ayuntuamiento la
costanilla, lo que permitió la salida de la calle al Cogotillo Bajo (hoy Pío
XII) y le hizo asimismo donación de unos corrales de la calle de la Iglesia, lo
que permitió convertir ésta en la actual plaza, Murió don Cesáreo en 1934.
ASIAIN (D. Julio)
Fue alcalde de Corella, procurador en
Cortes y diputado foral por la Merindad de Tudela, en la época del general
Franco. Se le dedicó esta calle en 1971.
ATALAYA
Es un nombre de origen moro, pues
procede del árabe at-talayí, que significa centinelas o escuchas de campo,
plural de talia, centinela. La Atalaya de Cascajos es la montaña más majestuosa
de Fitero, aunque no la más elevada, y por ese motivo se dio su nombre a esta
calle, en 1979.
BARRIO BAJO
Se dio tal nombre a esta calle, por
estar situada en la parte más baja del pueblo, pero no en el sentido peyorativo
de que viviera en él la gente más humilde del vecindario. Es de las más
antiguas, pues data del siglo XVI.
BELENAS
En Navarra se llama belena al
callejón o pasaje de uso público, y también al pasadizo entre casas, corrales o
huertos. Por consiguiente, está claro que se puso tal nombre, ya en desuso, a
la calle de referencia, por servir de pasadizo entre las calles de San Juan,
del Medio y de la Loba. Data del siglo XVII.
BÉCQUER (Gustavo Adolfo)
Fue un famoso poeta romántico
(1836-1870). Anduvo por los Baños Nuevos de Fitero hacia 1862 y escribió tres
notables leyendas en prosa, acerca de nuestro pueblo: El Miserere, La cueva de la Mora y La fe salva. En agradecimiento
se le dedicó esta calle en 1971.
CALATRAVA
Evidentemente tal denominación
corresponde a un acuerdo perenne y honorífico de la Orden Militar de Calatrava,
fundada por San Raimundo de Fitero, hacia 1138. Esta calle sólo data de la
segunda mitad del siglo XIX.
CALLEJÓN DE SANTA LUCÍA
Debe su nombre a que conduce a los
huertos del paraje de Santa Lucía, así como a una imagen de la Santa, que había
antiguamente en una hornacina, al final del callejón.
CARNICERÍA
Data esta pequeña calle de comienzos
del siglo XVII y se le dio tal nombre por haber sido abierta en ella la primera
carnicería pública en 1606.
CEMENTERIO
Es el nombre oficial de la calle que
conduce al camposanteo, pero el vecindario usa más bien el topónimo de
Costerilla, a causa de su pequeña cuesta o pendiente.
COGOTILLO ALTO
Cogotillo es diminutivo de cogote,
que en Navarra se emplea como sinónimo de cabeza, lo cual no es exacto, pues el
cogote propiamente dicho es la parte superior y posterior del cuello. En todo
caso, es claro que se puso a tal calle tan pintoresco nombre, por estar
situada, a la sazón, en la parte más alta del caserío del pueblo, así como por
oposición a la calle del Cogotillo Bajo, hoy Pío XII. Data del siglo XIX.
CORTIJO
El significado corriente de cortijo
es el de casa y tierra de labor, y se puso tal nombre a dicha calle porque se
empezó a formar, hacia el siglo XIV, con unas pocas casas, adosadas al
monasterio, en las que vivieron los primeros peones y pastores de la abadía.
Por supuesto es la calle más antigua de Fitero.
CHARQUILLOS
Se dio tal nombre a esta calle a
causa de los innumerables charquitos que se formaban antaño en ella, cuando
llovía, debido a su tosco empedrado. Es de las más antiguas, pues data del
siglo XVI y en ella estuvo alojado, durante muchso años, el Concejo o
Ayuntamiento de la villa.
DÍAZ Y GÓMARA, D. Miguel de los Santos (1895-1949)
Durante las dos primeras
décadas de este siglo se llamaba todavía la calle de Luchana, nombre que se le
puso en el siglo XIX en recuerdo de la victoria obtenida, en dicho pueblo
vizcaino, sobre el ejército carlista, por el general liberal don Baldomero
Espartero, en 1836; pero en 1920 se le cambio dicho nombre por el actual, en
honor del prelado fiterano don Miguel de los Santos, que nació en esa calle
calle en 1895. Fue sucesivamente Obispo
Auxiliar del Arzobispo de Zaragoza, Cardenal Soldevila, asesinado en 1923, y
Obispo titular de Osma y Cartagena. Murió en 1949.
ESPOZ Y MINA
Don Francisco Espoz y
Mina fue un famoso caudillo navarro de la Guerra de la Independencia. Más tarde
se distinguió como general liberal, en la primera Guerra Carlista, mandando en
jefe al Ejército del Norte, en 1834. Murió en 1836, a los 35 años.
JOSÉ MARÍA GARCÍA LAHIGUERA (1903-1989)
Primitivamente esta calle se llamó de
Entre Ambos Ríos por estar situada entre el río Alhama y el río del Molino, que
discurrría por aquel lugar al descubierto, dejando apenas una estrecha senda
para los peatones, en la orilla derecha. Con tal topónimo aparece ya esta calle
en la segunda mitad del siglo XVII. Al ser cubierto el río en 1936 se convirtió
en una verdadera y flamante calle, a la que, en 1951 se dio el nombre del Dr.
Don José María García Lahiguera, quien, a la sazón, era Obispo Auxiliar del
Arzobispo de la diócesis de Madrid-Alcalá, Dr. Leopoldo Eijo y Garay. En 1964
fue nombrado Obispo titular de Huelva, y en 1969 Arzobispo de Valencia: mitra a
la que renunció, por motivos de salud, en 1978, presentando su dimisión, al
cumplir 75 años.
GARIJO
Los Garijo fueron dos hermanos,
llamados Pío y Félix Gómez Garijo, que, en la segunda mitad del siglo pasado,
abrieron un comercio en la calle que lleva su nombre y eran propietarios de la
mayor parte de las casas.
GUACHE
En Navarra se llama Guache al lugar
de los corrales donde se encierra a las ovejas para que suden antes del
esquileo; y en la Rioja y en Soria, al corral de esquileo. Pues bien, en Fitero
se hacía esta operación en unos corrales que había a la derecha, pasado el
Callejón del Guache; y por esto, sin duda, el pueblo llamaba así a dicha calle.
HUARTE (Don Domingo)
Propietario e industrial fiterano,
fallecido en 1963. Fue concejal del Ayuntamiento y fomentó la construcción de
las Casas Nuevas. Se le dedicó esta calle en 1971.
IGLESIA
Evidentemente esta calle fue
bautizada con tal nombre por conducir y desembocar en el templo parroquial.
Data, por lo menos, del siglo XVI, aunque no aparece con tal nombre en las
escrituras de la época.
LEJALDE
Don Antonio de Lejalde
fue un vecino de Fitero que vivió en la segunda mitad del siglo pasado y que,
al morir, dejó dos legados de tipo benéfico, bajo el patronato del Ayuntamiento
y del párroco de la iglesia: uno con destino a los maestros, como un
sobresueldo, para estimular su labor, y otro a favor de las familias pobres de
la localidad. Anteriormente se llamaba esta calle Afueras del Paradero, siendo el Paradero
el lugar del Cristo del XVI fue construido a expensas de los esposos Juan
Martínez de Azcoitia y María Serrano, quienes, en su testamento de 1558,
dejaron en renta 20 ducados, para que, con sus réditos, se hiciesen
posteriormente las reparaciones necesarias. Así consta en el Protocolo del
escribano Sebastián Navarro, correspondiente a dicho año, f. 54 v. La imagen
del Cristo Crucificado fue deteriorándose con el tiempo, por lo que en 1948 fue
reemplazada por las actuales imágenes de Cristo en el anverso y de la Virgen en
el reverso, esculpidas por don Fausto Palacios.
Paradero procede de parar
y éste del latín parare; y
humilladero, de humillar, y éste, del latín humiliare.
MAYO (don Federico)
Era el Director General
de la Vivienda cuando se construyó la barriada de casas baratas de la cerrera
del Olivar, realizada con la cooperación económica de dicho organismo oficial.
La flamante barriada fue inaugurada oficialmente el 28 de septiembre de 1953.
MAYOR (Calle)
Evidentemente se puso tal
nombre a esta arteria principal del pueblo, por ser entonces –y todavía en la
actualidad- la más importante de la villa. Pascual Madoz escribía acerca de
ella en 1847 que era “hermosa, larga y ancha”.
NIENCEBAS
Fue una antigua aldea,
tal vez, al principio, romana, y en el siglo XI, mora, situada en la Cañada de
la Granja, a orillas de la corriente de la Fuente de los Cantares. Fue donada
en 1140 por Alfonso VII de Castilla a los monjes cistercienses de la primitiva
abadía de Yerga, los cuales se trasladaron a Niencebas en 1141, permaneciendo
allí hasta 1152, en que se instalaron definitivamente en Fitero.
OFICINA
Se dio tal nombre a este
callejón a causa de la oficina o despacho de aguardientes que tuvo allí, en la
segunda mitad del siglo XIX, el propietario don Anastasio Andrés, el cual
construyó los edificios de dicho callejón.
OLMILLO
Sin duda, olmillo es un
diminutivo de olmo, procedente del latin ulmus;
pero no adivinamos por qué se le puso este nombre al paraje árido y abarrancado
que lo lleva, pues nos parece absurdo que se le denominase así por la simple
existencia de un pequeño olmo en su superficie. ¿No será olmillo una corrupción
popular de otro topónimo cuyo auténtico y primitivo nombre ignoramos? Por lo
demás, el nombre de la calle se refiere al paraje y data de 1979.
OÑATE
Data esta calle del siglo
XVII y se le dio este nombre en honor del alcalde del Crimen, don Juán de Oñate
y Barea, acérrimo defensor de la villa frente a las demasías del señorío
abacial.
PALAFOX (Venerable)
Esta calle existía ya en
1634 con el nombre de la Calle del Medio, por estar ubicada entre las calles de
San Juan y de la Loba, pero se le cambió, a principios de este siglo, por la
actual, en memoria y honor del ilustre personaje fiterano,0 don Juan de Palafox
y Mendoza, el cual, según una tradición vivió, durante su infancia, en una
vieja casa, derribada hace años, en el lugar donde se alza la número 33 de
dicha calle.
PARADOR DE SAN ANTONIO
En el lugar de la Calle
Mayor donde hacen su parada los automóviles de línea. Se llama todavía así en
recuerdo de la imagen de San Antonio de Padua que presidía la fachada del
antiguo Garapito, donde se cobraba, a
principios de este siglo, el impuesto municipal sobre las transacciones de
vinos. El edificio de planta baja del Garapito
ocupaba la plazuela del actual Hostal de San Antonio.
PASEO DE SAN RAIMUNDO
Todavía en la segunda
mitad del siglo pasado, la superficie del paseo actual de San Raimundo estaba
ocupada por dos plazas: la Plaza de la
Orden (se sobreentiende Cisterciense), formada por la parte cubierta hoy de
árboles, y la Plaza de Magallón, por
el resto descubierto, que servía de mercado público. La Plaza de la Orden databa de la primera década del siglo XVII y en
ella se corrían los toros y novillos, antes de construirse, en 1897, la Plaza
de Toros actual. Así, pues, no era un paseo público ni tenía árboles,
habiéndose plantado los primitivos, que fueron acacias, a principios del siglo
actual. Entonces se formó el Paseo de San Raimundo, cuyo topónimo se aplicó a
las dos antiguas plazas, suprimiendo sus viejos nombres.
PASEO VIEJO
Es el que está a la
orilla derecha del río Alhama, pasado el Matadero Municipal. En realidad no es
tan viejo, pues sólo tiene algo más de un siglo, pero se le dio tal nombre al
inaugurarse el Paseo de San Raimundo, que era más nuevo. Sus árboles datan de
1843.
PATRONA
Huelga decir que este
nombre se refiere a la Patrona de Fitero, la Virgen de la Barda, en cuyo honor
se rebautizó así esta calle. Y decimos se rebautizó porque anteriormente se
llamó Calle Nueva, pues sólo data de mediados del siglo XIX.
PELAIREA (Don Alberto)
Fue un notable poeta
regional que administró el Balneario Nuevo (hoy G. A. Bécquer), durante 31 años
consecutivos. No pocas de sus composiciones líricas y teatrales se refieren a
Fitero. El Ayuntamiento lo nombró Hijo Adoptivo de Fitero en 1922. Murió en
1939 y se le dedicó la calle actual en 1971.
PEÑAHITERO
Es una referencia popular
al popular cabezo, situado a la orilla izquierda del Alhama y al Este de la
villa, pero no precisamente al término en el que está enclavado. En el siglo
XII se llamaba Peña de Fitero y hoy el pueblo lo llama ordinariamente Pañetero. Su nombre fue impuesto a la
calle que lo lleva en 1979.
PÍO XII
El nombre primitivo de
esta calle fue Cogotillo Bajo, por oposición al Alto; pero, después de la
Guerra Civil de 1936-1939, se le puso el titular de este Pontífice, cuyo nombre
civil era Eugenio Pacelli.
PLAZA DE LA VILLA
También se llama
vulgarmente Plaza del Ayuntamiento, por estar ubicada al frente de ella la Casa
Consistorial, y asimismo Placilla, a
causa de su pequeñez. A principios del siglo actual, todavía era más pequeña,
pues tenía, a derecha e izquierda, unos angostos soportales con pilares de
madera, a casi dos metros de altura del suelo, por lo que se subía a ellos por
unas escalerillas. En la izquierda, había una dependencia municipal, llama el
Peso público. La Placilla se llenaba a menudo de caballerías, atadas a los
postes de madera, y como aquellos soportales acabaron por convertirse en
verdaderos estercoleros, un Ayuntamiento tomó el buen acuerdo de derribarlos,
con lo que la Placilla quedó ampliada y, sobre todo, higienizada. Fue en 1912.
PLAZA DE LA IGLESIA
Es relativamente moderna,
pues a comienzos del siglo XIX todavía estaba instalado en parte de ella –la más
cercana al templo- el cementerio de la Villa. Al ser cerrado éste, pocos años
después, se formó sobre el solar una pequeña plaza, la cual fue ampliada, al
final de la primera década de este siglo, derribándose previamente unos
corrales de la parte izquierda, y levantándose la actual Casa Parroquia, en
1913. Entonces e plantaron unos árboles que no tardaron en desaparecer.
PLAZA DE LAS MALVAS
En el primer cuarto de este
siglo se llamaba así la Plaza del Frontón Viejo, o más bien anterior –pues no
fue el primitivo-, situada frente a la Residencia San Raimundo. A la sazón
servía de aparcamiento de los carros de los forasteros que venían a Fitero a
comprar mercancías, sobre todo, vino y tejidos. Al ser expulsados los monjes en
1835, se había convertido en un erial, en el que se criaban abundantes malvas y
por eso la llamaban así los vecinos. Más tarde, se plantaron en ella algunos
olmos, pero duraron poco, y al construirse el Frontón Calatrava en 1927,
desaparecieron las malvas y, con ellas, el popular nombre de la plaza.
PLAZA DEL MOLINO
Debe su nombre al molino
harinero que tuvieron en ese lugar don Casimiro Francés y sus herederos hasta
1977, en que fue desmontado.
PLAZUELA DE LA PICOTA
Con este nombre se
conocía antiguamente la plazuela irregular en la que confluyen la calle de la
Iglesia, el Cortijo, la entrada al Paseo de San Raimundo, el Barrio Bajo y la
calle de la Victoria. La Picota era una columna de piedra donde se exhibía, en
los siglos pasados, a los ajusticiados, o a la que se ataba vivos a
determinados delincuentes, exponiéndolos a la vergüenza pública. La de Fitero
estuvo en esa plazuela. En ella estuvo también el popular Pozo de la Picota, situado frente a la casa número 2 del Barrio
Bajo y desmontado en 1936.
POZO (Calle de)
Data del siglo XVII y
debe su nombre a un pozo de agua de servicio público, que funcionaba antaño en
la esquina con la calle Garijo. Por cierto que estuvo cegado y olvidado muchos
años, hasta que, en 1926, se puso de nuevo en servicio, durando hasta 1936.
SAGASTI (Saturnino)
Fue secretario del Municipio
durante medio siglo. Nació y murió en Fitero (1824-1898) y dejó unos notables Apuntes y documentos relativos a la Vila de
Fitero, de 1.038 páginas manuscritas. Redactó las Ordenanzas Municipales de
1894 y se le dedicó esta calle en 1979.
SAN ANTÓN
Evidentemente fue a
iniciativa de los monjes del monasterio, por lo que se dio este nombre a la
vieja y pintoresca calle, perpendicular a la Placilla, en honor del popular patriarca del monacato cristiano,
San Antonio Abad, conocido vulgarmente por San Antón.
SAN JUAN
Esta calle existía ya en
el primer tercio del siglo XVII y se la bautizó con tal nombre en honor de San
Juan Bautista. En ella se expone al público una imagen del Santo, cuando llega
su fiesta. Los vecinos engalanan la calle y hacen a San Juan una novena. La
noche del 23 de junio, celebran una verbena, no faltando la tradicional
hoguera; y festejan el amanecer del 24, con chocolatadas, acompañadas de
churros.
TRAVESÍA DE LOS CHARQUILOS
Se llamó así, en el
pasado, a la belena o pequeña calle transversal que va desde la calle de San
Antón hasta los Charquillos, cortando la de Espoz y Mina.
TUDEJÉN
Fue el nombre –uno de los
nombres, pues de conocen hasta 46 variantes- de una antigua fortaleza medieval,
enclavada en el monte del Castillo, así como el de una villa situada en los aledaños.
La villa quedó despoblada hacia el siglo XIV y el castillo quedó arruinado y
abandonado a principios del siglo XVI. El nombre de esta calle data de 1979.
VICTORIA (de la)
El nombre de esta calle
data de 1839 y se le puso en conmemoración de la victoria definitiva de los
liberales en la primera Guerra Carlista, que añadió a los títulos que ya tenía
el general Espartero, los de Duque de la Victoria y Príncipe de Vergara.
VILLA
Esta calle existía ya en
el siglo XVII, pero con otro nombre, pues todavía no se había instalado en ella
la Casa del Ayuntamiento.
XIMÉNEZ DE RADA (Cardenal Rodrigo)
Famoso Cardenal y
Arzobispo de Toledo, notable historiador y gran benefactor del monasterio de
Fitero, habiéndose construido a expensas suyas, la mayor parte de su gran
templo cisterciense. Nació en Puente la Reina hacia 1170 y murió en el camino de
regreso de Lyon, e 1247. Se le dedicó la calle actual en 1971.
CAPÍTULO IV
TOPONIMIA FISIOGRÁFICA
NOMBRES DE LOS TÉRMINOS TERRITORIALES
Y PARAJES
ABATORES
Aféresis de Lavatores, plural del sustantivo latino lavator: lavador, lavadores. Así, pues, Abatores debería
escribirse, por su origen etimológico, con v (Avatores) y no con b; pero el uso
hace ley. El topónimo Los Lavatores
aparece ya en documentos del siglo XVI –y seguramente en anteriores-, según
consta en un pleito sostenido en 1751 por Corella, a propósito de un regadío en
dicho término –“junto a Fitero”-, en el que se invocaban sentencias de 1530 y
posteriores, ante la Chancillería de Valladolid. Ahora bien, igno[i]ramos
el motivo específico por el que se le dio este nombre, aunque indudablemente
estuvo relacionado con el agua.
ARANJUELA
Deformación de La Granjuela o pequeña granja (des sustantivo del bajo latín, granea, lugar para granos). La Granjuela
aparece señalada todavía en la Hoja 281 de los planos del Instituto Geográfico
y Catastral, con el nombre de Corral de la Granjuela, a la orilla derecha del
Alhama, en las inmediaciones de la cota 587; pero ya no quedan de este corral
más que algunas ruinas de sus altas tapias. Por tanto, de esta pequeña granja
procede el nombre de la Aranjuela.
BATÁN
El nombre de este paraje se debe a la
antigua manufactura de paños, instalada en él. Su máquina o batán, movida por
agua del río de la Huerta y compuesta de grandes mazos, servía para golpear y
enfurtir el paño. Batán procede del verbo batir, y éste del latino batuere, golpear. En el siglo pasado, el
Batán fue adquirido por don Casimiro Francés, quien lo convirtió en molino
harinero, el cual funcionó todavía hasta el comienzo del tercer tercio del
siglo actual.
BLANCARES
Se dio a este término tal nombre, a
causa de sus tierras blancas y salitrosas, sólo aptas para el cultivo de
cereales, almendros y alguna viña. Blancares procede del adjetivo blanco, a; y
éste, a su vez, del germánico blank,
brillante, blanco.
