ESTUDIOS FITERANOS



ESTUDIOS FITERANOS



MANUEL GARCÍA SESMA

Tudela, 1981


PRÓLOGO

Se pueden hacer muchos estudios sobre Fitero a causa de su variada y dilatada historia, así como por la enorme documentación que se conserva acerca de él. Lo difícil precisamente es hacer una selección previa, entre tantísimos documentos, para estudiar una cuestión determinada. La cuarta parte de este libro, titulada MANUSCRITOS FITERANOS, tiene cabalmente por objeto indicar a los futuros investigadores del pasado de nuestro pueblo, las fuentes a las que pueden acudir, para documentarse adecuadamente.

En el presente volumen, nos hemos visto obligados a no insertar la biografía crítica de San Raimundo, así como los estudios dedicados a diferentes autores que han escrito páginas sobre nuestro pueblo, ni tampoco las leyendas fiteranas de G. A. Bécquer, con comentarios, como habíamos anunciado, porque debido a su extensión, habría que haber aumentado considerablemente sus páginas; y dada el alza sensible que han experimentado últimamente las artes gráficas, habríamos tenido que aumentar proporcionalmente el precio del volumen_ precio que es bastante inferior al de los libros corrientes, porque el autor no cobra absolutamente nada. De todos modos, para cubrir los gastos de impresión, nos hemos visto obligados a incrementar el precio de este volumen en 50 pesetas más.
Advertimos que publicaremos la biografía de San Raimundo y los otros trabajos omitidos por ahora, en el próximo volumen.
Finalmente agradecemos su cooperación al Diputado Foral, D- Ángel Lasunción.

EL AUTOR



ÍNDICE

PROLOGO DEL AUTOR.

PRIMERA PARTE

TOPONIMIA FITERANA.

Capitulo I.‑ Toponimia demográfica.
Capítulo II.‑ El nombre de Fitero.
Capitulo III: Los nombres de las calles, plazas y paseos públicos.
Capítulo IV‑ Toponimia fisiográfica: los nombres de los términos territoriales y de los parajes.
 Capítulo V.‑ Otros topónímos fisiográficos.

SEGUNDA PARTE

GAZAPOS Y GAZAPILLOS ACERCA DE FITERO.

Gazapos y gazapillos acerca de Fitero.
               
TERCERA PARTE.

ANTROPONIMIA FITERANA

I.‑ Los nombres propios de persona.
II.‑ Los apellidos.
III.- Los motes.

CUARTA PARTE

MANUSCRITOS FITERANOS

I.‑ Manuscritos relativos al Monasterio de Fitero.
II.‑ Manuscritos relativos a la Villa.

QUINTA PARTE

POESIA FITERANA

Introducción.

Versos de Alberto Pelairea Garbayo.
Versos de Luis Palacios Pelletier.
Versos de Serafín Inúñez Fernández.                 
Versos de Anselmo Pérez Lacarra.
Versos de Manuel García Sesma.                           
Versos populares anónimos.


CAPÍTULO I


         La toponimia estudia el origen, significado y transformaciones de los nombres del lugar. Estos lugares se dividen en demográficos o habitados y fisiográficos o no habitados.

TOPONIMIA DEMOGRÁFICA

         Comprende el nombre del pueblo y los nombres de sus calles, plazas, travesías, paseos y edificios públicos.
La nomenclatura actual de las calles de Fitero, incluye los 40 nombres siguientes, ordenados alfabéticamente:Alfaro, Álvarez de Solís, Angós, Armas, Asiain, Atalaya, Barrio Bajo, Bécquer, Calatrava, Carnicería, Cementerio, Cogotillo Alto, Cortijo, Charquillos, Díaz y Gómara, Espoz y Mina, García Lahiguera, Garijo, Huarte, Iglesia, Lejalde, Mayo, Mayor, Niencebas, Olmillo, Oñate, Palafox, Paseo de San Raimundo, Patrona, Pelairea, Peñahitero, Pío XII, Pozo, Sagasti, San Antón, San Juan, Tudején, Victoria, Villa y Ximénez de Rada.
         Se pueden añadir como topónimos, ya en desuso, pero no reemplazados por otros nuevos, los de Belenas, Callejón de Santa Lucía, Oficina, Parador de San Antonio, Plaza de las Malvas, Plaza del Molino, Plazuela de la Picota y Travesía de los charquillos, y como topónimos en uso, pero sin denominación oficial, El Guache, Plaza de la Villa, Plaza de la Iglesia y Paseo Viejo.
         Completan la toponimia demográfica los nombres de los edificios públicos, como la Casa Consistorial, Capilla de las Clarisas, Cementerio, Cuartel de la Guardia Civil, Frontón, Grupo Escolar y Biblioteca Pública, Iglesia Parroquial, Matadero Municipal, Piscina, Plaza de Toros, Residencia San Raimundo y Teatro-Cine Calatrava.
         Dejando estos últimos, cuyo significado es obvio y no necesita explicación, vamos a ocuparnos de los restantes, dedicando previamente un amplio estudio al nombre de nuestra villa.