BRAZALES
Una de las acepciones de la palabra
brazal es la de sangría que se hace en un río o acequia para regar, y éste es
cabalmente el sentido de los Brazales de Abatores, que son siete arterias
secundarias de la Acequia Alta. Los cuatro primeros brazales pertenecen a
Fitero y riegan respectivamente la Tejería Vieja, la Morería, el Corral del
Morril y Lombarcáid, y los tres últimos, a Corella; pero la propiedad de la
acequia es de Fitero. La palabra brazal se deriva de brazo, y éste del latín bracuium, en plural brachia.
CALLEJUELA DE LOS PLANTADOS
Se dio tal nombre a este paraje por
tratarse de un camino estrecho y de pendiente pronunciada, que conduce a los
Plantados. Callejuela es un diminutivo despectivo de calle, procedente del
latín callis, senda, camino.
CAIDERO
Es sinónimo de caedero y se dio tal nombre a este paraje, porque allí cae el agua
de la Acequia Alta, a unos tres metros de altura. Caedero procede de caer y
este verbo, a su vez, del latino cadere,
caer.
CASCAJOS
Es claro que se dio tal nombre a este
término por su naturaleza cascajosa, abundante en guijos o fragmentos de
piedra. Este topónimo aparece en documentos del siglo XII, del cartulario de
Fitero, en la forma de Caracallo y
procede del verbo del latín vulgar quassicare,
cascar.
CASCARRALES
Es una corrupción por metátesis de
Carrascalares, significando, por consiguiente, terreno poblado, en tiempos
pasados, de pequeñas encinas o carrascas. El término de Cascarrales fue el
primer regadío de la Fuente de Hospinete y todavía quedan en pie algunos
pilares de su antiguo canal conductor.
COMBRERO
Al parecer, es una aféresis de escombrero o lugar donde se arroja
escombros y basuras, como sucedía antiguamente, en este paraje. Sin embargo, en
las escrituras antiguas se le llama Cumbrero,
como si se derivara de cumbre, y en un plano del siglo XVIII, además del Cumbrero secular del paraje actual,
aparecen los “Cumbreros del Soto”, los “Cumbreros de Val de Baño” e incluso,
entre la orilla izquierda del Alhama y la derecha del comienzo de la acequia de
Cascajos, otros “Cumbreros o Arenal”. Esta equivalencia parece indicar que se
trata de cumbres o grandes montones de arena (y piedras), en cuyo caso Combrero
no sería un derivado aferésico de escombro (del bajo latín scombrus, barrera), sino de cumbre
(del latín culmen, cima,
elevación).
CORRAL DEL MORRIL
Evidentemente se refiere a un corral
donde encerraba su ganado un vecino, apodado el Tío Morril (el último, Rafael Yanguas).
Actualmente ya no queda de él más que las ruinas. Corral viene de corro, y
éste, del latín currere, correr.
HOSPINETE
El origen de este topónimo no está
del todo claro. Podría proceder de dos palabras vascas: ospin, lugar de acerolillos, o espin,
bojeda o arboleda de bojs, pues Hospinete es una corrupción de Espinete, cuyo
nombre antiguo era Val de Espinete, significando, en tal caso, valle de bojs.
Sin embargo, nos parece más probable que Hospinete proceda de espineta o
espinilla, porque antiguamente se criaban allí –y todavía se crían, en los ribazos
y barrancos- muchas plantas espinosas, como las aliagas.
HOYA DEL PUENTE
Hoya tiene, entre otros varios, tres
significados, que explican satisfactoriamente el origen de este topónimo: 1)
llano extenso, rodeado de montañas; 2) vivero o almáciga, es decir, lugar donde
se siembran las semillas de las plantas para trasplantarlas más tarde a otros
sitios; 3) estercolero. Pues bien, la Hoya del Puente en las tres cosas. Hoya
procede del latín fovea, hoyo, foso;
y puente, del latín pons, pontis,
puente.
HOYO DE LA TEJERAÍA
Significa concavidad, excavación o
lugar bajo, donde se hacían antaño tejas y adobes. Todavía se fabricaban allí,
a principios de este siglo. Teja viene del latín regula.
HUERTA
En general, se llama huerta al
terreno destinado al cultivo de legumbres y de árboles frutales. La huerta es
siempre mayor que el huerto, pero no menos árboles y con más verduras, como
sucedía antaño en la huerta fiterana, aunque actualmente casi hay tantos
árboles como verduras, sobre todo, perales. Huerta y huerto vienen del latín hortus.
LOMBARCAID
Quiere decir toma del Caid. Es una curiosa palabra formada de la composición de
una voz española y otra árabe; la española procede del latin lumbus, lomo, sin
completar su romanceamiento, y la árabe de caid,
que significa jefe y también juez.
MAJARRASAS
Procede del latín vulgar magaliata, derivado del clásico magalia, cabañas, y del cual se formó en
español la palabra majada. En efecto, Majarrasas, antes de convertirse en
regadío, fue un lugar de majadas o lugares donde se recogen el ganado y los
pastores durante la noche. En Fitero se les llama corrientemente corrales y los
tres últimos que hubo en Majarrasas fueron el Corral de la Villa, el de don
Pedro Nolasco y el del Tío Minas
(Francisco Hernández), apodado así porque, al empezar a regarse dicho término,
exclamó: “Esto es una mina”.
COSTERAS
Quiere decir terreno en cuesta o
pendiente. En el siglo XIV, costera significaba también monte, y las Costeras
son las dos cosas a la vez. Costera se deriva de costa y ésta del latín costa,
costilla, lado.
CRUZAÑAS
Significan paraje donde se cruzan dos
o más caminos; es decir, crucero, encrucijada. En las Cruzañas se cruzan tres
caminos: el de Peñahitero, el del Olivar y el de la Huerta. Cruzaña procede del
verbo cruzar, y ést del sustantivo
latino crux, crucis, cruz.
DEHESA
Quiere decir terreno generalmente
acotado y destinado a pastos. Y así fueron antiguamente todas las dehesas fiteranas.
Dehesa viene del latín defensa.
DEHESILLAS
Diminutivo de dehesa, es decir,
dehesas pequeñas.
ESPINOSA
Significa campo de espinos: blancos,
negros, amarillos, cervales, etc. En la Espinosa predominaron antiguamente las
aulagas. Espinosa procede de espino y ésta del latín spina.
FUSTAL
Se deriva de fusta (del bajo latín fusta), que significa leña delgada y
también matas y ramaje tierno que sirve de pasto; y es lo que abundaba
antiguamente en el Fustal.
HELERAS
Las Heleras eran unas pequeñas zanjas
de aparejo, que ocupaban alrededor de dos robadas de terreno y cuyo objeto era
la obtención de hielo, en las noches más frías del invierno, llenándolas
previamente de agua. Este hielo lo guardaban los monjes del monasterio en la
Nevera de San Valentín, donde almacenaban asimismo nieve.
Helera y hielo proceden del latín gelu. En los planos del Instituto
Geográfico y Catastral, heleras aparece escrito Eleras (sin h). Por lo visto, lo tomaron de alguna escritura
antigua.
HORTALES
Es plural de hortal, que en Navarra y
Aragón, significa huerto de secano. Con todo, los Hortales fiteranos ya no lo
son desde que comenzaron a regarse, aunque no mucho, con aguas del río Añamaza.
Hortal viene del latín hortualis,
relativo al huerto. En el Cartulario de Fitero, los Hortales aparecen ya en un
documento de 1179[ii].
MAYOR
Mayor es gramaticalmente comparativo
de grande, que es el epíteto que aplica, a veces, el vecindario al río Alhama,
llamándolo el Río Grande. Pues bien, la mayor anchura de su cauce fiterano se
encuentra precisamente en el término de La
Mayor. ¿Fue por este motivo por el que se le puso tal topónimo? Es
probable. Mayor viene del latín maior.
MEJORADA
Desde luego, al llamar a este paraje
La Mejorada, se sobreentendía tierra mejorada; y es lo que ocurrió cabalmente
al convertirla en regadío, cuando se termino de construir la Acequia Alta de
Cascajos. Mejorada procede de meliorata,
participio femenino del verbo latino meliorare,
mejorar.
MINA
Este paraje no fue nunca un
yacimiento de minerales, sino que debe su nombre a un túnel o mina que tenía
debajo un altozano, por donde entraba el agua del Alhama, que viene de la presa
de la Callejuela de los Plantados, para formar el Río Chico o río de la Huerta.
A unos 12 metros de la salida de este túnel, había un depósito de piedra negra,
llamado el Sobrador, el cual recogía
parte de las aguas, cuando había crecida, para éstas no desbordasen el cauce
del Río Chico. El túnel desapareció a mediados del siglo pasado, y el Sobrador
hace pocos años. Por cierto que el mismo paraje de la Mina perdió las dos
terceras partes de su área arrebatadas por una crecida del río Alhama, ocurrida
el 20 de junio de 1957. Mina procede del latín mina.
MORERÍA
Significa lugar de moros y, en
efecto, hay indicios seguros de que, en la Edad Media, hubo en ella un poblado
moro, a juzgar por los cimientos de habitaciones, restos de utensilios y hasta
enterramientos, descubiertos cerca de la Estanca. Moro procede del latín, maurus, mauritano.
MOTA
Mota significa, entre otras cosas,
eminencia pequeña y aislada en un llano, como es este paraje y por eso se le
dio tal nombre. Procede del francés motte.
MURALLA
En el término que con los nombres de
Murel, Murelo y Murello sale a relucir en 26 documentos del cartulario de
Fitero, entre 1154 y 1179. En ellos se habla del aqua de murello, de la fouea
de Murel y del término de Murel;
es decir, que allí había una hoya o foso con agua, o sea, un depósito
amurallado de agua del que aún quedan trozos de muros. Muralla proviene del
plural neutro latino del adjetivo muralis:
muralia.
NAVA
Significa terreno elevado y llano,
situado generalmente entre montañas. Procede del vasco nava, tierra llana. Aparece ya en el Cartulario de Fitero, en un
documento de 1147.
NAVILLAS
Navilla es diminutivo de nava y las Navillas –topónimo desconocido por casi
todos los fiteranos- se encuentran detrás de la Atalaya de Cascajos, en las inmediaciones del camino
de Sancho Barón. Los vecinos las conocen por el nombre de Los Llanos; pero en los planos del Instituto Geográfico y Catastral,
figuran con el de Navillas. Su altura máxima es la cota 651.
OLIVAR
Su significado es obvio: campo plantado
de olivos. Olivo y oliva proceden respectivamente de las palabras latinas olivum y oliva.
OLIVARETA
Diminutivo de oliva: finca pequeña de
olivos.
OLMILLO
Véase en la topografía demográfica.
ORMIÑÉN
Su origen no está claro. Podría
proceder de ormino o gallocresta, que es el nombre vulgar de la Salvia Verbenaca, perteneciente a la
familia de la labiadas. Tiene las hojas parecidas a la cresta de gallo y se
cría silvestre en las montañas. En tal caso, Ormiñén significaría campo de
orminos. Pero tampoco podría ser una aféresis de Hormiñén o Formiñén (del latín formica,
hormiga), en cuyo caso significaría lugar donde abundan los hormigueros.
PAGUILLO
Diminutivo de pago, que quiere decir
distrito determinado de tierras o heredades, especialmente de viñas y olivares.
Procede del latín pagus, pero no en el sentido de aldea, como pagano, sino en
el de cantón o distrito, que es el que tenía entre los galos y los germanos. El
Paguillo quedó amputado, en gran parte, por una crecida del Alhama, ocurrida el
23 de septiembre de 1956.
PEÑAHITERO
Véase en la Toponimia demográfica.
PIEZA DE LA ORDEN
Se sobreentiende de la Orden del
Císter, o sea, finca del antiguo monasterio cisterciense de Fitero. Para
comprender exactamente su sentido, hay que tener en cuenta que, en Navarra,
pieza territorial es sinónimo de heredad o tierra de regadío, destinada
ordinariamente al cultivo de hortalizas, tubérulos, legumbres, etc., que es a
lo que tenían destinada la Pieza de la Orden los monjes del antiguo monasterio.
Pieza proviene del bajo latin petia, y Orden, del latín clásico ordo, acusativo ordinem.
PLANTADILLOS
Diminutivo de Plantados,
significando, por tanto, pequeños terrenos plantados o terrenos plantados de
plantas pequeñas. En Fitero se cultivan en ellos hortalizas y árboles frutales.
PLANTADOS
Plantado quiere decir, en agricultura,
terreno poblado de plantas y procede del participio pasivo latino del verbo plantare. En Aragón se emplea como
sinónimo de viña joven. En Fitero se crían en ellos árboles frutales y algunas
hortalizas. Antiguamente se llamaba a este término Obejuela.
PLANTÍO
Este topónimo tiene tres sentidos
análogos: 1) tierra plantada o que se puede plantar; 2) lugar plantado
recientemente de vegetales; 3) el conjunto de éstos. Actualmente se crían en el
Plantío viñas, cereales y espárragos.
PORRETON
Significa campo en el que se cultivan
de preferencia ajos, cebollas y puerros, cuyas hojas verdes se llaman porreta, y, en efecto, en el Porretón se
crían esa clase de hortalizas, y también árboles frutales; aunque antiguamente
estuvo plantado de olivos. Porretón viene de porreta; y puerro, del latín porras.
PRADO
Su significado primordial es el de
terreno en que se deja crecer la hierba para pasto del ganado. Prado procede
del latín pratum y con el topónimo de
Prato aparece ya en documentos del
Cartulario de Fitero, a partir de 1156.
REDONDA
Evidentemente a este paraje se le dio
tal topónimo por su superficie circular, según aparece curiosamente dibujada en
un tosco plano del siglo XVIII, atravesándola una acequia del río Añamaza.
Redonda proviene de la forma femenina singular del adjetivo latino rotundus, a, um.
ROSCAS
Análogamente a este término se llamo
Roscas por la montaña del mismo nombre en cuya cima sobresalen grandes rodetes
rocosos superpuestos.
ROSQUILLAS
Diminutivo de Roscas.
SACRISTANÍA
Con toda probabilidad se dio este
nombre a los parajes de la Sacristanía Alta y Baja, por ser tierras reservadas
al mantenimiento de la Sacristía del Monasterio y de los sacristanes.
Sacristanía viene de sacristán y éste del latín eclesiástico sacrista.
SALMUERA
Quiere decir literalmente agua cargada
de sal y se dio modernamente tal nombre a este paraje, por ser un terreno
salobre, pues tiene incluso un pozo de agua salitrada. En la Edad Media, se
llamaba, con más propiedad, el Salobral,
apareciendo ya en documentos de la segunda mitad del siglo XII con los
topónimos de Salobrau y Salobrar[iii].
Salmuera proviene del castellano sal
y del latín muria, salmuera,
resultando, por lo mismo, un topónimo tautológico (sal salmuera).
SANCHO BARÓN
Es muy probable que este topónimo
tenga su origen en el nombre de algún antiguo propietario importante de este
término, del que no tenemos noticia. Sancho procede del latín Sanctius, de familia santa, y Barón del latín
Baro, hombre fuerte.
SANTA LUCÍA
Se dio este nombre a tal término en
honor de la famosa mártir de Siracusa, cuya cofradía era una de las más
antiguas de Fitero y cuya imagen tenía una hornacina, al final del callejón que
conduce a sus huertos. Lucía procede del latín lux, luz, y significa nacida
al romper el día.
SAN VALENTÍN
El paraje de San Valentín aparece ya
registrado en un documento de enero de 1153 y comprendía, poco más o menos, el
terreno llano de la margen derecha del Alhama que se extiende entre la falda
occidental del castillo y la oriental de la Peña del Saco. San Valentín fue el
titular de la iglesia parroquial de Tudején, erigida después de la Reconquista,
y debió estar en las inmediaciones de la Nevera de los Monjes. Todavía estaba en
pie en la segunda mitad del siglo XVI, según se deduce de unas donaciones testamentarias
de 1558 y 1582. Valentín quiere decir hijo de Valente, del latín Valens, que
significa gallardo, fuerte.
SOLOSOTO
Este topónimo es equívoco, pues no
está compuesto, como parece a primera vista de las palabras solo y soto, sino que es una corrupción de So el Soto, es decir, debajo del Soto, pues Solosoto es el término
que está a continuación del Soto, en el sentido de la corriente del río Alhama,
o sea, de arriba abajo, en la dirección Oeste-Este.
Con el nombre de So el Soto aparece, efectivamente, en el citado plano del siglo
XVIII. En cambio, en la escritura censal de la Huerta de 1584, se le denomina
Suelo el Soto. Esta extraña denominación tiene una explicación filológica, pues
se formó siguiendo el romanceamiento regular del substantivo latino solum, cuya o es breve y significa suelo, en oposición a la del adjetivo solus, cuya o es larga y significa solo.
Análogamente por ser breve la o de sub
se romanceó como so, equivalente a debajo de.
SOTILLO
Diminutivo de soto, es decir, pequeño
soto.
SOTO
En la ribera tudelana se llaman sotos
las parcelas o campos de cultivo enclavados en lo que fue, en tiempos pasados,
Solosoto y también a la parte de campo o de huerta más cercana a los sotos,
que, en los siglos XIX y XX, se repartieron entre los vecinos o fueron
vendidos. El Soto de Fitero es del segundo tipo y fue vendido, después de la
expulsión de los frailes, al vecino de Madrid, don Rafael Javat, en diciembre de
1844. En el siglo XVIII había todavía en el Soto un gran Tamarigal o tarayal, que ya figuraba en el XVI, como paraje de la Ovejuela, Tamarigal o talayal quiere
decir bosque de tamarices. Tamariz procede del latín tamarice, y soto del latín saltus,
que significa, entre otras cosas, hacienda de muchos pastos.
TABLAS DE EZPELETA
Es el nombre antiguo –anterior al
siglo XVI- del término actual de la Huerat. También se le llamaba Huerta Baja y según la escritura censal
de 1584, comprendía, a la sazón, 61 piezas o pedazos. La frase tabla de tierra tiene cinco
significados: 1) faja de terreno, especialmente de labrantío, comprendida entre
dos filas de árboles; 2) cuadro o plantel de tierra en el que se siembran
verduras; 3) bancal o parte de tierra, dividida en gradas o escalones; 4)
parcela de terreno comunal; 5) pieza de alfalfa en regadío. Pues bien, las
Tablas eran, por lo menos, de los tipos 2, 3 y 5. Tabla procede del latín tabula, y Ezpeleta debió ser el
apellido de algún propietario medieval.
TEJERÍA VIEJA
Su sentido es obvio: se trata de un
paraje donde hubo antiguamente tejar en el que se fabricaban tejas, adobes y
ladrillos. Hoy se crían en él espárragos, cereales y olivos.
TERRERO
Procede del latín terrarium y debe su nombre este paraje a estar formado por tierras
acumuladas sobre él, por la acción erosiva de las aguas, que descienden de la
Atalaya de Cascajos, cuando llueve copiosamente. Durante el siglo pasado y
todavía durante el primer cuarto del actual, se llamaba especialmente terreros
a unos grandes depósitos terrosos de agua pluviales que utilizaban las vecinas
para guisar. Hubo dos terreros excavados hacía el N. O. del pueblo, junto al
camino de Grávalos: el Terrero Viejo,
arruinado ya en la segunda mitad del siglo XIX, y el Terrero Nuevo, situado algo más abajo.
TOLCO
Es una deformación de Torco, que en la Rioja, Álava y Santander,
significa charco grande, bache o aguacha, que es lo que se forma, en efecto, en
este paraje, cuando llueve bastante.
TORRALBA
Es una deformación de Terralba, procedente de las palabras
latinas terra-alba, que quieren decir
tierra blanca. Este término aparece ya en documentos del siglo XII –nada menos
que en trece- y en los más antiguos, se lee Terraalba.
TRIPALIGERA
Este extravagante topónimo debió ser
el apodo de algún viejo propietario de este paraje o del gran corral que existe
todavía en él.
VALDEBAÑO
Quiere decir val o albar situado
junto al Baño. En el citado plano del siglo XVIII, aparece escrito cinco veces
así: Val de Baño, con la indicación
de huerta, que es lo que sigue siendo
todavía, aunque también hay pinos. Está situado junto a la margen izquierda del
Río Alhama, atravesándolo la Acequia de los Cascajos. Val y baño proceden
respectivamente de las palabras latinas vallis
y balenum.
VALDECALERA
Significa val o albar de terreno
calizo y yesoso, y lo atraviesa un barranco del mismo nombre. Está a la
izquierda del Alhama y hoy se crían en él cereales y pinos. Calera se deriva de
cal y éste, del latín calx.
VALDEGURRIONA
Quiere decir val o albar en el que se
guarecen bandadas de gorriones.
VALDERRIBERA
Equivale a valle o albar de la
Ribera; es decir, de la ribera derecha de Alhama, y en él se cultivan viñas y
cereales. Ribera procede del latín ripa,
orilla, ribera.
VALDERROMERAL
El mismo nombre indica que, en tiempos
pasados, fue un terreno poblado de romeros. Hoy se sigue recogiendo en él leña,
pero además se siembran bastantes cereales. Romero viene del latín rosmarinus o ros maris, rocío del mar.
VALDEZA
Es muy probable que Valdeza sea una
deformación popular de Valdehesa, refiriéndose a la Dehesa de Valdeguarro, como se llamaba todavía en
el primer cuarto del siglo pasado, al gran arco de dehesas que forman, antes de
su confluencia, las carreteras de Hospinete y de Madrid.
VARONDILLO
Es una deformación de Valhondillo; es
decir, albar hondo y pequeño.
VEGA
Significa tierra baja y fértil, y
procede probablemente de la voz ibérica baika,
terreno regable.
VINAGRE
Literalmente quiere decir vino agrio,
de las palabras latinas vinum-acre, y
se le dio este nombre a tal paraje, a causa de la baja calidad de los vinos, de
sus viñas, que son los de menor graduación de Fitero.
VIÑAS DE EN MEDIO
Sin duda se les dio tal nombre, por
estar situadas entre campos de hortalizas o entre olivos. Viña procede del
latín vinea.
YESALES
Su origen y significado es obvio:
canteras y fábricas de yeso; y las dos cosas están relacionadas con este
paraje. Yeso procede del griego gypsos,
a través del latín gypsum.
SEGUNDA PARTE
GAZAPOS Y GAZAPILLOS ACERCA DE FITERO
Al registrar libros nacionales y
extranjeros, para rastrear noticias o juicios acerca de nuestro pueblo, nos
hemos encontrado, de vez en cuando, con algunos errores y disparates, que vamos
a traer a colación y a comentar, con un poco de buen humor. Desde luego, prescindimos
del tono humorístico, cuando se trata de escritores contemporáneos, los cuales
merecen todos nuestros respetos. En estos casos, nos limitamos sencillamente a
rectificar sus equivocaciones; y si se trata de autores navarros que viven
todavía, preferimos guardar un silencio discreto sobre sus nombres y sobre sus
obras, para no herir la susceptibilidad de ninguno. Por lo demás, a veces, no
se trata realmente de errores, sino de erratas.
I.-
En el Dictionnaire des Dictionnaires,
dirigido por Mr. Paul Guérin (Paris, Motteroz, 1886), el Dr. Dicquemare dedicó
un pequeño artículo a Fitero y en él aparece el Río Alhama como un afluente,
por la derecha, del Río Elba (t. IV, p. 136).
¡Caracoles!
Se ve que el buen Doctor no andaba tan fuerte en Geografía como en Medicina,
pues el Río Elba no es español, sino alemán, y pasa a más de mil kilómetros de
nuestra Villa. Sin duda, el Dr. Dicquemare –o probablemente el impresor de la
obra- confundió el río Elbe (Elba) con el Èbre (Ebro), cuyos nombres se parecen
en francés.
II.-
En la gran Enciclopedia Italiana de
Giovanni Treccani (Roma, 1949), el Rector de la Universidad de Turín, Silvio
Pivano, dedicó un artículo a la “Ordine di Calatrava”, anotando que la fundó el
“Abate Raimondo, della badía cisterciense di Fideiro” (t. VIII, p. 321).
¡Santa
Madonna! Se ve que el “onorabile Rettore di Torino” creó que nuestro pueblo
estaba en Galicia y lo llamó Fideiro, a semejanza de Ribeiro, Ferreiro,
pandeiro y botafumeiro.
III.-
El P. Anselme Dimier, en su libro L´Art
Cisterciens hors de France (Abbaye Sainte-Marie de la Pierre-qui-vire,
1971) asegura que los monjes cistercienses de la Scala-Dei fundaron la Abadía
primitivas de Fitero (entiéndase la de Yerga) en 1140 (p. 19) y en su libro,
L´Art Cistercien-France (2ª edición, 1974) dice que fue en 1141 (p. 75).
¿En
qué quedamos? Dede luego, consta documentalmente que ya estaban en Yerga en el
otoño de 1140. Pero ¿desde cuándo? Por lo menos, desde el año anterior.
IV.-
Don Vicente de la Fuente, en la continuación de la España Sagrada del P. Enrique Flórez (Madrid, José Rodríguez,
1866), dice que en la era 1178 (año 1140), el Emperador D. Alonso y su mujer
hicieron donaciones de un cortijo o granja (villula),
llamada Nienzabas, en el monte Yerga, a don Durando y sus socios, procedentes
del Monasterio de la Scala-Dei” (t. 50, p. 190).
Se
ve que don Vicente no anduvo jamás por aquellos lugares, pues Niencebas no está
ni estuvo nunca en Yerga, sino a tres kilómetros y medio del extremo S. E. de
esta montaña.
V.-
La Enciclopedia de la Religión Católica,
dirigida por R. D. Ferreres (Barcelona, Dalmau y Jover, 1954) asegura, en el
artículo dedicado a San Raimundo, que “su nombre era el de Raimundo Sena” (t.
VI, p. 457).
Solo
faltaba este descubrimiento para embrollar más la vieja disputa acerca del
lugar en que nació San Raimundo, pues, a juzgar por este apellido locativo,
debió ser oriundo de alguna Sena. ¿Pero de cuál? ¿De la región francesa de la
Seine o de la ciudad italiana de Siena?, pues ambas, en castellano, se llaman
Sena.
Por
lo demás, no sería difícil que este lapsus sea debido al linotipista de la
edición, el cual confundió la rr con la n y escribió Sena, en vez de Serra.
VI.-
En sus Études sur le monachisme en
Espagne et au Portugal del cisterciense Dom Maur Cocheril (Lisboa,
Bertrand, 1966), hemos sorprendido tres gazapillos.
El
primero es la aseveración de que “Alfonso VII de Castilla dio al abad Don
Durand, jefe del Monasterio francés de la
Escale-Dieu, el lugar llamado Yerga” (c. I, p. 147 y c. V, p. 339).
Es
el primer autor que asegura que don Durand fue superior de dicho monasterio; y
desde luego, nos parece inverosímil que, siendo así, abandonase aquella abadía,
recién abierta, para ir al extranjero a fundar otra. Por lo demás, Cocheril no aduce
ninguna prueba de su aserto.
El
segundo gazapillo consiste en afirmar que Alfonso VIII era hijo de Alfonso VII (c. II, p. 174).
No
es cierto, sino de Sancho III, Alfonso VII el Emperador sólo fue su abuelo.
Por
fin, el tercer gazapillo es la aserción de que el Rey Don Sancho III “redactó
en Almanza, en enero de 1158, el acta de donación de Calatrava a San Raimundo
(c. V, p. 349).
No
fue en Almanza (así llaman los franceses a Almansa), sino en Almazán, que no es
igual. El error es explicable, porque Almazán no dice nada a los franceses cultos,
pero sí, en cambio, Almansa, a causa de la famosa victoria que obtuvo allí el
Duque de Berwick contra los imperiales, en 1707, durante la Guerra de Sucesión
de España. Por lo demás, bien podría tratarse también de una errata de
imprenta.
VII.-
En la Enciclopedia Universal Ilustrada
Europea-Americana de la Editorial España-Calpe (Madrid, 1924 y siguientes)
nos tropezamos nada menos que con tres gazapillos y tres gazapos.
El
primer gazapillo es asegurar que la posición del Castillo y de la Villa de
Tudején se la disputaron en otro tiempo, los Reyes de Navarra y de Castilla (t.
23, p. 1.608).
No,
señor redactor o impresor: lo que se disputaron no fue su posición, sino su
posesión, que no es lo mismo.
El
segundo gazapillo consiste en afirmar que la fiesta de San Raimundo de Fitero
se celebra el 30 de abril (t. 49, p. 404), lo que no es cierto, sino el 15 de
marzo. Como se ve, el articulista la retrasó mes y medio. Sin duda, ignoraba el
dicho popular fiterano: Mientras el mundo sea mundo, el 15 de marzo, San
Raimundo.
(Por
cierto que, en el mismo error, incurre la Grande
Enciclopedia Portuguesa é Brasileira, vol. XXIV, p. 279, tomado seguramente
del Espasa.)
El
tercer gazapillo es la aseveración, en el artículo referente a D. Juan de
Palafox y Mendoza, de que, al nacer, fue recogido y adoptado a continuación,
por un Guarda Mayor de la jurisdicción de los Baños de fitero y vasallo y
criado de los Marqueses de Ariza (pp. 4-5), llamado Pedro Navarro.
No
está comprobado que Pedro Navarro fuese, a la sazón, Guarda Mayor de la
jurisdicción de los Baños de Fitero, sino solamente bañero de los mismos. En
cuanto a la especie de que fuese, a la vez, vasallo y criado de los Marqueses
de Ariza, es un cuento sin ningún fundamento. De los únicos que era vasallo y
criado era de los monjes del Monasterio, que eran los propietarios de los Baños
y los dueños de todo el territorio de Fitero. Los Marqueses de Ariza no tenían
ninguna posesión en Fitero y vivían de ordinario en Madrid y en Zaragoza; y
algunas temporadas, en Ariza.
En
cuanto a los gazapos, el primero es consignar que, hacia 1920, había en Fitero,
además de los Balnearios y del caserío del pueblo, 107 otros edificios
diseminados (t. 23, p. 1608).
¡Caramba!
¿Dónde estaba? Porque, a la sazón, vivíamos todavía en Fitero, y ni contando la
Cueva de la Mora, la Cueva del Pirrio y el cobertizo de la rueda del Raña,
llegaban a la mitad. Por lo visto, el articulista tomó como edificios los
simples albergues diseminados por los campos. Es como si hubiera contado como
palacios las casillas de las eras de los Cogotillos.
El
segundo gazapo consiste en atribuir a Itero de la Vega, en la provincia de
Palencia, la historia de nuestro Monasterio, de San Raimundo y de la Orden Militar
de Calatrava (t. 28, Segunda Parte, p. 2.268), después de habérsela atribuido
anteriormente, y con toda razón, a Fitero de Navarra. Es decir, un verdadero
milagro de bilocación geográfica e histórica. ¡Vaya descuido y confusión!
El
tercer gazapo es muy chusco. Consiste en insertar, en el artículo dedicado a
San Raimundo de Fitero, la fotografía de una escultura del mismo debida al
artista Miguel de la Cruz (t. 49, p. 405).
No
tenemos que oponer ningún reparo a esta obra de arte, desde el punto de vista,
estrictamente escultóricos; pero sí, en cambio, a la actitud en que aparece el
Santo, pasando entre sus manos las cuentas de un rosario. ¡Formidable
anacronismo!, pues resulta que San Raimundo jamás rezó el rosario. ¡Cómo! Por
la sencilla razón de que nuestro Santo murió unos años antes de que naciera
Santo Domingo de Guzmán, quien fue el que introdujo y propagó en España la
devoción del Rosario.
VIIII.-
En un prólogo a las Rimas, Leyendas y Narraciones de Gustavo Adolfo Bécquer,
publicadas en México por la Editorial Porrúa en 1968 (IV edición, nº 17 de la
Colección “Sepan cuantos…”), Doña J. de O. escribe lo siguiente:
“Tiene
su origen la leyenda (El Miserere) en el bellísimo monasterio románico de
Fitero, pueblecillo en el que también hay un balneario al que alguna vez acudió
Bécquer para tratar de mejor sus dolencias” (p. XXIX).
Sentimos
mucho tener que rectificar a la culta profesora, tanto más cuanto que es muy
probable que visitase alguna vez nuestro pueblo, cuando en la época de la II
República Española, ejercía su profesión en Pamplona, pero no es cierto que el
monasterio cisterciense de Fitero sea precisamente románico, sino de transición
románico-gótica, como ya hemos anotado. Por lo demás, muchas gracias por el
calificativo de bellísimo, adjudicado a nuestro templo.
Por
lo que se refiere a la afirmación, un poco despectiva, de que Fitero sea
simplemente un pueblecillo, no nos hace ninguna gracia, porque no es
rigurosamente exacta, a menos que se lo compare con la capital de México, con
Tokio o con Nueva York. En tal caso, lo son asimismo Pamplona, Madrid y
Barcelona. Todo es relativo en este mundo. Pero con relación a los demás
pueblos de Navarra, estimamos que la Sra. J. de O. minimiza a nuestra Villa,
sin ninguna razón. Desde finales del siglo XVIII, Fitero tuvo siempre más de
2.400 habitantes y no menos de 500 casas (aunque en el momento en que
redactamos estas líneas, tenga un centenar menos de habitantes, pero, en
cambio, tres centenares más de casas habitadas), llegando en 1900 a 3.469
habitantes y a 742 casas. ¿Y a una aglomeración demográfica de esta clase llama
la Sra. J. de O. un pueblecillo? Pues entonces ¿qué apelativos reserva para
designar a la mayoría de los pueblos de Navarra, que tienen menos población y
mensos caserío que Fitero? ¿Aldeas? ¿Villorrios? ¿Lugarejos?[1]
En
fin, exagerando siempre un poco, la señora J. de O. escribe, en el mismo
prólogo, que Fitero “era uno de los lugares preferidos de Bécquer” (p. XXXI).
Preferido
“en qué sentido” Como punto de referencia literario, tal vez, puesto que le
inspiró dos leyendas: La Cueva de la Mora
y el Miserere; y una narración: La Fe salva. Pero no como lugar de
residencia o de visita. ¡Si solo estuvo en Fitero, como bañista, una o dos
veces!
IX.-
El Grand Dictionnaire Universel du XIXè
siècle de Pierre Larousse (Paris, 1866-1876), al ocuparse de San Raimundo,
en el artículo Calatrava, lo llama don Raymond de Borever.
Oh,
là, là! ¿De dónde sacaría el articulista francés este apellido? ¿De alguna
novela medieval de caballerías? Menos mal que no se le ocurrió hacerlo Bereber…
X.- Don José María Iribarren, en su
Retablo de curiosidades, al anotar las trabucaciones desopilantes del popular
barman de mi juventud fiterana, el Cuadrao,
la llama Casto el Cuadrao.
No
sabemos si el chispeante escritor tudelado quiso incurrir, a su vez, en otra
trabucación, toda vez que el Cuadrao
no era casto ni de nombre ni de hechos, pues estaba casado y tenía dos hijos
(varón y hembra). Se llamaba Jenaro Falces.
XI.-
El P. Juan de Mariana, en su clásica Historia General de España (Edición de
Gaspar y Roig, Madrid, 1849), refiriéndose a la resolución adoptada por San
Raimundo y Diego Velázquez de tomar a su cargo la defensa de Calatrava,
escribe:
“…solo
dos monges del Cistel… se atrevieron a esta empresa: estos eran Fray Raimundo,
abad de Fitero, junto al río Pisuerga (yerran los que atribuyen esta loa a otro
monasterio de Fitero, que está en Navarra, cerca de Tudela, pues consta que no
estaba edificado en este tiempo) y al compañero que traía, llamado Fray Diego
Velázquez” (t. I, libro XI, c. VI, p. 525)
El
que yerra completamente es el P. Mariana; y como no es cosa de perder el tiempo
en refutar tan craso error, nos limitamos a copiar la nota rectificativa, que
aparece en segundo lugar, al pie de la misma página citada:
“Muy
al contrario, Moret ha demostrado con toda evidencia que San Raimundo, fundador
del Orden Militar de Calatrava, fue abad del famoso monasterio de Fitero de
Navarra, y no del de Castilla.”
XII.-
El Diccionario Enciclopédico U.T.E.H.A.
(México, 1953), en el artículo que dedica a nuestra villa, dice que “comprende,
además de la capital, cuatro entidades de población…” (t. V, p. 93).
¡Zambomba!
¿Cuáles son?
Se
ve que el redactor de este artículo leyó apresuradamente e interpretó todavía
con más ligereza, los datos que suministra sobre Fitero la Enciclopedia de
España-Calpe, y sin pararse en barras, elevó a nuestro pueblo a la categoría de
capital y de cabeza de cuatro poblados más. ¡Así se escribe la Historia! O,
mejor dicho, en este caso, la Geografía…
XIII.-
El historiador mexicano, don Genaro García (1867-1920), en su notable biografía
de Don Juan de Palafox y Mendoza (México, Viuda de Bouret, 1918), llama a
Fitero “población de Navarra, situada al Norte y a corta distancia de Ariza”
(p. 14).
No
sabemos si don Genaro estuvo alguna vez en España, pero es casi seguro que no
estuvo ni en Ariza ni en Fitero.
Por
de pronto, la frase transcrita, ateniéndonos estrictamente a su redacción,
quiere decir, que Fitero se encuentra al Norte de Ariza; lo cual es tan cierto
y tan vago como decir que está al Norte de Servilla o de Teruel. Probablemente
quiso decir el autor que Fitero se halla al Norte de España, lo cual es más
exacto, pero no sé expresó con la debida claridad.
En
segundo lugar, la otra afirmación de que Fitero está a corta distancia de
Ariza, tampoco es admisible, pues nuestro pueblo dista de Ariza unos 90
kilómetros, en línea recta, y por tren o carretera, más de cien. Naturalmente,
como todo es relativo en este mundo, hoy día, para un avión supersónico, cien
kilómetros sólo representan un recorrido de unos minutos, pero para un
automóvil y un tren expreso, representan ya alrededor de una hora, y para un
peatón corriente, por lo menos dos jornadas.
XIV.-En
el Catálogo documental de la ciudad de
Corella (Pamplona, Aramburu, 1964), don Florencio Idoate inserta un curioso
Plano de Fitero, con su monasterio, baños y términos, levantado en el siglo
XVII (p. 469, lamina XXII). Por supuesto, se trata de un plano rudimentario,
hecho a ojo, sin escalas, coordenadas, curvas de nivel ni orientación, pues en
aquel tiempo, ni la Geodesia ni la Topografía estaban desarrolladas como ahora.
Pero lo más curioso del mismo es la desorientación completa de su anónimo
autor, pues los cuatro puntos cardinales se encuentran invertidos; es decir, el
Norte de nuestro término municipal aparece en la parte inferior del plano, el
Sur en la superior, el Este a la izquierda y el Oeste a la derecha. Por lo
mismo, la primera vez que examinamos este viejo plano, los que quedamos un
momento desorientados fuimos también nosotros.
XV.-
En el Diccionario de Historia de España,
de la Revista de Occidente, al referirse a nuestro paisano Palafox y Mendoza,
en el artículo correspondiente, se asienta que, a su regreso de México, “se le
destinó al Obispado de Osuna, en el que murió.” (Madrid, t. II, p. 755). Firma
el artículo A. P.
¿De
dónde sacaría el señor A. P. semejante disparate?
En
primer lugar, jamás, a través de los siglos, fue sede episcopal la villa de
Osuna; de manera que, en modo alguno, pudo ser nombrado Palafox obispo de la
misma.
En
segundo término, es bien sabido que Palafox no murió en Osuna, sino en Osma,
que está a unos 500 kilómetros de distancia, en línea recta, de la vida sevillana.
El error, por consiguiente, es de largo alcance…
Bien
pudiera ser que el culpable del mismo no fuera precisamente el señor A. P.,
sino el linotipista ce la edición, el cual leyó Osuna en vez de Osma. Pero si
estas erratas son completamente disculpables en libro de poca importancia y de
poca difusión, impresos por editoriales oscuras, no así tratándose de una
empresa editorial y cultural del prestigio nacional e internacional de la
Revista de Occidente.
Por
cierto que el mismo Diccionario no decida ningún artículo especial a San
Raimundo de Fitero, contentándose con mencionarlo en el que consagra a
Calatrava. ES decir, que la defensa de Calatrava y la fundación de la Orden
Militar del mismo nombre son hechos históricos, mas, por lo visto, San Raimundo
no es un personaje histórico… ¡Viva la lógica[1]!
XVI.-
Análoga omisión –y ésta, total y más imperdonable- hace el P. B. Ll., en su
obra Nueva visión de la Historia del
Cristianismo (Barcelona, Editorial Labor, 1956). En el tomo II dedica un
capítulo, como no podía menos, a las Ordenes Militares y habla naturalmente de
la Orden de Calatrava, pero sin nombrar para nada a su fundador. Y todavía hace
más, pues en el Vocabulario
–denominación a todas luces inadecuada- o pequeña lista alfabética de noticias
biográficas que inserta al final de su libro, habla de todos los Raimundos
eclesiásticos habidos y por haber: del beato Raimundo Lulio, de Raimundo Marti,
de San Raimundo de Peñafort, de Raimundo de Puy, de Raimundo de Sabunde, de
Raimundo de Toldo y de Raimundo de Vineis, de Capua; pero omite a San Raimundo
de Fitero, que es, por lo menos, tan importante como casi todos los citados.
¿Por qué? Misterio.
Menos
mal que el P. B. Ll. se acordó de Palafox y Mendoza. ¡Ah!, pero para dedicarle
unas cortas líneas insidiosas y malévolas…
Verdaderamente
es una “nueva visión de la Historia del Cristianismo”, pero deformada.
XVII.-
El Diccionario Enciclopédico
Hispano-Americano (Barcelona, 1941), refiriéndose al clima de Fitero,
asegura que es caliente, añadiendo que la temperatura media de la temporada de
verano oscila entre 20 y 21 grados centígrados (t. IX, p. 441).