CAPÍTULO II

EL NOMBRE DE FITERO

         La palabra Fitero procede inmediatamente del antiguo sustantivo castellano fito, que significa hito o mojón. En tal acepción, se usaba ya la palabra fito, en el lenguaje escrito medieval, por lo menos, desde los siglos XIII y XIV, como puede verse en el Fuero de Usagre, I, y en el Libro de Caza del Infante don Juan Manuel (77,20); pero es indudable que, en el lenguaje hablado, se empleaba desde siglos anteriores.
         La palabra fito proviene de la latina vulgar fictu, y ésta, a su vez, de la clásica fixum, que quiere decir fijo, fijado, plantado, como ocurre con los mojones.
         Asimismo la forma femenina ficta dio la palabra primitiva castellana fita, con el mismo significado de hito o mojón, y así es como se llamó en un principio el pueblo del que fue Arcipreste Juan Ruiz, el famoso autor del Libro del Buen Amor, en cuyo verso III de la estrofa XIX, se llama a si mismo “Arcipreste de Fita”[i]. Actualmente todavía se conserva como apellido la palabra Fita, bastando recordar al sabio arqueólogo e historiógrafo P. Fidel Fita y Colomer, fallecido en 1918.
         Las primitivas voces fito y fita se transformaron posteriormente en hito e hita, como joja en hoja, farina en harina, furto en hurto, etc., pues el cambio de la f inicial latina en ha muda fue un fenómeno fonético y gráfico corriente, en la formación del romance castellano, por lo menos desde el siglo XI.
         Parece, hasta cierto punto lógico, quede hito se derivara, a su vez, hitero, poscomponente del nombre del término territorial de nuestro pueblo, llamado Peñahitero y conocido vulgarmente por Pañetero. Pero no ocurrió así, sino que Hitero fue una transformación directa de Fitrero, como hito de fito e hita de fita. Y la prueba es que los nombres de dos antiguos pueblos castellanos, llamados actualmente Itero de la Vega, en la provincia de Palencia, e Itero del Castillo, en la de Burgos, anteriormente se escribieron Hitero y primitivamente se llamaron Fitero, según consta en dos versos del poeta del siglo XIII, Gonzalo de Berceo, en su Vida de Sant Millán de la Cogolla. Libro III, estrofa 468, verso I:
Frómesta del camino cerca es de Fitero…
(Se trata de Itero de la Vega, que está en la margen derecha del río Pisuerga, en el partido judicial de Astudillo).
Estrofa 471, verso I:
Ambas a dues la s villas que an nomne Fitero…
(Es decir, Itero de la Vega e Itero del Castillo, que están situados uno enfrente de otro; pero el segundo, en la margen izquierda de dicho río, en el partido judicial de Castrogeriz). Así, pues, Hitero es una transformación directa de Fitero, e Itero, de Hitero; pero ni Hitero ni Itero se derivaron inmediatamente de hito ni de hita: lo cua es un detalle muy interesante, como veremos luego, al refutar una interpretación etimológica de Isaac López-Mendizábal.
         Asegura don Julio Altadill, seguido de otros autores posteriores, que el nombre anterior de Fitero fue Itero[ii], escrito por otros Hitero. Hay una razón filológica para rechazar a priori esta versión y es que, si como hemos asentado anteriormente, en el largo proceso del romanceamiento castellano del latín vulgar, la f inicial de palabra, seguida de una vocal simple, se cambió ordinariamente en h o simplemente se perdió, jamás la h se convirtió, por el contrario, en f; de manera que Fitero no puede proceder de Hitero ni de Itero. Pero eixten además las pruebas documentales. Ya el P. Moret, exagerando un poco la nota, asegura que nuestro pueblo se llamó “perpetuamente Fitero. Y así lo llama la donación del Rey (la de Calatrava, hecha por Sancho II de Castilla), las bulas pontificias e innumerables escrituras de aquel tiempo y también las Memorias todas del Císter”[iii].