Se
ve que el autor de este artículo no estuvo nunca en Fitero, y si estuvo alguna
vez, sería de pasada y en los meses de mayo o de septiembre. Del o contrario,
se hubiera convencido de que nuestro clima no es precisamente caliente, sino
templado, aunque se destemple más de una vez… En cuanto a la afirmación de que
la temperatura media en verano oscila solamente entre los 20 y 21 grados de la
escala Celsius, es una buena noticia; pero, ¡lástima que no sea verdad tanta
belleza!
XVIII.-
Un investigador – por cierto, excelente escribe que el abad Fr. Marcos de Villalba
falleció el 14 de enero de 1591, pero consigna, en la página siguiente, que el
21 del mismo mes y año ( o sea, una semana después de muerto), revocó como nula
una donación de 530 ducados, para el sostenimiento de un maestro de escuela en
Fitero, hecha por su antecesor, Fr. Luis Álvarez de Solís.
Aliquando
bonus dormitat Homerus… (a menos que tenga la culpa el impresor).
Pues
bien, no es cierto que Villalba muriese en enero de 1591, pues nosotros sacamos
una copia, en el Archivo de Protocolos de Tudela, de las Mondas que hizo dicho
abad, el 11 de diciembre de dicho año, entre las que figura precisamente la
“donación irrevocable” de la cantidad asignada por su antecesor , Fr. Luis
Álvarez de Solís, para el maestro de Escuela (Protocolo de Miguel de Urquizu y
Uterga, en Extravagantes, ff. 453-456).
Por
cierto que se trata de un documento emocionante, no sólo por estar dictado por
un moribundo, que ya no podía escribir, sino por su texto piadoso y
humanitario. Se ve que Fr. Marcos fue un religioso ejemplar. El documento consta
de cuatro folios y, por desgracia, está muy estropeado, faltándole trozos en
todas las hojas. Por añadidura, bastantes párrafos, no mutilados, están
desleídos por la humedad. Al final hay una firma ilegible y esta aclaración del
escribano: “Doy testimonio que la firma de arriba dice “El Abad de Fitero” y es
de la propia mano de dicho Abad, aunque la gravedad de la enfermedad no lo dejó
mejor firmar”.
XIX.-
Don José María Iribarren, en su ya citado Retablo
de curiosidades habla del brigadier don Antonio Ramírez Arcas, quien, en
1845, publicó un curioso Itinerario descriptivo
de Navarra. El buen brigadier, pretendiendo ponderar las virtudes del agua
termal de Fitero, aseguraba en serio que “promueve las evacuaciones de la piel,
del vientre y de los riñones”, que es “utilísima en las clorosis y opilaciones,
hipocondrías y parálisis, y en fin, en cuantos males reconozca el facultativo
la virtud o debilidad de los sólidos y excesiva fluidez o pobreza de los
humores.”
¡Estupendo
modelo de propaganda de nuestros Balnearios”, pues con su extravagante,
estrambótica y estrafalaria ponderación es seguro que el señor Ramírez Arcas no
acarreó al establecimiento ni un solo cliente.
XX.- El Dictionnaire de la conversation y de la lecture (Paris, Didot, 1873,
segunda edición), al ocuparse de nuestro primer abad, en el artículo dedicado a
Calatrava, llama a nuestra villa Vitero (t. IV, p. 198).
Una
de dos: o se trata de una errata de imprenta o es que el redactor –o el
impresor- de este artículo era alemán y escribió Vitero por Fitero, porque se
pronuncia f la v inicial de casi todas las palabras alemanas. Ejemplo: Vater, padre; fa`ter; verboten, prohibido, ferbo´ten; vier, cuatro, fir; Vogel, pájaro, fo´guel. Sin embargo, la f inicial se pronuncia siempre como f, de manera que, aun siendo teutón, no tenía por qué haberse
equivocado, a menos que se tratase de un dictado.
XXI.-
El P. Antonio González de Rosende, en su Vida
y virtudes del Ilmo. Y Excmo. Señor don Juan de Palafox y Mendoza (Madrid,
1666) augura que su biografiado, al ser abandonado, al nacer, por su madre, fue
recogido, adoptado y criado por Pedro Navarro, Guarda Mayor de la jurisdicción
de los Baños de Fitero y vasallo y criado de los marqueses de Ariza (p. 4).
¿Cómo
podía ser a la vez Guarda Mayor de la jurisdicción de los Baños de Fitero y
vasallo y criado de los marqueses de Ariza, los cuales no tenían en Fitero
ninguna clase de posesión ni jurisdicción? Por lo demás, ya hemos refuta esta
especie absurda, al hablar de los gazapos de la Enciclopedia Espasa, la cual lo
copió probablemente de la biografía del P. González de Rosende.
XXII.-
Luis Alfaro Piña, en su Relación
descriptiva de la fundación, dedicación, etc., de las iglesias y conventos de
México (México, Villanueva, 1863), asienta que Palafox fue obispo de Puebla
desde 1639 y 1653, en que pasó al obispado de Osena (sic). Así lo dice en la
página 73.
Lo
primero es una verdad a medias, pues, de hecho., sólo rigió personalmente
aquella diócesis hasta la primavera de 1649, en que volvió a España, llamado
por Felipe IV, no regresando más a México; aunque de derecho, continuó siendo
obispo de Pueblo, algunos años más. En cuanto a lo de Osena, se trata
seguramente de una errata de imprenta, en lugar de Osma, de la que fue nombrado
obispo en 1653, pero no tomó posesión personalmente de esta mitra hasta el 7 de
marzo de 1654.
[1] En la
segunda edición de esta obra, aparecida en 1968, se subsanó tal omisión, pero
no se rectificó el disparate de Osuna. Tal vez se haya hecho en posteriores.
[1] Según
el censo publicado en el “Boletín Oficial de Navarra”, el 7 y el 19 de julio de
1971, de los 263 municipios de la provincia, 222 tenían, a la sazón, menos
población de hecho que Fitero.
CAPÍTULO V
OTROS TOPÓNIMOS FISIOGRÁFICOS
Omitiendo todos aquellos que ya han
sido analizados en los demográficos, así como en los nombres de términos y
parajes, añadiremos los siguientes.
A) OROGRÁFICOS
ALTOS DE LAS MUGAS
Muga significa mojón, linde, límite,
y los Altos de las Mugas son los que existen en los límites del N.O. de Fitero
con Corella y con Alfaro, siendo su altura máxima la cota 665.
CASTILLO
El monte del Castillo –del latín castellum- se refiere a la fortaleza de
Tudején que estuvo edificada en su cima, en la Edad Media.
CUÉVANOS
Cuévano es propiamente un cesto de
mimbres grande y hondo, de forma cilíndrica, ensanchado por la boca, que solía
usarse para las vendimias. La serie de cerros llamados los Cuévanos, situados
detrás de Peñarroya, tiene una forma algo parecida, pero colocados boca abajo,
y sin duda por ese se les dio este nombre. El más alto es la cota 657.
MONTECILLO
Es diminutivo de monte y se le dio
tal nombre por su configuración de pequeña colina. Monte procede del latín mons, montis.
PEÑA DEL SACO
En nuestro “Poemario Fiterano”,
inventamos una leyenda trágica, explicando poéticamente este topónimo; y en
ella el saco es el receptáculo corriente. Pero solo era una leyenda. De todos
modos, con un poco o un mucho de imaginación se puede ver en dicha peña la
forma de un saco enorme, asentado en el suelo y con la boca abierta hacia el N.
E.; y este parecido podría ser, como en el caso de los Cuévanos, el origen de
tal topónimo. Por otra parte, sabemos que en la Peña del Saco estuvieron
instalados poblados prehistóricos, incendiados, después de saqueados, por los
celtíberos y por los romanos; y en este caso, saco sería sinónimo de saqueo.
Pero no es fácil que la memoria de aquellos saqueos o sacos perdurase al cabo
de 14 siglos y pico, cuando no se sabía ni una palabra de prehistoria.
PEÑARROYA
Sin duda se dio tal nombre tanto a la
Peñarroya Alta como a la Baja, por el color de sus rocas tostadas por el sol; o
por el tinte rojizo que adquieren en los crepúsculos matinales.
B) HIDROGRÁFICOS
ALHAMA
Es sinónimo de Aljama, procedente del árabe alchamaa,
reunión, y significa reunión o asamblea de moros o judíos. Evidentemente fueron
los moros los que dieron tal nombre a nuestro principal río, por significar
también fuente termal.
FUENTE DEL OBISPO
Se le dio tal denominación, por haber
sido inaugurada en 1859, por el Obispo de Tarazona, D. Cosme Marrodán y Rubio.
Fuente procede del latín fons, fontis.
NACEDERO
Es el nombre vulgar que se da a la
Fuente de Hospinete, por el manantial de agua que nace cerca de este término,
pero ya dentro del término de los Blancares. Nacedero viene de nacer, y éste,
del latín nascere.
PILÓN
Aumentativo de pila, del latín pila.
En sentido hidrográfico, pilón es un depósito, construido al lado o en las
inmediaciones de una fuente, para que recogiendo sus aguas, sirva de
abrevadero, de lavadero o de reserva de aguas de riego. Los Pilones de
Hospinete, Roscas y Cascarrales, que recogen las aguas del Nacedero, tiene el
último objeto.
PONTIGO DE MIGUELACHO
En Navarra, pontigo es sinónimo de pontarrón,
es decir, de puente pequeño y construido sin esmero. Es probable que se le
diese el nombre de Miguelacho, epéntesis de Migelcho, equivalente en vasco a
Miguelico, por llamarse así su constructor.
RIO CHICO, RIO DEL MOLINO Y RÍO DE LA HUERTA
Son tres nombres diferentes, ya en
desuso, salvo el tercero, del canal del Alhama, que empieza en la Callejuela de
los Plantados. Antiguamente se llamaba Río Chico al tramo que va desde la presa
del Soto hasta la Calle Lejalde; Río del Molino, al que va desde la Calle
Lejalde hasta el Barrio Bajo; y Río de la Huerta, al que empieza irrigar la
Pieza de la Orden y la Huerta, a su salida del Barrio Bajo. Río procede del
latín rivus, riachuelo.
RÍO LLANO
En el canal del Alhama que empieza en
la presa de los Puertos a irrigar Ormiñén y los Plantadillos. Se le puso este
nombre por su curso sin pendientes y fue abierto en 1527.
RÍO MOLINA O DE ZAPATA
Es el construido por un ingeniero
tafallés, apellidado Zapata, para servir al molino de su propiedad que instaló
en Cintruénigo.
[i] Colección de Clásicos Castellanos de Espasa-Calpe, S.
A., Madrid, 1951, VI edición, con notas de Julio Cejador y Frauca.
[ii] Geografía General del País Vasco-Navarro, Navarra, t.
II, p. 872.
[iii] Annales del Reyno de Navarra, t. II, lib. XIX, c. II,
p. 468, Pamplona, P. Ibéñez, 1766.
[iv] Protocolo de 1561, nº 138, ff. 173-174. A.P.T.
[v] Protocolo de 1580-1582, nº 145, f. 76. A.P.T.
[vi] Mojón nº 13. Manuscrito de Sebastián Mª de Aliaga, nº
XLII.
[vii] Cristina Monterde, Colección diplomática del
Monasterio de Fitero, doc. 96 y 198.
[viii] Lib. Cit., p. 545, Buenos Aires, Liubrería del
Colegio, 1958
[ix] Ob. Cit., t.
VIII, art. Fitero, Madrid, 1847.
[x] Ob. Cit., t. IX, p.
440.
[xi] Ob. Cit., t. XXIII p. 1.608.
[xii] Ob. Cit., t. V, p. 93.
[xiii] Ob. Cit., Sec.
I, t. I,
p. 282, Madrid, Vda. De Joaquín Ibarra, 1802.
[xiv] Documentos nº 8 y nº 22 de la Colección diplomática del Monasterio de Fitero, ya citada, pp. 363
y 376.
[xv] Ob. Cit., t. XVIII, p. 65.
[xvi] Edición VI de Clásicos Castellanos, corregida y
anotada por Ramón Menéndez Pidal, España-Calpe, S. A., Madrid, 1951.
[xvii] Isaac López Mendizábal, obra citada, pp. 14-15.
[xviii] Edición, prólogo y notas de Alonso Zamora Vicente,
Clásicos Castellanos. Espasa Calpe, S. A.; Madrid, 1946.
[xix] Historia de España, Sopena, Barcelona, 1958.
[xx] Historia antigua y media de España, c. XXII, p. 133;
Pamplona, 1914. A. S.
[xxi] Poema de Fernán González, edición citada, VI, p. 53;
nota.
QUINTA PARTE
POESIA FITERANA
INTRODUCCIÓN
Reunimos en dos secciones, bajo el
epígrafe común de POESÍA FITERANA, unas docenas de composiciones en verso,
referentes a Fitero y escritas por fiteranos de nombre conocido, así como una
serie de cantaras fiteranos, de tipo popular y anónimo, que forman parte de
nuestro folklore, aunque la mayoría son ya desconocidas de la juventud actual.
Los versos de la primera sección son de
Alberto Pelairea Garbayo, Luis Palacios-Pelletier, Serafín Inúñez Fernández,
Anselmo Pérez Lacarra y algunos nuestros, no incluidos en nuestro POEMARIO
FITERAN. En cuanto a los versos de la segunda sección, no hemos incluido entre
ellos los de los “Auroros”, porque los transcribimos y comentamos en nuestro
RETABLILO FITERANO.
VERSOS DE ALBERTO PELAIREA GARBAYO
En nuestro POEMARIO FITERANO de 1969,
insertamos en el APÉNDICE (pp. 225-226) una extensa noticia bio-bibliográfica
de este celebrado poeta regional y a ella remitimos al lector. Con
posterioridad, la COFRADÍA GASTRONÓMICA DEL PIMIENTO SECO publicó una ANTOLOGÍA
POÉTICA DE PELAIREA, con prólogo, selección y notas del escritor tudelano, Luis
Gil Gómez. Por nuestra parte, recogemos, en este volumen, la producción lírica
de Pelairea, referente únicamente a Fitero, y en la MISCELÁNEA FITERANA,
publicaremos la teatral.
Por no repetirnos, omitimos las tres
composiciones suyas, publicadas ya en nuestro POEMARIO, a saber, el poema A LA
VIRGEN DE LA BARDA, destinado a su camarín en 1919; los VERSOS DE ACCIÓN DE
GRACIAS AL PUEBLO DE FITERO, al ser nombrado Hijo Adoptivo de la Villa, en
1922, y el soneto elegíaco A LA MUERTE DE JOSÉ LUIS ARMAS, en 1927.
La mayor parte de sus composiciones
fiteranas las publicó Pelairea en LA VOZ DE FITERO; mas, por desgracia, ya no
se conserva completa la interesante colección de aquel semanario. De todos
modos, reunimos aquí siete composiciones suyas serias, una veintena de festivas
y dieciséis SEMBLANZAS.
Las serias abordan diversos temas,
especialmente el de la Virgen de la Barda. Las festivas son comentarios
desenfadados en verso de los sucesos de la vida cotidiana del pueblo, en
aquella época, bajo el epígrafe común DE DOMINGO A DOMINGO, y las SEMBLANZAS
son retrato en clave, bastante transparente, de parejas de jóvenes de ambos
sexos de su tiempo, con insinuaciones casamenteras. Con la ayuda de las señoras
María Alava y Josefina Sanz, no nos ha sido difícil el identificar a todos los
retratados, como veremos oportunamente.
Casi todas las composiciones festivas y
casamenteras aparecieron en LA VOZ DE FITERO, durante los años 1912-1913, con
el seudónimo de UNO DE VALDECALERA, paraje adyacente a las Peñas del Baño. Las
serias las firmó siempre con su nombre.
COMPOSICIONES SERIAS
I
ANTE LA ABADÍA DE FITERO
¿Cuánto al humano esfuerzo
costaría
elevar tus magníficos
altares!
Manejar tus titánicos
sillares,
¡qué largo, qué imposible no
sería!
¡Cuánto noble sudor no
vertiría
quien labró de tus piedras
los millares!
¡Cuánta fuerza no esconden
tus pilares,
muros, arcadas, coro y
gradería!
Pero ahí estás grandiosa,
siempre santa,
siempre firme, intangible,
siempre enhiesta,
al rozar por tus muros las
edades;
que aquello que hacia Dios
la fe levanta,
si años y siglos elevarlo
cuesta,
sólo hundirlo podrán
eternidades.
(Soneto publicado en el
número 2 de la Voz de Vierto, el 14 de abril de 1912.)
II
OLIVAR DE FITERO
Noble patio que el campo de
eterno verde viste,
que tiene el movimiento del
agua de los mares,
que rodea sus troncos de esa
penumbra triste
de las viejas y muertas
salas capitulares.
Tú, que de Jesucristo el
llanto recogiste,
que eres calor y vida de los
pobres hogares,
que para el Arca Santa dulce
heraldo tuviste,
que son la paz tus hojas…
¡Oh bellos olivares!
Mereces que te canten en
estrofas sonoras,
con letras de arcos iris y
palabras de auroras,
por la misión sublime que en
tus ramas anida,
pues que guardas en ellas,
como en un relicario,
la luz mística y suave que
ilumina el Sagrario
y la Unción que acompaña al
hombre en su partida.
(Poema publicado en el
Diario de Navarra, el 18 de julio de 1920.)
III
Como buena fiterana,
prendida llevas en ti
la belleza soberana
que nos puso Dios aquí.
En tu voz, ritmo sonoro
de nuestras aves parleras;
en tu piel, la alfombra de
oro
de nuestro trigo en las
eras.
En tus mejillas rosadas,
frescura de nuestro río;
en tu boca, en miel
montadas,
perlas de nuestro rocío.
De nuestra noche, en tus
ojos,
el misterio más profundo;
y en tus labios, tonos rojos
de la cruz de San Raimundo.
Como buena fiterana,
prendida llevas en ti
la belleza soberana
que nos puso Dios aquí.
(Poesía fechada en Fitero,
el 20 de mayo de 1922)
IV
A LA VIRGEN DE LA BARDA
Señora: a vuestro trono
brillante y soberano,
hoy llega de rodillas un
nuevo fiterano,
que, ante todo, de serlo
orgullosa blasona,
por teneros, Señora, por
Madre y por Patrona.
Hoy llega a vuestro trono,
se postra a vuestras plantas,
humilde besa el polvo de
vuestras gradas santas,
y en ellas deja luego, pues
que a doraros viene,
una oración y un verso, que
es lo mejor que tiene.
Y después de rendiros
piadosa pleitesía
hoy quiere, aprovechando la
gloria de este día,
pediros una gracia que
espera sea lograda;
¡al hijo más pequeño no se
le niega nada!
Yo os pido, Señora, que
tendáis vuestras manos
a vuestros nobles hijos, los
bravos fiteranos,
que sufren valerosos en la
africana tierra,
dolores de la ausencia y
males de la guerra.
Los que su vida joven a la
Patria ofrendaron
y por ella sus madres y sus
casa dejaron;
los que en pueblos,
patrullas, fuertes o campamentos,
hoy en Vos y en Fitero
tienen sus pensamientos;
los valientes soldados que,
cuando muere el día,
os mandan sus fervores en un
Ave María,
y en Africa defienden su
honor y su bandera,
llevando vuestra Imagen
prendida en la guerrera.
Los conocéis de sobra, que
alzando a Vos sus preces,
en vuestro altar postrados,
los visteis otras veces,
y a despedirse fueron de
Vos, una mañana,
cuando tristes marcharon a
la tierra lejana…
Yo os pido por ellos, en mis
pobres cantares;
yo os pido que todos vuelvan
a sus hogares,
en los que sois la Reina y
en los que os adoran
y en los que hoy unas madres
tristes rezan y lloran.
Yo os pido por ellos y
confiado espero
en que, con vuestra ayuda,
volverán a Fitero;
el pueblo de sus sueños, al
que ellos aman tanto,
el que Vos, protectora, cubrís
con vuestro manto.
Esto es lo que os pido,
señora y Madre mía,
aprovechando, osado, la
gloria de este día,
y esta gracia confío verla
pronto lograda;
¡que al hijo más pequeño no
se le niega nada!
(Poema publicado en la
revista gráfica Fitero, el 10 de septiembre de 1922)
V
UN SONETO AL ABANICO DE MARÍA ÁLAVA
Abanico humilde y bello,
yo te envidio sin cesar
porque tú puedes besar
con tu brisa su cabello.
Porque te alumbra el
destello
de su sereno mirar;
porque puedes descansar
en el cisne de su cuello.
Porque tapas soberanos
y purísimos sonrojos;
porque tienes tan cercanos
esos dulces labios rojos;
porque estás entre las manos
que me han de cerrar los
ojos.
VI
GOZOS EN ALABANZA DE LA VIRGEN DE LA BARDA
Dulce Virgen de la Barda,
la que mis veros inspira,
para la que siempre guarda
su mejor nota mi lira.
Regia y Celestial Patrona,
todo auxilio y todo amor,
hoy por Ti su canto entona
este humilde ruiseñor.
A tus ojos que revelan
amores, cuando nos miran,
y con su mirar, consuelan
a los tristes que suspiran.
A tu Corona que es faro
que alumbra nuestro sendero,
a tu Manto que es amparo
de los hijos de Fitero.
Hoy, Patrona, que es tu día,
un Padre Nuestro y una Ave María…
A tu Altar, Puerta del
Cielo,
lar de nuestras devociones,
de donde se dan al vuelo
fiteranas oraciones.
Donde ojos de llanto yermos
te piden acongojados,
para los padres enfermos
y por los hijos soldados.
Hoy, Patrona, que es tu día,
un Padre Nuestro y una Ave
María…
A tu Nombre que es destello
del amor más verdadero,
que es el más dulce y más
bello
del lenguaje de Fitero,
Que lo pronuncian fervientes
y con cariños profundos,
los fiteranos ausentes
y los labios moribundos.
Hoy, Patrona, que es tu día,
un Padre Nuestro y una Ave
María…
Dulce Virgen de la Barda,
la que mis versos inspira,
para la que siempre guarda
Su mejor nota mi lira.
Regia y Celestial Patrona,
todo auxilio y todo amor,
hoy por Ti su canto entona
este humilde ruiseñor.
Y tras sus notas divinas,
se marcha a morir gozoso
a tu Bardal milagroso.
(Publicados en La Voz de
Navarra, el 9 de septiembre de 1923)
VII
EL
CRISTO DE FITERO [1]
Nada relata la Historia
de sus poderes divinos:
los más viejos pergaminos
de esta Cruz no hacen memoria.
No apareció milagroso
a un rey en una batalla;
no es la gloria de su talla
de algún artista famoso.
Ni es joya de orfebrería,
ni tiene raro valor,
no hubo nunca un trovador
que le diera su armonía.
En un pliegue del crucero,
todo amparo y humildad,
en angustia soledad
está el Cristo de Fitero.
Y desde aquella capilla
escucha las oraciones
y guía los corazones
de los hijos de esta villa.
Y hacia celestiales puertos
conduce a los fiteranos
entre sus llagadas manos
y entre sus brazos abiertos.
Sin tener el esplendor
que en otras Cruces he visto,
para mí este Santo Cristo
es el Cristo de mi amor.
Porque en esa Cruz prendida
tiene Fitero su fe;
¡tierra navarra en que hallé
el oasis de mi vida!
Porque, al rodar de mis horas,
cuando fueron desgraciadas,
me dio con dulces miradas
ayudas consoladoras.
Porque a aquella madre mía
hacia Dios la vio partir;
porque al poeta, al morir,
lo verá en su iglesia un día.
Por eso yo te venero
y rompió tu soledad
y llego hasta tu humildad,
¡santo Cristo de Fitero!
Y en día de tu Pasión,
desgranando una oración,
aquí, a tus plantas me ves,
porque quiero mi canción
prender con mi corazón
en el clavo de tus pies.
(Poema publicado en el
Diario de Navarra, el 10 de abril de 1925. Lo escribió el autor bajo la
impresión dolorosa de la muerte de su madre. Añadimos, rectificando un poco a
Pelairea, que la talla de este Cristo es modificada y se debe a un artista muy
conocido en Navarra, en aquella época: Bernabé Imberto.)
COMPOSICIONES FESTIVAS
I
DE DOMINGO A DOMINGO
(A favor de la creación de
un mercado semanal)
Me dicen que se ha pensado
en crear aquí un mercado
semanal,
proyecto muy acertado,
de importancia capital.
Pues por él, será Fitero,
dada su gran situación,
el punto de reunión
de todo el contorno entero
de esta importante región.
A trabajar, pues, la idea
hasta conseguir tener
mercado, cual se desea,
y una vez que un hecho sea,
¡fiteranos, a vender!
Que se nos lleve la gente
de las comarcas vecinas
las telas, las harinas,
el vinagre, el aguardiente,
el pan y las medicinas.
Que aquí no quede tocino,
ni alpargatas, ni jabón,
ni género ultramarino,
ni chocolate, ni vino,
ni un corte de pantalón.
Que el género de Fitero
por todas partes se extienda
y que aquí el comercio venda
tanto, que todo tendero
tenga que ensanchar su
tienda.
Que sean insuficientes
cafés, fonda y parador,
para los miles de gentes
que al mercado, diligentes,
vendrán con frío y calor.
Que sastres y zapateros
y albañiles y barberos
tengan de quehacer derroche
y trabajen los herreros
por el día y por la noche.
Que todos vivan muy bien,
sin un disgusto ni riña,
que el pan barato lo den
y que se cubra de viña
la Dehesa de Ormiñén.
Que el dinero que hoy
anhelas
y por el cual te desvelas,
corra al fin de mano en
mano,
y llegue a verlo el
Candelas,
con desprecio soberano.
Y que hasta yo, triste vate,
deshonra de los poetas,
coma pollo con tomate
y perpetre el disparate
de reunir tres pesetas…
……….
Si he de ser claro y
sincero,
aunque en verso chapucero,
lo expuesto es el resultado
que le deseo al Mercado
de Fitero.
(Se publicó en el número 1
de La Voz de Fitero, el 7 de abril de 1912. Francisco Alfaro, conocido
vulgarmente por Paco el Candelas, era un mendigo y vagabundo de la época, muy
leal, a quien hacían los vecinos los encargos más inverosímiles, para
diferentes lugares de España.)
II
DE DOMINGO A DOMINGO
(A favor del arreglo del
tramo final de la carretera de Tudela a Cervera.)
La
Diputación Navarra
que
nos cobra y nos gobierna,
compró
unos cuantos rodillos,
para
arreglar carreteras.
Y
como esos aparatos
yo
no he creído que sean
exclusivo
patrimonio
de
privilegiadas tierras,
fuera
bueno que mandaran
uno
por estas “céndeas”,
ahora
que están arreglando
un
trozo de carretera,
al
terminar la provincia,
muga
a muga con Cervera.
Esta
petición la creo
muy
clara, justa y correcta,
que
aquí se pagan tributos
y
aquí se pagan cadenas,
y
aquí se viaja y nos gusta
ir
por carreteras buenas,
y
aquí, en fin, no somos “bordes”,
a
lo menos que yo sepa.
Yo
suplico por todo ello
que
por estas villas venga
alguno
de esos rodillos,
de
utilidad manifiesta.
Ahora,
si los necesitan
más
arriba, en donde sea,
si
es que están apisonando
la
elevada carretera
que
usarán los voladores
en
la próxima carrera,
que
habrá, cuando el Centenario,
desde
Pamplona a Tudela
(y
que es dé “consolación”,
aunque
allí a nadie consuela);
si
es que están los seis rodillos
trabajando
por Sangüesa,
entonces
no digo nada,
venga
el pisón de madera
y
otra vez, conseguiremos
los
rodillos que hoy no llegan.
(Tal
vez sea por el año
mil
novecientos setenta…)
(Se publicó en el número 2
de La Voz de Fitero, correspondiente
al 14 de abril de 1912. Ignoramos a qué “consolación” se refería Pelairea.)
III
DE DOMINGO A DOMINGO
(Contra los que tiraban
aguas a la calle por las ventanas y los balcones, y a propósito del proyecto de
prolongar en línea recta la Calle Mayor, para salir a la carretera de
Cintruénigo.)
Con
extrañeza muy grande,
tengo
observado, hace tiempo,
que,
desde algunos balcones
de
las calles de Fitero,
acostumbran
a echar aguas
y
hasta líquidos diversos,
exponiéndose
la gente
a
un baño de cuerpo entero,
que,
tomado a mano airada
y
de improviso, no es bueno.
Además,
en aguas tales,
no
de colonia, por cierto,
puede
haber tres mil microbios
patológico-caseros,
causa
de gástricas, tifus
y
otros entretenimientos.
Como
que usar impermeable
a
diario es muy molesto;
como
que a nadie le agrada
que
le suelten un barreño,
y
como las Ordenanzas
prohíben
los aguaceros,
que
no sean los que envía,
desde
las nubes, el cielo,
yo
ruego a los alguaciles
que
denuncien esos riegos
de
ventanas y balcones
y
que hagan un escarmiento.
Y
el que quiera tirar aguas,
que
no aproveche un sombrero
ni
un traje de un transeúnte,
que
no hay quien lo limpie luego;
y
que se vaya a tirarlas,
si
en su casa no hay un hueco,
a
la Balsa del Mal Casco,
o
al Paguillo, o al Recuenco,
o
a la Aranjuela o al Prado
o
a Los Llanos, por ejemplo.
***
Según
me han informado,
pronto
se espera
poder
cambiar de curso
la
carretera,
que,
al entrar en el pueblo,
sigue
un camino,
como
la tubería
de
un bombardino.
Ahora
entrará derecha
y
evitaremos
el
que en El Cogotillo,
nos
estrellemos,
bien
en el automóvil,
bien
en tartana
o
bien en el saliente
de
una ventana.
Encuentro
ese proyecto
grande
y hermoso
y
para nuestra villa,
beneficioso;
por
lo que al Municipio
que
ahora tenemos
aplaudir
muy de veras
todos
debemos,
y
utilizar ya siempre
por
de contado
ese
nuevo trayecto
que
han proyectado.
(Del
Cogote las curvas
y
las subidas
se
las reservaremos
a
los suicidas)
(Publicadas en el número 3
de La Voz de Fitero, del 21 de abril de 1912.)
IV
DE DOMINGO A DOMINGO
(A favor de la Banda
Municipal, dirigida por el maestro Lorenzo Luis, y acerca de la naciente
Sociedad de Cosecheros de Vino de Fitero)
El
domingo por la tarde,
vi
a la Banda del pueblo,
la
que ejecuta de un modo
muy
acabado y perfecto,
con
afinación completa
y
con gusto muy discreto
y
la dirige un joven
y
verdadero maestro,
que,
en cuestiones musicales,
prueba
que está bien impuesto.
Ya
quisieran poblaciones
de
más fuste que Fitero
tener
banda tan hermosa,
como
la que aquí tenemos;
y
la que aún mejoraría,
con
tres o cuatro instrumentos,
los
que, si adquirir no puede
la
banda, por su alto precio,
me
parece que podría
nuestro
municipio hacerlo,
en
condiciones tratadas,
como
hacen en otros pueblos.
¿No
podría ver la banda
si
se realizable el proyecto?
Contar
puede, por si acaso,
con
mi apoyo, aunque modesto,
por
si lo Ayuntamiento,
y
por lo bien que ejecutan,
cuenten
música y maestro,
con
un ¡bravo! en dos por cuatro,
con
un calderón tremendo.
***
La
Sociedad naciente
de
Cosecheros
con
sus caldos tan ricos,
cual
los primeros,
como
ya se tenía
por
descontado,
nos
está produciendo
gran
resultado;
pues
a por vinos vienen
todas
las gentes,
de
los puntos lejanos
más
diferentes;
y
en cuanto de una cuba
su
caldo catan,
en
partidas enormes,
nos
lo arrebatan.
Y
es que los ricos vinos
Que
hay en Fitero
son
los vinos mejores
del
mundo entero.
(Las
aguas no hace falta
que
las alaben,
porque
sus excelencias
todos
las saben).
(Se publicó en el número 4
de La Voz de Fitero, del 28 de abril de 1912.)
V
DE DOMINGO A DOMINGO
(Ponderando el té purgante
de Fernando Palacios Pelletier)
Cansado estoy de saber
que purga no puede haber
tan delicada y constante
como el rico té purgante
de Palacios Pelletier.
También lo saben las gentes
y los más sabios doctores
que ese té que hace primores
lo mandan a sus pacientes,
por ser de los superiores.
Ese té que encontrarás
en cualquier farmacia buena,
delicioso lo hallarás,
para tomarlo detrás
de la comida y la cena.
Tiene un sabor especial
y un gusto tan delicado
que, al punto que lo has
probado,
aunque estuvieras muy mal,
ya estás bien o mejorado.
Un té tan extraordinario
no resulta cosa extraña
lo haga en Fitero a diario
un famoso boticario,
y se venda en toda España.
Y porque vea la gente
que en lo dicho no exagero,
a ti, mi lector paciente,
en estas quintillas quiero
proponerte lo siguiente:
Te das un buen atracón
de mantecadas Salinas,
pescas una indigestión,
indigestión de las finas,
de “gourmet”, no de glotón.
Del té por mi ponderado
tomas una taza llena
y al punto estarás curado
y probarás cosa buena
y dirás: - No me ha
engañado.
(Publicado en el número 8 de
La Voz de Fitero, correspondiente al
26 de mayo de 1912. Paulino Salinas era un famoso confitero tudelano de la
época. Tenía su establecimiento en la calle Calderón, número 1, junto a la
esquina N. E. de la Plaza de los Fueros. Sus mantecadas eran conocidas en toda
la región. En cuanto al farmacéutico, Don Fernando Palacios Pelletier, era, a
la sazón, el boticario de Fitero. En nuestro Poemario Fiterano de 1969, le
dedicamos un poemita sentimental, titulado La tartana del boticario (p. 52) y
unas notas biográficas en las páginas 194-197.)
VI
UNA INSTANCIA
(A favor del
restablecimiento de la Banda Municipal, dirigida por Lorenzo Luis)
La que sigue se presenta
a nuestra Corporación,
y de ella se dará cuenta
en la próxima sesión.
Señor Alcalde Mayor:
Con el respeto debido
y con sincero dolor,
le pedimos un favor,
que debe ser concedido.
Somos chicas bien criadas,
trabajadoras, honradas,
buenas como las primeras
y, por desgracia, solteras,
pero, aún con todo,
animadas.
Y nos encontramos mal
y con el alma en un tris,
sin Banda Municipal.
¡Señor, que Lorenzo Luis
vale todo un dineral1
Si los domingos no toca
esa Banda en algún punto,
¿qué haremos la gente loca?
Tendréis corazón de roca,
si no arregláis este asunto.
Ese pasodoble suave
que causa la animación,
que lo baila aún quien no
sabe
y te cuesta un pisotón,
en el juanete más grave…
La habanera que convida,
con cadencias que dan frío,
y que se baila movida,
metiéndole en un vacío
un codo, al que se descuida…
La alegre polka saltada
que respirar no te deja
y siempre andas elevada,
dándole a uno una patada,
por ejemplo, en una ceja…
La jota en que te enardeces
y que a pitos ensordeces
y ahora vienes y ahora vas,
y la tocan once veces
y no te cansas jamás…
***
Todo eso nos es preciso,
Señor Alcalde Mayor,
que son los bailes mejor
que aprender a hacer un
guiso
o zurcir un cobertor.
Por eso, le suplicamos,
con las fórmulas mandadas,
que pronto banda tengamos,
porque así nos encontramos
tristes y desconsoladas.
Que trescientas dos
esperamos en justicia
alcanzar pronto de vos,
cuya vida guarde Dios
muchos años.
LA PATRICIA
(Siguen las firmas)
Por la copia,
Uno de Valdecalera
(Aparecida en el número 41
de La Voz de Fitero , correspondiente al 12 de enero de 1913).
VII
DE DOMINGO A DOMINGO
(A propósito de pequeños
sucedidos y de la Sociedad de Cosecheros de Vino de Fitero)
Por tirar a la calle agua
cochina,
le echaron una multa a una
vecina;
y por piafar, correr y otros
retozos,
llevaron a la cárcel a tres
mozos
siguiendo por tal culto
derrotero,
se podrá andar tranquilo por
Fitero.
La sociedad fundada
de Cosecheros
tuvo resultados
muy lisonjeros,
pues vende mucho vino
y en condiciones,
y pesetas y duros
gana a montones.
Por eso, hacerme socio
yo pienso ufano,
cuando tenga tres robos
de americano;
lo cual será, si ahorrando
sigo con gana,
sobre el dos mil dieciocho,
por la mañana.
(Publicado en el número 42
de La Voz de Fitero, del 19 de enero de 1913)
VIII
DE DOMINGO A DOMINGO
(Solicitando el arreglo del
Frontón Viejo y comentando los hurtos de olivas.)
Días hace que me hablaron
varios muchachos del pueblo,
para que yo le pidiese
al ilustre Ayuntamiento
que arreglaran el trinquete,
que tiene perdido el suelo
y que, con escaso gasto,
podrían dejarlo al pelo.
Como de cosa se trata,
que muy conforme la
encuentro,
pues el jugar a pelota
es aceptable en extremo,
mejor queir a la taberna
o a otros lugares más feos,
yo le suplico de veras
al ilustre Ayuntamiento
que complazca a los que
piden
ese necesario arreglo;
y ya le anticipo gracias
y estrenarlo me prometo,
pegándole mano a mano
al “Tudela”, y sé que
pierdo.
***
Como que de olivas
de algunos terrenos
hay alguien que trajo
dos cántaros llenos,
toman precauciones
los guardas, prolijas,
mirando a la gente
todas las vasijas:
no hay quien empeltres
traiga en el morral,
o en algún botijo,
se traiga un cañal.
(Publicados en el número 43
de La Voz de Fitero, del 26 de enero de 1913)
IX
DE
DOMINGO A DOMINGO
(A propósito de los bailes de carnaval en el
café de Telesforo Álvarez, “El Chicho”, y dando gracias al Ayuntamiento por el
arreglo del Trinquete.)
De Álvarez el Café
tendremos hoy Carnaval,
un baile fenomenal
que otro mejor no se ve.
Con su música excelente
y su salón elegante
muy animada la gente
y concurrencia abundante.
valiendo más el papel
casi, que la suscripción
habrá allá una confusión
como en la torre de Babel.
Además para alquiler
yendo de la broma en pos
tendrán allí dominós
lavados antes de ayer.
De peluche y astracán,
de yute y de sedalina,
de moaré, de percalina,
de raso y madapolan.
Todo en buenas condiciones
servicio rico y barato,
con que a pasar allí un rato
meneando los talones.
Todos a casa del Chicho
el presente carnaval,
menos la gente formal...
¡Viva el buen humor! He dicho.
***
Nuestro Municipio
con premura y celo,
del viejo trinquete
ya ha arreglado el suelo.
Por la complacencia
de sus decisiones
le mando las gracias
en estos renglones.
Y si así de aprisa
y de bien lo hicieran
con todas las cosas
que le pidieran,
pedía esta noche,
sin más dilación,
que me perdonaran
la contribución.
Uno de Valdecalera
(Publicados en el número 44 de la Voz de Fitero, el 2 de febrero de
1913).
X
DE DOMINGO A DOMINGO
(Comentarios sobre los carnavales pasados)
Ya se pasó el carnaval
tan serio y tranquilamente
sin el menor incidente
Menos mal...
No encontramos en la calle
ningún disfraz armonioso
ni observamos un detalle
ingenioso.
Catorce o quince muchachos
de gitanos y soldados,
y veintiséis mamarrachos
con dominós alquilados.
Ni un bromazo un tanto fino
ni frases intencionadas,
solo empujones y vino
y alguna que otra patada.
Tan solo vi una pareja,
los que serios y formales
arrastraban una reja
disfrazados de animales.
Y que lo hacían tan bien
que ya los tengo ajustados
para ararme en Ormiñén
el trozo que me ha tocado.
Resumen: que el carnaval
se pasó tranquilamente
sin el menor incidente
Menos mal...
Tan solo cuarenta y tantas
domésticas que faltaron
me dicen que están cesantas
porque al baile se escaparon.
En esto, que al pelo viene,
que bien se puede decir:
¡Pobre chica la que tiene
que servir!...
Uno de Valdecalera
(Publicados en el número 45 de La Voz de Fitero, 9 de febrero de 1913.)
XI
DE DOMINGO A DOMINGO
(Sobre el reparto de la Dehesa de la Villa)
No puede dudar ninguno
que de la Dehesa el reparto
a todos nos favorece
y por fuerza hay que ensalzarlo,
porque las necesidades,
con esas tierras que han dado,
se han de reducir en parte
y han de remediarse en algo.
El reparto susodicho
lo critican, sin embargo,
lo que me recuerda aquello
de ir a Zaragoza en Barco,
sin que el pasaje costara
tan solamente ni un cuarto
y dando, durante el viaje,
chocolate a todo pasto,
y aún haber quien se quejara
de que estaba un poco claro.
(Publicados en el número 46 de La
Voz de Fitero, del 16 de febrero de 1913)
XII
DE DOMINGO A DOMINGO
(Soneto a la Primavera)
Rotos ya los celajes invernales
hacia las altas cumbres huye el frío
y en las primeras flores, el rocío,
coloca de sus perlas los cristales.
Dora el sol con sus fulgidos cendales
la fronda virginal del bosque umbrío
por el que, manso, se desliza el río
con ritmos y cadencias musicales.
El nenúfar grácil perfuma y crece,
trisca el inquieto corzo en la pradera
y en tanto que natura se embellece
se oye un himno de vida por doquiera
(soneto quince mil doscientos trece
dedicado a la hermosa Primavera).
UNO DE VALDECALERA
(Publicado en el número 50 de La Voz de Fitero, del 16 de marzo de
1913)
XIII
DE DOMINGO A DOMINGO
(Acerca de los hurtos en los campos y el mal estado de las carreteras)
Pues,
señor, es insufrible
y digno de
nuestras quejas
lo que pasa
con los robos
campesinos
que se observan,
pues ahora
no están seguros
ni barbados
ni nogueras,
ni el fiemo
ni los pedruscos
ni el
regaliz ni las “cequias”.
A uno le
quitan de empeltres
dieciocho
robos de tierra;
a otro le
dejan tres viñas
sin un
“Rupextris” de muestra;
a éste le
cogen la oliva,
a ese la
alfalfa le siegan
en fin, que
no están seguras
ni las
Roscas tan siquiera.
Hay que
poner un remedio
y pronto,
al mal que ahora impera,
porque lo
que es que tú plantes
y otro coja
la cosecha,
cosa es que
a los propietarios
medianamente
les sienta.
Conste que
me quejo “a oído”,
porque
planta en la tierra,
fuera de
las de los pies,
no tengo
otras, que yo sepa,
descontando
el pepilano,
que me
salga en la parcela.
***
Fui a
Tudela, hace días,
en
bicicleta,
cosa que
hace quien tiene
poca
chaveta
y pasé
catorce horas
de gran
trabajo,
porque la
carretera
cubre el
cascajo,
y está tan
indecente,
tan mal
cuidada,
que allí ni
el monoplano
sirve de
nada.
Altos,
bajos, pedruscos
de agudos
filos,
ruejos
sueltos y secos
de a quince
kilos…
Por allí
han ido muchos
¡y ya no
han vuelto…!
¡A más de
uno el volquete
se le ha
disuelto!
Nuestras
vías la Exma.,
bien se
comprende
que ni
quiere arreglarlas
ni las
atiende
En cambio,
en otras partes
¡venga
rodillo
y sendas
con tarima
y hasta con
brillo…!
¡Y aún
decía la gente
que si
abogado
Era el más
preferible
“pa”
Diputado…!
Pues yo
voto a mordiscos
y doy
dinero,
si
candidato ponen
a un
camarero.
(Publicados en el número 53 de La Voz de Fitero, del 6 de abril de
1913)
XIV
DE DOMINGO A DOMINGO
(Sobre la afición a la baraja y el estado social del pueblo)
No sé
quién, el otro día,
con un
valor sin segundo,
perdió
ochocientas pesetas,
que
recuperarlas pudo.
Lo raro es
que ese individuo
no se
muriera del susto,
porque si
yo pierdo al tute
trece reales
por un junto,
me ataca el
mal de amarillo,
a los
dieciocho minutos.
¡Perder más
de tres mil reales
y no
fallecer al punto..!
Rey de los
ferrocarriles
Será ese
tal. De seguro.
***
Nos dieron tierras
en la Dehesa.
Pronto rica agua
dará la presa.
Nadan en vino
los cosecheros.
Vienen de compras
mil forasteros.
Tiene trabajo
la gente toda.
Se mueren suegras.
No hay ni una boda.
Muchas enviudan,
crece el viñedo…
Si esto no es Jauja,
le falta un dedo.
(Publicados en el número 55 de La Voz de Fitero, del 20 de abril de
1913)
I
SEMBLANZAS
ELLA
De
fragancia sin igual,
bella,
joven, ideal,
es la
figura que inspira
al artista
que la mira,
un cuadro o
un madrigal.
Es de tipo
distinguido,
de andar
suave y recogido,
de porte
airoso y gentil;
es el
modelo cumplido
de apostura
señoril.
Es buena, y
es cariñosa,
es amable y
es hermosa,
y todos al
conocerla,
dicen:
¡Bella y bondadosa,
tiene todo,
concha y perla…!
Vive en la
Calle mejor,
va siempre
a misa mayor,
es de luto
su vestido,
y … torpe
serás, lector,
si ya no la
has conocido.
EL
Es alto,
guapo, arrogante,
distinguido y elegante;
tiene
nombre de extranjero
y casi lo
es en Fitero,
o, al
menos, falta bastante.
Es un chico
inteligente
que por el
pueblo procura
y es en el
pueblo figura
a quien
aprecia la gente,
por su
valer y cultura.
Muele en
uno y otro lado,
tiene vara
y alumbrado
y tiene un
IO H.P.,
que, por
cierto, no he probado,
pero ya lo
probaré.
Y tiene
otras muchas cosas
a cada cual
más preciosas
que de
citarlas no trato,
que yo hago
semblanzas sosas,
sin que
lleguen al retrato.
(Publicadas
en el número 5 de La Voz de Fitero, el 5 de mayo de 1912. ELLA era Concha
Huarte, y El, Enrique Francés. Los dos contrajeron matrimonio entre sí y
fallecieron hace años.)
II
SEMBLANZAS
ELLA
Aroma
tiene de las bellas flores
de
las frondas del bosque, la frescura;
de
la dama de un lienzo, la hermosura
y
del hada de un sueño, los fulgores.
Del
sol tiene en sus ojos resplandores:
en
su rostro del lirio, la blancura,
y
hay algo angelical en su figura,
y
en su nombre también, caros lectores.
Es
doncella muy culta e ilustrada,
de
elegante vestir, linda y graciosa,
en
la antigua Abadía recostada
la
casa está de joven tan hermosa;
y
cuando hagan la plaza proyectada,
ella
ha de ser la gala más preciosa.
EL
Joven
es de saber que mucho vale,
distinguido,
correcto e lustrado;
acusando
lo he visto en el Juzgado
y
algo mejor es fácil pronto, escale.
Algunas
veces, a caballo sale
y
nos tiene de sobra demostrado
que
a ser un buen jinete consumado
desde
Agreda hasta aquí, no hay quien le iguale.
Joven
es que en amor se ha retraído,
sin
duda porque amar no le entretiene;
que
es frío me han contado y lo he creído,
que
si hielo guardar a él conviene,
no
en su pecho, en su valle bien florido,
una
nevera como nadie, tiene.
(Publicadas
en el número 6 de La Voz de Fitero, del 12 de mayo de 1912. ELLA era Ángela
Gainza, y El Joaquín Agreda Vilches. Los dos se casaron separadamente y
murieron hace bastantes años.)
III
SEMBLANZAS
ELLA
Como
yo, dice la gente
que
es bonita y elegante
y
de figura arrogante
y
atildado continente.
Tiene
un mirar retrechero
y
tiene esbelta presencia
y
tiene la Presidencia
de
lo mejor de Fitero.
Cuando
cruza por la calle,
todos
vuelven la cabeza,
para
admirar su belleza,
sin
que se pierda un detalle.
Lleva
en muchas ocasiones
un
traje color salmón,
que
sé que a algún corazón
la
causa palpitaciones.
Y
hay rayos en el mirar
de
sus ojazos serenos,
que
sin morirse, lo menos,
no
hay quien los pueda aguantar.
En
resumen, que la chica
va
hiriendo por donde pasa,
gracias
a que tiene en casa
su
familia, la Botica.
EL
guapo,
de bigote fiero,
de
irreprochable figura,
es
modelo de finura
y
esencia de caballero.
En
él, todo es pulcritud
y
elegancia y corrección,
gentileza,
discreción
y
arrogante juventud.
Es
de muy vasta cultura,
y
doctor muy afamado,
que
en cuantos sitios ha estado,
visita,
receta y cura.
Su
talento es superior,
en
mil aspectos diversos,
y
me consta que hace versos,
más
no como yo, mejor.
Y
he de decir finalmente
que
el muchacho es un galeno,
como
médico, muy bueno;
como
joven, excelente.
Lástima
que una persona
de
valer tan verdadero
viva,
en lugar de en Fitero,
más
arriba de Pamplona.
(Publicados
en el número 7 de La Voz de Fitero, del 19 de mayo de 1912. ELLA era Pilar
Martínez Labarga, y EL Joaquín Agreda Martínez. Los dos se casaron
separadamente y fallecieron hace tiempo).
IV
SEMBLANZAS
ELLA
Hacer
la justa alabanza
de
su sin igual belleza,
decir
hasta donde alcanza
su
graciosa gentileza,
no
cabe en una semblanza.
Sin
embargo, he de decir
que
es una rubia preciosa;
en
el caminar, airosa;
elegante,
en el vestir
y
en el conjunto, preciosa.
Ni
las palomas que tiene de nívea vestidura,
ni
la harina rica y pura
que
su molino contiene,
no
le ganan en blancura.
Ni
habrá quien pueda igualar
la
majestad de su andar
ni
quien su gracia supere,
ni
quien impasible espere
las
luces de su mirar.
Ni
quien consiga a su lado
superarla
en distinción,
laboriosa
educación,
bondad,
simpatía, agrado
y
excelente corazón.
Ni
quien, por fin, pueda hacer
que
su belleza y valer
y
sus encantos diversos
se
encierren en unos versos,
cual
yo quise pretender.
EL
Es
de tipo distinguido,
joven,
de luto, elegante,
siempre
pulcro, siempre erguido;
es
un jinete arrogante,
de
blanco perro seguido.
Tiene
unas viñas hermosas,
que
el correrlas cuesta un rato,
y
es chico culto y sensato,
que
sabe, en todas las cosas,
donde
le aprieta el zapato.
Ilustrado
y laborioso,
trabajador
y estudioso,
tiene
ocupaciones cien,
y
es lo raro y asombroso
que
hace mucho y lo hace bien.
Y
la verdad, cosa es tal
que
choca a más y mejor,
pues
no se explica, lector,
tener
un nombre de fiesta
y
ser tan trabajador.
No
es del Ayuntamiento nada,
pues
es joven todavía;
mas
si se presenta un día,
tiene
la elección ganada,
por
su cultura y valía.
En
resumen, que es un chico
ilustrado,
guapo y rico,
y
con bella prometida
Tiene
veinte años y pico.
¡Oh,
qué hermosa ques la vida…!
(Publicado
en el número 9 de La Voz de Fitero, correspondiente al 2 de junio de 1912. ELLA
era Joaquina Francés, y EL Domingo Huarte. Se casaron mutuamente y murieron
hace tiempo).
V
SEMBLANZAS
ELLA
Joven,
bella, simpática y graciosa,
ojos
grandes que un hada envidiaría;
si
mira, luce el alba y viene el día:
entórnalos,
y es noche tenebrosa.
Figura
señoril y majestuosa,
ingenua,
se desborda en alegría,
no
habiendo quien la bella simpatía
alcance
de esta chica tan preciosa.
Agradable
en su trato delicado,
gentil
en el andar y en el tocado,
rubia,
apuesta y bonita cual ninguna,
es
el ensueño dulce del poeta,
divino
ensueño de la mente inquieta,
allá
en la noche bajo clara luna…
EL
Lo
verás, arrogante y distinguido,
un
día y otro día laborioso,
incansable,
de fino y cariñoso,
siempre
alegre y apuesto y bien vestido.
Arrancará
del piano en el sonido
rumor
que suena triste y cauteloso,
mas
como tiene nombre belicoso,
a
veces, ¡zas!, la tecla da un crujido.
Simpático
de sobra e ilustrado,
mucho
aprecio en el pueblo se ha ganado,
aprecio
que, en verdad, merece el chico;
y
siempre con elogio se le cita,
o
cual modelo que a imitar incita,
resuelto,
guapo, fino, culto y rico.
(Publicadas
en el número 10 de La Voz de Fitero, del 9 de junio de 1912. ELLA Eloísa Pina,
y ÉL José Luis Armas. Se casaron separadamente y murieron hace tiempo.)
VI
SEMBLANZAS
ELLA
Es
muchacha distinguida,
de
muy gentiles maneras,
y
de arrogante figura
y
de facciones perfectas.
De
bella flor tiene el nombre
y
aún más que la flor es bella,
canta
muy bien, toca el piano
y
es sencilla y es modesta.
Los
que la ven, cuando cruza
la
calle, linda y esbelta,
van
recitando la copla,
mientras
vuelven la cabeza:
¡Ay,
Galicia de mi vida!
¿Ay,
hermosa Pontevedra!,
quién
estuviera en Galicia,
en
medio de las gallegas.
EL
Es
buen mozo y elegante,
buen
aire, buena presencia,
es
listo y aprovechado
y
sabe mucho y enseña.
Algo
le pasa en la vista,
que
yo ignoro lo que sea,
pero
es raro, porque gasta
lentes
con intermitencias.
De
músico tiene puntos
y
sus rasgos de poeta,
pues
toca en público el pito
y
hace de algún himno letra.
Con
los brazos hace cosas,
que
llaman gimnasia sueca,
y
se llama…, que lo diga
cualquier
chico de la escuela.
(Fueron
publicados en el número 41 de La Voz de Fitero, el 12 de enero de 1913. ELLA
era Rosita Herrero, y EL Nicolás Jiménez. Los dos murieron: ella, soltera, y él
viudo.)
VII
SEMBLANZAS
ELLA
Es
de lo más elegante
que
en la provincia se encierra,
con
una cara que llama
la
atención por hechicera.
Tiene
unos ojos que atraen
y
que, si los miras, ciegas;
mas,
como las mariposas,
hay
quien en ellos se quema.
Va,
a veces, a la Montaña
y
vuelve siempre más bella;
que
le adornan de los montes
las
lloviznas y las nieblas.
Vive
en una casa propia,
en
frente de las Escuelas…
¡Ay
quién fuera mocetico,
para
hacer “fuina” por verla!
EL
Es
un muchacho arrogante,
de
majestuosa presencia,
un
“francés” por lo robusto,
un
“ángel” por su belleza.
Chico
de cultura y listo,
asuntos
bien todos sabe,
dónde
el zapato le aprieta.
A
muchos miles de luces
las
domina y las gobierna;
mas
las luces de unos ojos
ya
sé yo que le hacen mella.
Y
por más que, por ahora,
no
debe ser cosa seria,
como
se meta en harina,
van
a hacer la gran pareja.
(Publicadas
en el número 43 de La Voz de Fitero, del 26 de enero de 1913. ELLA era Pilar de
Amusátegui, y ÉL Ángel Francés. Ninguno de los dos se casó. El murió hace años,
pero ella vive todavía en Madrid.)
VIII
SEMBLANZAS
ELLA
Siempre
vestida
con
elegancia,
lleva
prendida
suave
fragancia.
Aún
no ha cumplido
los
veinte abriles
y
ha reunido
gracias
a miles.
Es
muy sencilla,
muy
menudita,
muy
morenilla,
muy
rebonita.
Tiene
belleza,
tiene
cultura,
tiene
fineza,
tiene
hermosura,
miles
de duros,
casas
y coches,
ojos
y coches,
ojos
oscuros,
como
dos noches;
cual
los abismos,
de
negro el pelo
y
a sus pies mismos,
el
terciopelo,
pues
ricas cosas
tiene
en su tienda
que
más valiosas
no
hay quien las venda.
EL
Alto,
delgado,
tipo
arrogante,
muy
estirado,
muy
elegante.
Como
no es tonto,
tiene
carrera
que
hizo más pronto
que
otro cualquiera;
y
hoy sus causantes
de
malos ratos
son
los purgantes
y
los ceratos.
Cosas
escribe
de
las montañas,
porque
él se vive,
por
sus entrañas;
por
oquedades
y
grutas muertas,
de
otras edades
señales
ciertas,
rompe
las botas,
busca
los hados
y
coge notas
y
constipados.
Y
esas empresas
por
estas planas
se
ven impresas,
muchas
semanas.
(Publicadas
en el número 44 de La Voz de Fitero,
del 2 de febrero de 1913. ELLA era Isabel Armas, y EL Luis Palacios. Los dos
murieron: ella soltera, y él casado.)
DE AQUÍ Y DE ALLÁ
Para
D. Raimundo García, en Diario de Navarra
Apreciable
Garcilaso:
Dispensad
si me propaso
a
molestar su atención,
con
la adjunta invitac ión,
de
ripios mil y arte escaso.
Pero
como sé que vos
vais,
con pluma de oro, en pos
de
nuestras navarras cosas,
que
aquí, para entre los dos,
son
cual ningua grandiosas,
no
puedo menos de hablar
de
cierta joya escondida,
al
fin de nuestro solar,
que
veo se os olvida
y
os la voy a recordar.
Donde
los valles frondosos
terminan
de nuestra tierra,
dos
edificios grandiosos,
se
alzan, al pie de la sierra,
entre
riscos majestuosos.
Son
unos baños termales,
con
sus aguas minerales,
de
fama reconocida,
que
curan diversos males
de
los que amargan la vida.
Son
los Baños de Fitero,
que
conoce el mundo entero,
por
sus aguas prodigiosas,
en
donde emerge el venero
de
las curas portentosas.
Y
aquí de la invitación
que
en el principio os decía:
en
estos Baños, un día,
le
espero sin remisión,
y
sin miedo. (Hay agua fría).
Y
conste que la visita
nunca
os habrá de pesar,
pues
aquí vais a encontrar
másd
ede lo que necesita
quien
más pueda desear.
¿Padecéis
enfermedades…?
Pues
de seguro aquí mismo,
dejáis
gota, traumatismo
y
demás atrocidades
de
las que acaban en ismo.
¿Sois
químico…? Sin reparos,
aquí
encontraréis argón,
helio,
polonio y neón,
los
llamados gases raros,
que
de nombre sí lo son.
¿Tenéis
algo de torero…?
Pues
veréis dónde Espartero
y
Pastor y Machaquito
y
el Algabeño y Zurito
se
curaron en Fitero,
¿Sois
poeta? Yo os diré
en
donde Bécquer dormía
y
el Miserere escribía,
y
hasta os enseñaré
la
soberana Abadía.
Creo
que ya habréis notado
que
lo que llevo explicado
merece,
en esta ocasión,
que
aceptéis la invitación,
que
os mando a ripio airado.
Y
es que os quiero ofrecer
cosa
que vale la pena.
Con
que nada, hasta más ver
y
mientras a disponer
de
El
Gallo de la Malena.
(Composición
aparecida en el número 72 de La Voz de
Fitero, el 17 de agosto de 1913. “El Gallo de la Melena” era el seudónimo
que usaba, a menudo, Pelairea, en sus versos festivos, referentes a Tudela,
publicados en La Ribera de Navarra.)
¿A DÓNDE VAMOS?
Se
puede decir al punto,
en
tres docenas de versos,
a
dónde debemos irnos
las
personas de Fitero.
Los
aguadores, al Cubo;
a
los Blancares, los negros;
los
tramposos, al Paguillo;
al
Carril, los frioleros;
a
la Fuente la Salud,
todos
los que están enfermos;
los
novios, a Solosoto;
al Callejón, los toreros;
los
sosos, a la Salmuera;
a
la Mina, los mineros;
a
la Fuente del Obispo,
los
que son algo del clero;
a
los Cerraos, los tacaños;
al
Castillo, los guerreros;
a
la gran Sacristanía,
el
“Poba” y sus compañeros;
a
la Picota, los malos;
al
Guache, los que son puercos;
los
“Ranas”, a los Charquillos;
a
los Plantaos, los esbeltos;
a
la Morería, quintos
de
los del actual sorteo;
a
la Nevera, los músicos,
que
están una miaja ardiendo;
al
Vinagre, muchas chicas
que
se lo beben sin miedo;
a
la Presa, a terminarla,
cualquier
día todo el pueblo;
a
la Fuente el Capitán,
el
que reclame algún censo;
a
la Abejera, los zánganos;
a
los Mojones, los secos;
a Horcajadas, los jinetes;
a
Santa Lucía, ciegos;
a
la Madera, “Mil hombres”;
a
las Roscas, los hambrientos;
a
San Sebastián, los Ryes;
al
Cogotillo, los “piejos”;
y
yo a la Plaza de los Árboles,
a
por sombra, que no tengo.
(Publicado
en el número 1 de Fitero Mercantil,
en el mes de abril de 1915.)
COPLAS
Presas
largas tiene el Tajo,
presas
largas tiene el Ebro;
pero,
para presa larga,
la
del Alhama en Fitero.
Como
que aquí se ha sabido
que
el Boticario se va,
ya
le han pedido los mozos
que
no se lleve el cañal.
La
parcela de la Dehesa
de
trigo me la sembré
cuando
venda la cosecha,
automóvil
compraré.
En
el león de la Fonda,
fue
a echar una carta Pablo,
y
dice que no llegó…
¡Claro,
como está tan alto!
Ponen
módulo a la Presa,
Exacto,
sensible y fino.
¡A
que resulta que el agua
la
miden mejor que el vino!
Vino
aquí un ilusionista
que
trabajaba muy bien.
Para
ilusionistas, esos
que
han venido a lo del tren.
(Publicadas
en el número 2 de Fitero Mercantil,
noviembre de 1917.)
VERSOS DE LUIS PALACIOS PELLETIER
En las páginas 194-195 de nuestro
Poemario fiterano, hicimos una amplia reseña biográfica y bibliográfica de este
distinguido fiterano (1895-1947). Por lo que sólo recordaremos ahora que hizo
la carrera de químico-farmacéutico en la Universidad Central de Madrid,
llegando a ser vicepresidente de la Real Academia de Farmacia y presidente de
su Sección de Historia. Fundó en 1926, los Laboratorios Pelletier de Madrid y
obtuvo el Premio Carracido de
Farmacia en 1932. Publicó alrededor de una quincena de libros y flolletos sobre
temas profesionales y colaboró en “El
Debate” de Madrid. En su juventud fue uno de los principales colaboradores
de “La Voz de Fitero”, firmando
algunas veces con su nombre y, la mayoría, con el seudónimo de “El Duende del Cortijo”. No era
precisamente poeta, pero escribió en este semanario cinco composiciones en
verso, a imitación de las Semblanzas de Alberto Pelairea: cuarto, bajo el
título de Sección de ripios- Tipos, con el seudónimo de “La Bruja de la
Candileja”, y un Acertijo, con el de Otro de Valde…
A continuación las ofrecemos a los
lectores.
ACERTIJO
Navarro,
de Tudelica,
menudico
y muy nervioso,
poeta
de musa rica,
concurrente
a la Botica,
fraseador
ingenioso.
Músico
de corazón
y
devoto de Talía,
goza
de fama con razón,
en
una y otra afición,
de
bien probada valía.
Sabe
jugar al billar
y
también a la pelota,
y
la guitarra tocar
y
Baños administrar
y
baila muy bien la jota.
Quiere
mucho a Cataluña
y
le encanta la sardana;
pero
es patriota de Iruña,
la
vecina de Gascuña,
de
Navarra soberana.
Con
sus lentes forcejea,
por
sostenerlos en vano,
pues
la nariz le escasea.
Póngase
gafas y vea
de
darle paz a esa mano.
¿Lo
aciertas, lector querido?
¿Sabes
ya quién es el hombre?
Cuando
te hayas aburrido,
ven
y bajito al oído
te
revelaré su nombre.
(Su nombre era don Alberto
Pelaire Garbayo. Apareció esta composición en el número 9 de La Voz de Fitero,
correspondiente al 2 de junio de 1912.)
D) SECCIÓN DE RIPIOS
I
TIPOS
Es
apuesto y arrogante
y
casado y no vidente,
y
confecciona un purgante,
que
toma toda la gente.
Tiene
drogas y lejía,
y
perfumes y ceratos,
y
vende más cada día,
porque
los da muy baratos.
Tiene
remedios sin cuento,
para
muchísimos males,
y
hacen prodigios –no miento-
sus
bálsamos infernales.
Su
ilusión es el invento,
como
los hechos lo prueban,
pues
se cuentan más de ciento
los
que su apellido llevan.
Con
la Crema y la Neurosa,
el
Dermógeno y el Thé,
puede
transformarse hermosa
la
joven que no lo esté.
Por
la Reuma y Pechos,
las
narices y los codos,
tiene
dos productos hechos
que
valen casi por todos.
Hace
prodigios su Cal,
tomándola
con cuidado,
y
aunque te parezca mal,
alivia…
lo ya curado.
Para
las Rijas y Callos,
Almorranas
y Cojeras,
hace
un bálsamo de tallos
que
cura, pero de veras.
Hace
también granulados,
con
la Cal y con la Kola,
y
son ya mil los curados,
según
opina la Pola.
En
su tartana, a diario,
hace
su mente labor
y
publica un semanario,
que
no puede ser mejor.
Del
uno al otro confín,
anda
su fama ambulante,
y
el mundo se ha percatado
que,
do las Píldoras Pin.
No
quitan ningún dolor,
su
famoso Thé Purgante
limpia, fija y da esplendor.
Si
después de tanto texto,
no
sabes a quién retrato,
perdona
si te molesto,
o
no sabes lo que es esto
y
eres más que mentecato.
(Publicados en el número 10
de la Voz de Fitero, del 9 de junio de 1912. El retratado era el farmaceútico
local, don Fernando Palacios Pelletier.)
II
TIPOS
Voy,
en versos rimbombantes
a
pintarte, convencido
que
no serán redundantes
los
rasgos del parecido.
Eres
joven, viudo y rico,
fabricante
y jabonero
y
sé que te gusta, chico,
el
gastar bien el dinero.
Que
tienes auto y dos coches,
y
doncellas y lejía,
y
sueles algunas noches,
hacer
de las idem día.
Que
tienes linaza y grasa,
y
luz y pienso de coco,
y
vives en una casa,
que
tiene a la entrada, un foco.
Que
tienes, para borrar
las
manchas de la conciencia
un
Pinta azul ultramar,
aprobado
por la ciencia.
Que
fabricas un flotante,
superior
jabón de aceite,
que
emplean hasta en Cascante
los
barberos en afeite.
Tu
mente trabaja y mina
y
progresa y no está quieta,
y
fabrica glicerina,
que
el litro das a peseta.
Hoy
vendes en Zaragoza
tus
jabones a montón
como
que al Ebro no hay moza
que
no lleve tu jabón.
Por
el pueblo se te casa,
y
eso, claro, no lo creo
casarse
Jesús, qué guasa
si
ese es el viejo más feo…
Y
aquí muere la canción
pues
sacar me da reparo
más
cosas a colación:
que
eso está mal en Gijón,
en
Tulebras y en Alfaro…
(Publicados en el número 11
de La Voz de Fitero, el 16 de junio de 1912. El aludido era el industrial
Gervasio Alfaro.)
III
TIPOS
Es
anciano respetable,
bajo,
grueso y bien formado,
que,
con su faz venerable,
y
su carácter afable,
tiene
a todos cautivados.
Tiene
alambique y molino
y
preside varias juntas
y
tiene en ello tal tino
que
a cualquiera que preguntas,
te
ensalza su trato fino.
Es
amable y cariñoso,
tratable
y muy servicial,
culto,
fino y laborioso
y,
aunque parezca muy mal,
en
ocasiones, curioso.
Vive
en deliciosa villa,
situada
en bello paraje,
y
el río duerme a su orilla,
entre
encantador ramaje,
cual
coquetona chiquilla.
Es
abuelo ya preveo,
sin
tirarme de andaluz,
que
como viva, le veo,
aunque
lleve bien la cruz,
con
biznietos a voleo.
(Publicados en el número 12
de La Voz de Fitero, el 23 de junio
de 1912. El aludido era el industrial don Juan Cruz Lahiguera.)
IV
TIPOS
Hace
tiempos que pensé
en
hacerte una semblanza;
y,
a la verdad, que no sé
el
por qué de la tardanza.
Unas
veces, por calor,
y
otras veces, por esplin
o
me faltaba el humor
o
me sobraba el magin.
Mas
hoy un rato te presto
y
por mor de la venganza
no
condenes la semblanza,
pues
es cosa que detesto.
De
tu arrogancia y buena porte
y
continente gallardo
son
espejo claro y norte
las
coplejas de esta bardo.
En
tiempos, fuiste un sastre
de
lo mejor de Fitero,
y
por fin, lo diste al traste,
para
hacerte cafetero.
Cortabas
a perfección
levitas
y pantalones
y
llamaba la atención
la
gracia de tus blusones.
Cortabas
lo que hay cortable
en
el arte de Campillo
y,
por seguir siendo amable,
sigues
cortando a porrillo.
De
tus jotas la canción
escucho,
pues es primor
el
oír con atención
tu
egregia voz de tenor.
Eres
amable y bromista
y
de trato no ordinario
y
furibundo carlista,
aunque
digas lo contrario.
Y
termino la canción
asegurando
con fe
que,
en ninguna población,
se
toma tan rico té
como
el que da tu café.
(Se trata del cafetero
Telesforo Álvarez, cuyo establecimiento estaba instalado en la calle Mayor,
número 2. Estos versos fueron publicados en el número 17 de La Voz de Fitero, correspondiente al 28
de julio de 1912.)
Versos de Serafín Inúñez Fernández
Hace más de treinta años que, en los
Programas de las Fiestas, aparecen esporádicamente versos sencillos, pero
sentidos, que gustan a los vecinos del pueblo.
Su autor es Serafín Inúñez Fernández, un antiguo carpintero ebanista,
con inquietudes culturales, autodidacta y buen aficionado a la música, al
teatro y a la poesía. Nación en Fitero en 1896 y ahora vive retirado, en la
Residencia de la Seguridad Social de Borja. De temperamento bohemio, le resultó
pronto estrecho el horizonte del pueblo y residió sucesivamente en Bilbao,
Madrid, Biarritz (donde se casó con una fiterana), Burdos, Barcelona, Rosas y
Zaragoza, donde trabajó últimamente en los Talleres Escoriaza. Fue cómico de la
lengua y de compañías más importantes, y animador y organizador de cuadros
artísticos en Francia y en España. He aquí algunas muestras, muy fiteranas, de
su ingenio.
DIÁLOGO CAZADO A LAZO
-
¡Adiós, Paco!
-
¡Hola, Manolo!
-
¡Qué vida llevas, caramba!
-
Regularcilla; ¿y la tuya?
-
La mía, buena, a Dios gracias.
-
Tenía ganas de verte.
-
Yo también tenía ganas
de echarte la vista encima,
pa charlar con ti unas miajas.
-
Ya me figuro de qué.
-
A ver si lo aciertas. Anda…
-
De las Fiestas de Fitero.
-
L´has dau en metá la diana.
-
Como que soy cazador…
-
De regadío…
-
Y de montaña.
-
Bueno, vayamos al grano.
-
Sí, sí; dejemos la paja.
-
¡Si vieras, chico, qué fiestas
las que, este año, se preparan!
Según paice, van a ser
como nunca de sonadas.
-
Y eso, tú, ¿cómo lo sabes?
-
Anda éste por el Pograma
qu´hi recibido del pueblo,
justamente ayer mañana.
Tú, como buen fiterano,
Seguro es qu´irás sin falta.
-
Pues no lo sé entodavía.
-
Too depende de la pasta.
-
- ¿Qué pasta ni qué narices?
Si no necesitas nada
más que p´al viaje, y eso
de cualquier parte se saca.
Y si no, a último remate,
se va uno, aunque sea a pata.
-
¡Hombre!
-
No seas cobarde.
Sabes que allí nos aguardan
la familia y los amigos,
con la alegría en la cara,
el corazón en la mano
y la emoción en el alma,
dispuestos a agasajarnos
y a hacernos feliz la estancia;
y a la vuelta, prepararnos
un saco, cesto o canasta,
con sabrosos comestibles,
lo menos, pa
una semana.
-
Es verdá, no digas más.
-
¿Te decides?
-
¡Naturaca!
Solo por ver la Patrona,
nuestra Virgen de la Barda,
tan resalada y hermosa,
tan buena, ¡TAN FITERANA!,
se pueden pasar a gusto
aún las penas más amargas.
-
Muy bien dicho.
-
Y además,
por ver a nuestras muchachas,
que son, chico…
-
Lo sé, Paco:
¡la nata y flor de Navarra!
(Publicados en el Programa de Fiestas de 1951)
COPLAS
FITERANAS
No hay pueblo como mi pueblo
ni tierra como mi tierra
ni Virgen como mi Virgen
tan requeteguapa y buena.
Es esta villa navarra
famosa en el mundo entero,
por su historia, por sus Baños
y su antiguo monasterio.
Para ver bonitas fiestas,
no hace falta ir a Pamplona;
mejores que las de aquí
no esperéis encontrar otras.
Quiero decirte cantando,
Virgen Santa de la Barda,
que, como buen fiterano,
te llevo dentro del alma.
Cuatro cosas se precisan,
para pasar bien las fiestas:
buen humor, buen apetito,
“conocimiento” y pesetas.
Piensen los mozos del “bolo”,
al detener a la Banda,
que si es corto, el “parón”, gusta;
pero, si es muy largo, enfada.
Las muchachas de esta villa
mira si son resaladas,
que sazonan las comidas,
solamente con mirarlas.
Forastero que a Fitero
viene en plan conquistador,
al fin, es él conquistado
por un fiterano amor.
Aunque los tiempos no están
para huéspedes ni gastos,
a nadie le duele en fiestas
gastar con ellos los cuartos.
Quien viene por vez primera
a las fiestas de Fitero,
ya no falta ningún año;
y si falta, cae enfermo.
Los mozos en las capeas
son valientes y atrevidos;
¡y hay que ver qué bien torean
algunos… desde el tendido!
Hay quien se empeña en lucirse,
toreando de muleta;
arranca el bicho, lo engancha
y lo manda a otro planeta.
Calle Mayor de Fitero:
puedes estar orgullosa
de verte tan paseada
por la alegre gente moza.
Bailando en la Vega un día,
alrededor del caldero,
me enamoré, vida mía,
de tu gracia, y tu salero.
(Publicadas en el Programa de las Fiestas de la
Vírgen de la Barda, en 1957)
CARTA ABIERTA A
MIS SIMPÁTICOS PAISANOS
(Fragmento)
Estimados fiteranos:
Allá va, en lugar primero,
los saludos más cordiales
para todos, con mi afecto
y un abrazo fraternal,
que es cuanto yo daros puedo
la presente carta abiertatiene por mayor
objeto
felicataros las fiestas
que pronto darán comienzo:
las que, como año tras año,
desde ya lejanos teimpos,
organiza cuerdamente
la Comisión de Festejos
de aquesta villa navarra,
en honor, gloria y recuerdo
de la Virgen de la Barda,
orgullo y encanto nuestro,
a quien con fe veneramos
y a quien por Madre tenemos
y también a San Raimundo,
abad e Hijo predilecto
de esta villa, cuya historia
todos, de fijo, sabemos
siendo así, no es de xtrañar
que vuestro mayor deseo
sea, en tan dichosos días,
dar rienda suelta al contento
divertíos, pues, amigos,
sin desmayar un momento,
guardando las buenas formas,
evitando todo exceso,
dando pruebas de civismo,
de educación y respeto
a gozar tocan, señores
a divertirse sin miedo
que más tarde, ya sabeis:
a “currelar”… ¡Qué remedio!
No he de terminar la carta,
sin expresar mis deseos
de que podáis disfruarlas,
un ciento de años, lo menos
y aquí, por fin, me despido,
con un apretón bien “preto”
y un fuerte “Viva la Virgen
de la Barda de Fitero!
(Publicada en el Programa de Fiestas de 1975)
ELOGIO DE LOS
MOZOS Y LAS MOZAS DE FITERO
(Fragmento de Fiestas Patronales Fiteranas,
tomado del Programa de 1977)
¿Son
valientes? Como pocos.
¿Fanfarrones?
Unas miajas.
¿Arrogantes?
De eso, nada.
¿Trabajadores?
Un rato.
¿Galantes?
Con las chavalas.
¿Son
bebedores? Como pirulos.
-sin
pasarse de la raya-.
¿Bailan
bien? Como pirulos.
¿Y cantar?
; Más que las ranas.
¿Formales?
Siempre lo fueron.
¿Son finos?
Como la pana.
¿Desprendidos?
Mayormente.
¿Y nobles?
Son… ¡de Navarra!
¿Qué
diremos de las mozas,
que tú no
sepas, Tomasa?
La peor…
¡jamón serrano!
La mejor…
¡No hay comparanza!
¿Son
esbeltas? Cual palmeras.
¿Cariñosas?
Cosa bárbara.
¿Dóciles?
Como corderas.
¿Y dulces?
Miel de la Alcarria.
¿Gastadoras?
Lo preciso.
¿Garbosas?
Como azafatas.
¿Son
alegres? Por arrobas.
¿Graciosas?
Por toneladas.
¿Calladicas?
Cuando duermen…
(si no
sueñas en voz alta).
¿Pastrijeras?
¿Quién lo ha dicho?
¡Pobrecitas
de mi alma!
¿Y devotas?
Sobre todo,
de la
Virgen de la Barda.
¿Son
fieles? Toda la vida.
¿Amantes?
Sí, de su casa.
¿Y
coquetas? Mucho poco.
Son mujeres…
y eso basta.
Con todas
estas virtudes
y otras
muchas que se callan,
no es
posible que, en el mundo,
mejores personas
haiga.
Entonces
¿porqué hay algunos
que van “afuera”
a buscarlas,
cuando aquí
mismo las tienen
ta simpáticas
y guapas?
La verdad,
no me lo explico.
¿Tendrán,
tal vez, cataratas?
SONETO ELEGÍACO
A la muerte del maestro compositor fiterano,
Lorenzo Luis Yanguas.
Consagraste tu vida por entero,
con pasión, entusiasmo y valentía
a la música, y son tus melodías,
de notas inspiradas un reguero.
Poeta popular más que coplero,
ocurrente y bromista, si otro había,
por tu valer y por tu simpatía,
fuiste orgullo del pueblo de Fitero.
Conmovidos ante el trance luctuoso,
al saber que por siempre te has marchado,
te envío, como amigo afectuoso,
Mi postrero recuerdo emocionado.
Recíbelo, Maestro, y que el reposo
a tu alma el Dios justo haya otorgado.
Rosas (Gerona), octubre de 1946
Versos de Anselmo Pérez Lacarra
Anselmo Pérez Lacarra nació en Fitero
en 1908. A los dieciséis años, ingresó en el Colegio de los Hermanos de Lasalle
de Barcelona, donde hizo estudios de profesor de segunda Enseñanza, que ejerció
luego en la Republica Argentina, alrededor de 23 años. Regresó a España al
final de la década de 1940 y fue, durante algún tiempo, subdirector del Colegio
Lasalle de Zaragoza. Actualmente vive retirado en Barcelona, donde dedica sus
ocios a la poesía. A continuación, insertamos dos poemas suyos, relativos a
Fitero.
I
A LA SANTÍSIMA VIRGEN DE LA BARDA
Bella rosa entre las rosas,
lucero entre los luceros;
Eres galana y hermosa,
bella Reina de Fitero.
Yo te amo, yo te quiero,
Madre tierna y amorosa,
como un hijo de Fitero
a su más preciosa joya.
A tu camarín me acerco,
con el más vivo cariño
y la franqueza de un niño
que vio la luz en Fitero.
Cubre siempre con tu manto
protector a nuestro pueblo,
mientras gozoso yo canto
lo mucho que a los dos quiero.
Lo mejor del mundo entero
eres Tú, Madre querida,
que las penas siempre alivias
a los hijos de Fitero.
Eres amor y esperanza.
Eres brillante lucero.
La felicidad alcanza
contigo nuestro Fitero.
Eres bello cielo abierto,
que nuestro destierro abriga,
y brújula que nos guía
en nuestro oscuro sendero.
Con tu carita de cielo,
alumbras al mundo entero
y derramas tu consuelo
a este pueblo de Fitero.
Amar a Dios y a tu hermano
es mandamiento primero.
Tu santo nombre invocando,
se amen todos en Fitero.
Al dejar el triste suelo,
cúbrenos con tu gran manto
y condúcenos al cielo,
do alaban a Dios los Santos.
II
A LA SANTA CRUZ DE LA ATALAYA
(Acróstico)
¡Salve, mi santa Cruz de la Atalaya!
A tu sombra benéfica me acerco,
levantando mis ojos hacia el cielo.
Vendrá contigo paz y gran consuelo.
en este valle de abundantes lágrimas.
Seguros de llegar a feliz puerto,
Al ver tu santa y redentora Cruz,
No tememos a la angustiosa muerte.
Todo tu sombra lo convierte en luz,
Al darnos la esperanza como suerte.
Caminamos a oscuras en la vida,
Revueltos entre penas y dolores,
Usamos de la vida conflictiva,
Zarandeados en miles de ocasiones.
Dejamos lo seguro por lo incierto,
Escuchando unas voces traicioneras.
Levantamos altares a quimeras,
A menudo aventadas por el viento.
A tus plantas, Señor, puestos de
hinojos,
Tus hijos imploramos el perdón;
A tu Cruz vamos, con llorosos ojos,
La gracia mendigando de tu amor.
Alabada sea tu santa Cruz
Y que el pueblo acuda siempre a ella,
Alumbrando sus mentes con su luz.
Salvemos tu Cruz santa y redentora.
Alivia a este pueblo de Fitero,
Sanando sus heridas de alma y cuerpo.
Vivan sus hijos con los ojos fijos
En tu cruz santa que los lleve al
cielo.
VERSOS
DE MANUEL GARCÍA SESMA
I
CARRETERA DE HOSPINETE[2]
Carretera
de Hospinete
solitaria,
limpia y bella:
No saben
lo que se pierden
los que
nunca te frecuentan.
Eres
fuente de salud,
de
agilidad y deleite;
das
fortaleza a los cuerpos
y
claridad a las mentes.
El aire
que se respira,
recorriendo
tu trayecto,
tonifica
el corazón,
los
pulmones y los nervios.
Los
músculos endureces,
la
circulación activas,
combates
la inapetencia
y quemas
grasas nocivas.
Las mozas
que te frecuentan,
para
conservarse hermosas,
no
necesitan potingues:
con tu
oxígeno les sobra.
Y hasta
para que los viejos
no
pierdan la agilidad,
los
paseos por tu pista
son un
remedio ideal.
Tu silencio
no perturban
los
ruidos de los vehículos
ni tu
atmósfera envenenan
sus
densos gases mefíticos.
Y ni
cuando el cierzo azota
el rostro
del paseante,
levanta
el menor polvillo
que sus
pulmones ataque.
Sus
dolencias han curado
más de un
vecino y vecina,
recorriéndote
a diario,
desde el
Puente hasta Rosquillas,
pues eres
el gran remedio
contra la
arterioesclerosis,
la
obesidad, las varices,
la
astenia y tuberculosis.
Además
tus perspectivas
constituyen
un encanto
para los
que las contemplan,
su
belleza penetrando.
¿Quién no
admira la muralla
inmensa
del Pirineo,
chisporroteando
nácar,
del sol a
los reverberos?
¿O el
gran manto verdeante
del monte
de la Atalaya,
que
perfuman los alientos
de los
pinos de sus faldas?
¡O el
arcón de Peña Isasa,
la higa
de Monreal,
los altos
de Peñarroya
o del
Valderomeral?
La Cueva
del Maculet
y sus
peñascos negruzcos
recuerdan
de los iberos
los
primitivos refugios;
y las
conchas de los fósiles
del alto
de los Blancares,
la época
en que hasta allí
llegó el
agua de los mares.
La cañada
del Alhama
y los
campos del Combrero
son
siempre para la vista
un motivo
de embeleso;
y el
collado de Valdeza
y sus
desiertos rincones,
un lugar
para perderse
en hondas
meditaciones.
Yo he
sorprendido a las brujas
agazapadas
en Roscas,
esperando,
para huir,
la caída
de las sombras;
y a los
tordos que se posan
sobre los
viejos olivos,
alzar el
vuelo en bandadas,
al rasgar
el aire un tiro.
Las
ruinas aún erguidas
de la
Casa de Hospinete
evocan
las de un castillo
señorial
del siglo trece;
y tus
acequias, pilones
y
retorcidos senderos,
la
memoria de los moros
que
labraron estos cerros.
¡Y cómo a
mí me recuerdas
a mis
padres y a mi hermano,
que te
hollaron tantas veces,
en cada
estación del año!
Quien se
pasea en otoño,
por tu
alfombra serpentina,
admira la
pompa verde,
roja y
azul de tus viñas.
El que lo
hace en invierno,
contempla
tus olivares,
que
ofrecen sus aceitunas,
como
perlas de collares;
y en
primavera es tu ruta
una gran
feria de flores,
que
ofrendan al viandante
tus
llanos, cuestas y montes.
Los
tempraneros almendros
se visten
de rosa y plata;
de armiño
y jade, los peros;
y de oro,
las aliagas.
Y es un
placer acercarse
a tus
ribazos floridos
y
embriagarse del perfume
de
romeros y tomillos.
Sólo en
verano, de día
y a pie,
no hay que recorrerte,
por el
sol abrasador,
que quema
a todo Hospinete.
Pero aún
entonces agrada
trasladarse
al Pilón Grande,
en un
rápido vehículo
y en sus
aguas refrescarse;
o bajar al Nacedero
y
sentarse a sus orillas
y
sorprender en sus cuevas
a sus náyades
esquivas;
o bien escalar tus lomas,
a la
salida del sol,
y otear
el horizonte
grandioso
y deslumbrador.
Así,
pues, en todo el año,
tienes
atractivos bellos,
para los
que te recorren,
en busca
de algún recreo;
pero de
septiembre a mayo,
eres sin
duda la ruta
más amena
y saludable
de
nuestra villa vetusta.
Carretera
de Hospinete,
solitaria,
limpia y bella:
No saben
lo que se pierden
los que
nunca te frecuentan.
Mas yo,
mientras tenga fuerzas,
siempre
te recorreré,
porque
eres fuente perpetua
de salud
y de placer.
II
EL SOBRECITO DE TENA
Circula
en Fitero un sobre,
desde
hace unos cuantos años,
que,
como en Lourdes y en Fátima,
operando
está milagros.
A
los pobres hace ricos;
a
las feas hace guapas,
y
hasta el interior renueva
de
las más ruinosas casas.
¡Oh!,
¡qué milagros opera
el
sobrecito de Tena!
Barrios
flamantes al norte
del
pueblo se han construido,
sin
cuidarse de los riesgos
que
representa el Olmillo.
Antes,
una casa nueva
se
hacía, cada diez lustros,
para
albergar por igual
a
la familia y al burro.
¡Oh!,
¡qué milagros opera
el
sobrecito de Tena!
¿Quién
comía antiguamente,
en
nuestro pueblo, jamón?
Tan
sólo los que mataban,
por
San Martín, un lechón.
Pero
hoy el jamón, el pollo,
la
merluza y la ternera
tiran,
en sus bocadillos,
los
niños de las escuelas.
¡Oh!,
¡qué milagros opera
el
sobrecito de Tena!
Media
docena de coches
había
antaño en el pueblo,
que
sólo para viajar
utilizaban
sus dueños;
mas
hoy abundan los Seat,
lo
mismo que los espárragos
y
hay no pocas que los usan,
para
ir a misa los sábados.
¡Oh!,
¡qué milagros opera
el
sobrecito de Tena!
Una
vez, con un pimpollo
me
tropecé, de INITESA,
tan
linda y tan bien vestida
que
parecía una reina.
Luego,
supe, con asombro,
que
vivía en el Cortijo,
donde
antaño se veían
sólo
muchachas con pingos.
¡Oh!,
¡qué milagros opera
el
sobrecito de Tena!
Había
antes muchas hijas
de
familia numerosa,
que,
en sus casas, se aburrían,
lo
mismito que las ostras;
pero
ahora se dedican
a
hacer solapas y ojales,
y
son clientes asiduas
de
discotecas y bares.
¡Oh!,
¡qué milagros opera
el
sobrecito de Tena!
Sobre
todos los tejados,
aunque
hay alguna excepción,
se
elevan hogaño antenas
de
radio y televisión.
Así
que, hoy día, en Fitero,
todo
el mundo mete ruido:
lo
que sólo hacían antes
unos
cuantos señoritos.
¡Oh!,
¡qué milagros opera
el
sobrecito de Tena!
Conrado
estaba cansado
de
quebrarse los riñones,
trabajando
en Majarrasas,
en
Cascajos y Abatores;
pero,
un día, en INITESA,
entró
como planchador,
y
hoy camina bien erguido
y
viste como un señor.
¡Oh!,
¡qué milagros opera
el
sobrecito de Tena!
Leonor
era una chica
pobre
de bolsa y de garbo,
condenada
fatalmente,
de
por vida, a vestir santos.
Mas
como, en la misma empresa,
corta
ahora pantalones,
le
salen más pretendientes
que
a las patatas hijones.
¡Oh!,
¡qué milagros opera
el
sobrecito de Tena!
En
fin, los sobres de Tena
se
obtienen por un trabajo,
que
hace ganar a la empresa
sus
milloncejos por año;
mas
contienen, a su vez,
verdes
y azules billetes,
que
a sus obreros permiten
vivir
decorosamente.
¡Oh!, ¡qué milagros opera
el sobrecito de Tena!
(Composición humorística,
publicada en el Programa de Fiestas de 1977).
LA CUEVA DE LA
MUCHACHA [3]
En
el Barranco del Lindo,
hay
una cueva roquiza:
la
Cueva de la Muchacha,
que
apenas es conocida.
Su
acceso no es nada fácil,
si
no se va con un guía,
pues
su terreno escarpado
tiene
solo una sencilla.
No
es una cueva corriente
-
una cavidad sombría -.
sino
un cobertizo abierto,
con
techo de roca viva.
Las
Tres Papachas de Roscas,
desde
le Poniente, vigilan
el
hondo despeñadero
y
sus negruzcas guaridas;
sobre
todo, desde que
una
horrible fechoría,
la
Cueva de la Muchacha
presenció,
despavorida.
Fue
hace más de dos siglos,
en
el mes de las vendimias.
Con
su amo, Martín Bayo,
en
una quebrada finca,
por
el término de Roscas,
vendimiaba
Manolita.
Tan
solo catorce años
contaba
entonces la chica,
del
pueblo de San Felices
hacía
un año, venida.
Manolita
era un pimpollo
de
sonrosada carita,
de
largos cabellos rubios
y
de azuladas pupilas.
Aparentaba
más años,
por
estar muy crecidita
y
porque sus faldas largas
más
espigada la hacían.
La
chica era recatada
e
irradiaba simpatía:
una
simpatía pura,
ajena
a toda malicia.
Junto
al Barranco del Lindo,
situada
estaba la viña;
y
en mala hora, un domingo,
se
le ocurrió a Manolita
curiosear
tal paraje,
sin
ninguna compañía.
El
campo estaba desierto.
Ni
una sola voz se oía;
pero
sigilosamente
alguien
sus pasos seguía.
Llovió
y ella cobijóse
en
la guarida fatídica,
cuando
un repugnante sátiro
se
descolgó desde arriba.
Lo
mismo que un lobo en celo,
se
arrojó sobre la chica,
saciar
intentando en ella
su
desatada lascivia.
Pero
ella se resistió,
con
todas sus energías,
y
el bárbaro degollóla,
con
una navaja fina.
¿Quién
fue el bestial asesino...?
Jamás
se supo en la Villa.
Al
no volver a la casa,
Martín
Bayo y su familia,
los
guardas y otros vecinos
la
buscaron a porfía.
Y
la hallaron finalmente
en
la siniestra guarida,
LA
CUEVA DE LA MUCHACHA,
llamada
desde aquel día.
***
¡Ay!
joven de San Felices,
desgraciada
Manolita,
sacrificada
en Fitero,
igual
que una corderita:
que
el cobarde y criminal
que
te arrebató la vida,
arda
siempre en el invierno,
como
una tea encendida.
(Romance publicado en el Programa de
las Fiestas de 1980. Está inspirado en una partida del Libro II de Difuntos, f.
54, nº 137 del Archivo Parroquial, que dice así: “El 23 de Octubre de 1750, se
enterró una muchacha, natural de Sailices, llamada Manuel, que era de edad como
de 14 años y servía encasa de Martín Bayo, y el día 22, se halló el cadáver en
unas cuevas que están sobre un barranco, que hay más allá de Cascarrales y
cerca de un pontigo y pasa el agua de Cueva Murillo, y en dicha cueva, estaba
la muchacha degollada, y se halló en postura que denotaba haber muerto,
defendiendo su honor, y se enterró en el cementerio, cerca de la esquina del
rincón de María Sánchez.”
Firma:
Fr. Lorenzo Íñiguez, Vicario de Fitero.
La
muchacha se llamaba María Manuel Cabello Lalinde y había sido bautizada en San
Felices, el 17 de mayo de 1736.)
IV
ELEGÍA FITERANO-MEXICANA
A la memoria del distinguido médico fiterano, Dr. Mariano Val Chivite,
fallecido en Tacámbaro (Michoacán), el 31 de enero de 1945.
¿Recuerdas nuestra última entrevista
allá, en nuestro país?
España entera estaba en pie de guerra,
y a su frente, Madrid.
Ni tú ni yo pudimos sospechar,
en aquella ocasión,
que ya no volveríamos a vernos,
hasta el día de hoy.
¿A vernos? No; a encontrarnos tan
solo,
al cabo de once años,
de aventuras, de guerra y de
destierro,
de este modo dramático:
Tú, debajo de esta losa extranjera,
durmiendo el sueño eterno;
yo, emocionado y mudo, frente a ella,
viviendo tu recuerdo.
Pero, ¿qué importa el sitio en que se
cae?
Lo que importa en la tierra,
es trabajar y luchar sin desmayo,
por hacerla más bella.
Y tú luchaste así, caro Mariano,
con fe y con lealtad.
Tú te portaste siempre como un
hombre.
Adiós. Descansa en paz.
Panteón
Español en México, Distrito Federal.
1
de noviembre de 1947.
V
CANCIÓN
DE PRIMERA COMUNIÓN
A la niña María Luisa Fernández
Fernández, en el día de su Primera Comunión, celebrada en la iglesia parroquial
de Fitero, el 8 de mayo de 1975
¡Qué bonita estás, Marisa,
con tu espléndido vestido!
¿Con quién te compararé,
para celebrar tu hechizo?
¿Con una rosa de mayo,
que abre su linda corola
a los besos y a los rayos
deslumbrantes de la aurora?
¿Con una frágil Infanta,
que, en un jardín imperial,
luce su gracia y sus galas,
junto a un pavo real?
¿Con una estrella brillante,
que, en una noche de abril,
fulgura como un diamante,
en el firmamento añil?
¿O bien con un angelito,
de los que a Dios acompañan,
igual que los que Murillo
y el Angélico pintaran?
Pues no lo sé, niña tierna,
puesto que, a la vez, pareces
infanta, rosita, estrella
y un angelito celeste.
Por eso seguro estoy
de que, con gozo infantil,
el Divino Niño hoy
bajó Marisa hasta ti.
Mas mira, chiquilla mía,
que al Niño Jesús le encantan
más que las niñas bonitas,
las niñas buenas y santas.
De modo que, si su afecto
quieres siempre conservar,
en la casa y en la escuela,
te debes bien comportar;
Y obedecer a tus padres,
abuelos y profesores,
siguiendo, de buen talante,
todas sus indicaciones.
Si así lo haces, ya verás
cómo llegarás a ser,
cuando tengas más edad,
una adorable mujer.
Marisa, pelirrojita
que a mi madre embelesaste:
que brilles siempre en la vida,
igual que un sol de diamantes.
VI
HORÓSCOPO
NUPCIAL
A mis jóvenes amigos, Manolo Martín
y Pilar Falces, en el día de su boda, celebrada en Fitero, el 7 de octubre de
1978.
Manolo y Pilar, pareja
enamorada y dichosa:
¿queréis saber vuestra suerte?
Aquí la tenéis en coplas.
Os casáis en los comienzos
de la estación del Otoño.
Fructífero como ellos
será vuestro matrimonio.
Contraéis nupcias en sábado.
que significa descanso.
Signo es de que vuestro hogar
será un tranquilo remanso.
Hoy es del Papa San Marcos
la festividad anual.
Indicios es de que seréis,
antes de un año, papás.
Como sabéis educar,
porque sois los dos maestros,
no hay miedo de que algún hijo
os salga un tosco gamberro
Os desposáis en octubre,
que es el mes de la vendimias.
Así, pues, como las uvas,
será dulce vuestra vida.
El número SIETE es
el quinto número primo.
Como os casáis en un SIETE,
no vayáis a hacer lo mismo…
Dios con nosotros decir
quiere el nombre de Manolo
Sea, pues, para ti, Pili,
un inmejorable esposo
Y como, a su vez, Pilar
es “pilastras
que sustenta”,
ya dispones, pues, Manolo,
de un apoyo de gran fuerza.
En un final de semana,
vuestras vidas enlazáis.
Signo es de que vuestros “week-end”
alegres fiestas serán.
En la iglesia de Fitero,
os dais el SI de la boda.
Resistirá, pues, al tiempo,
como sus grandiosas bóvedas.
Vuestro enlace celebráis,
a la caída del sol.
Signo es de que, en vuestra vida,
obraréis con discreción.
Eres, Manolo, buen mozo;
y tú, Pilar, agraciada.
Tendréis, pues, una familia,
tan lustrosa como sana.
Y como sois, a la vez,
los dos gente de carrera,
tendréis algún hijo sabio
o, por lo menos, atleta.
Celebráis en LOS ABETOS
vuestro banquete de boda.
Es un presagio propicio,
porque dan muy buena sombra.
Y como lo hacéis con cena,
que es una comida parca,
ningún invitado –espero-
saldrá de aquí a cuatro patas…
El signo de la Balanza
preside vuestro himeneo.
No tendréis desequilibrios
de afección ni de dinero.
En fin, en cuarto creciente
de la Luna, os desposáis.
Por tanto, vuestra fortuna,
cual la luna, crecerá.
No sé si todo os saldrá,
como anuncio en este horóscopo;
más es lo que, por lo menos,
deseo para vosotros.
POESÍA
POPULAR ANÓNIMA
Hemos
recogido más de medio centenar de coplas populares de boca de vecinos y vecinas
del pueblo; pero no estamos completamente seguros de que todas sean de origen
fiterano. De ellas hemos seleccionado las siguientes.
Como
está tan caro el vino
en
la Villa de Fitero,
ahora
bebe la gente
una
copa de aguardiente
y
unos tragos del Terrero.
A
la luna de enero
te
he comprado:
que
no hay luna más clara,
en
todo el año.
Me
voy a ir a casar
con
alguna tudelana,
porque
las chicas de aquí
no
saben hacer las camas.
Nadie
diga bien estoy,
porque
yo he solido estar,
en
casa de balconaje
y
ahora vivo en un corral.
Llevas
mangas de lino,
cuerpo
de estopa.
siempre
la mejor carne
lleva
pior ropa.
Las
mujeres al Sotillo
salen
a tomar el sol.
menean
mucho la lengua,
pero
poco la labor.
-Vamos
a bailar, Juliana.
-
Voy a servirte, Eleuterio.
-
Con el delantal de cuadros,
pareces
el mismo cielo.
¡Válgame
Dios, qué calor!
si
a la sombra, estoy sudando,
¿qué
hará mi pobre marido,
en
el campo trabajando!
Luego
que yo conocí,
antes
que otro conociera,
cogí
pan y me partí,
antes
que el hambre viniera.
Mal
haya quien me ha traído
a
servir a Valdelagua:
que
me he venido a casar
con
un herrero sin fragua.
Las
mocitas de Fitero
se
ponen medias caladas
y
zapatos de tres duros,
que
no sirven para nada.
Mira
que me estás haciendo
una
buena y otra mala.
Cuida
que no te haga yo
una
que sea nombrada.
Te
marchaste a Zaragoza;
te
llevaron a un ferial;
y
como eras mala moza,
no
te quisieron comprar.
Ya
se han echado los mozos
tapabocas
como mantas;
y
las pobrecitas madres
no
pueden pagar las trampas.
Las
mujeres son la causa
de
que valga el vino caro:
que
unas empinan la bota
y
otras escorren el jarro.
De
tu ventana a la mía
se
pasea una culebra.
dicen
que pica, que pica…
más
pica tu mala lengua.
Si
llevas manta galana,
tus
dineros te ha costado.
por
presencia de buen mozo,
no
te la habrán regalado.
Este
año, el Nacimiento
lo
tendremos más temprano,
porque
dicen que el Mesías
vendrá
en aeroplano.
Ya
no quiero cantar más
lo
que canta la Beltrana:
¡Higos
por trapos y hierros!
¡Cajillas
por alpargatas!
A
las jóvenes les hago
zapatillos
de charol,
medias
suelas y punteras,
cuatro
dedos de tacón.
La
que sea pobre y vieja
y
tenga malo su coche,
que
se vaya a la Arboleda,
que
todo pasa de noche.
Eres
l´águila imperial
que
en el pinar se paró.
Eres
más rubia que el alba
antes
de salir el sol.
-
¡Hola, buen chico!
-
¡Hola, buen mozo!
-
Préstame un duro.
-
No te conozco.
Bendito
sea Noé,
el
que las viñas plantó:
que
de un triste sarmientillo,
sale
tan dulce licor.
Yo
soy uno, tú eres una:
una
y uno que son dos;
dos
que quisieron ser uno,
pero
no lo quiso Dios.
Si
tuvieras olivares,
como
tienes fantasía,
el
río del Manzanares
por
tu puerta pasaría.
Ya
sabes que por ti fui
capitán
de bandoleros.
Lo
primero que rondé
fueron
tus ojos morenos.
Llevo
buena vida
y
estoy como quiero;
que
nunca trabajo
y
tengo dinero.
No
te cases con del campo,
porque
siempre viene tarde,
con
la alpargata arrastrando
y
la cara de vinagre.
Eres
el sol de Cirauqui
y
la luna de Mañero
y
la rosa de Tolosa
y
de Fitero el lucero.
Más
vale la sal y gracia
que
tienen algunos mozos,
que
las huertas y olivares
que
tienen los padres de otros.
Nunca
pidas, nunca debas,
nunca
a nadie le hagas mal.
siempre
oye, siempre calla
y
las gracias me darás.
Fitero
ya no es Fitero,
porque
se ha vuelto Madrid.
¡Quién
ha visto en Fitero,
camareras
a servir!
A
la Virgen de la Barda
le
sacan en procesión,
y
con los ojos nos dice:
Hijos
de mi corazón.
Eres
guapa y buena moza,
mas
no te alabes por eso:
que
si la carne está cara,
iremos
al abadejo.
A
casa de la Manuela
ya
no se puede subir,
porque
le han puesto al Guindera
la
gorrilla de alguacil.
Si
ese sol que nos alumbra,
se
volviera jornalero,
no
madrugaría tanto
y
andaría más ligero.
El
día en que no te veo,
estoy
como árbol sin sombra,
como
puente sin muralla
y
como rey sin corona.
[1] “El Cristo de
Fitero” fue escrito por Alberto Pelairea bajo el dolor y la impresión del
fallecimiento de su madre. Del libro “Antología
Poética”. Alberto Pelairea Garbayo. (VII Cuadernos de la Cofradía
gastronómica del Pimiento Seco). Pamplona, 1973
[2] Poema publicado en el Programa de las fiestas de Septiembre de 1974.
[3] Fitero, 1980.
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