         Desde luego, en todos los documentos de los siglos XII, XIII y XIV, sólo aparece el nombre de Fitero y nunca los de Hitero ni Itero. Sin embargo, estas denominaciones populares empezaron a emplearse, en la segunda mitad del siglo XV, en el lenguaje hablado, por otra de los vecinos primitivos del pueblo y en el siglo XVI, aparecen incluso hasta en el lenguaje escrito, pero alternando con el viejo topónimo Fitero. Así, en una carta de venta de una casa, fechada en 19 de septiembre de 1561, por los notarios Gracián y Sebastián Navarro, se llama, al principio, a los vendedores, Luis González y su mujer Inés Simón, “vecinos del lugar de Fitero”; mas, al final, se dice que la escritura fue otorgada “en el dicho lugar de Ytero” (así, con y griega), para añadir tres líneas después que los testigos eran vecinos “del dicho lugar de Fitero”[iv]. En otra escritura de Gracián Navarro, del 18 de noviembre de 1581, acerca de un convenio entre el Monasterio y el tejero de Corella, Domingo Sáez; se emplean asimismo indistintamente los nombres de Fitero e Ytero[v].
         Al final, se impuso el viejo topónimo Fitero, que es como continuaron pronunciándolo y escribiendo los monjes de la Abadía, que eran los señores temporales y espirituales del pueblo.
         Sin embargo, sobrevivió la forma popular de Hitero en Peñahitero, la cual data también de los comienzos del vecindario, pues en los siglos anteriores se llamó y escribió siempre Peña de Fitero o Peñafitero, como aparece todavía en el Apeo de Feloaga del año 1655[vi]. En efecto, en una escritura de venta de una pieza de tierra a San Raimundo por doña Toda y sus hijos, en noviembre de 1157, se habla de “illa Penna de Fitero”, y en otra de permuta de una heredad, entre el abad Guillermo y Pedro de Cintruénigo, realizada unos veinte años después, de nombra la “Peña de Fiterio[vii]”.
         La supervivencia de Peñahitero se explica por ser una forma hablada, empleada por los campesinos, quienes la transformaron más tarde en Pañetero.
         La interpretación etimológica de la palabra Fitero que hemos expuesto al principio, ha sido puesta en entredicho por el eminente filólogo vasco Isaac López-Mendizábal, quien, en sus Etimologías de apellidos vascos, aventura que Fitero procede del vasco ita, que significa zarzal, añadiendo sin verdadera convicción: “El nombre de Fitero no tendría relación con la palabra hito o mojón[viii]”.
         Así: “no tendría…”, en condicional o potencial- Se ve que no estaba muy seguro de ello. ¿Pruebas? No aduce ninguna y tropezándose con la dificultad de explicar satisfactoriamente la f inicial, pretende salir del paso diciendo que es una letra protética. Prótesis es una figura de dicción que consiste en añadir una o más letras al comienzo de un vocablo, como arrepasar por repasar. ¿Y quién añadió esa letra? ¿Los fiteranos? No los había entonces. ¿Los monjes? Tampoco, pues el nombre es anterior a su instalación en Fitero. Por otra parte, de ser ita, zarzal, el origen de la palabra Fitero, es evidente queel primitivo nombre de nuestro pueblo habría sido Itero, y esto no es cierto, como lo hemos visto. Además hay que tener en cuenta que el sufijo –ero no es vasco, sino castellano y es lógico que la raíz fit- lo sea también. Es exactamente lo que ocurre con Peñahitero, pues, siendo peña de indudable origen castellano, es lógico que hitero lo sea también. De lo contrario, ¿por qué, al formarse tal nombre compuesto, se habría elegido un precomponente castellano y un poscomponente vasco? Es verdad que en Navarra hay algunos topónimos híbridos y hasta tautológicos, como el Valle de Arán, que significa el Valle del Valle (del castellano valle y del vasco aran, valle); pero no son corrientes, y además, en nuestro caso, no hay ninguna explicación histórica ni filológica que abone tal formación. Por otro lado, Peñahitero, con el significado de Peña – zarzal, no es un concepto muy comprensible que digamos; pues ni hay zarzales naturales de piedra ni brotan fácilmente los zarzales en las rocas; por lo menos en su superficie.
De todos modos, la interpretación de López-Mendizábal no es precisamente absurda y extravagante, pues se podría alegar en su favor que el vascuence, durante el siglo XII, se hablaba bastante en la Rioja. Sí, pero en la alta, no en la Baja, con la cual colinda Fitero, que a la sazón, pertenecía a Castilla y no a Navarra.
Quede, pues, bien asentado que el nombre de nuestro pueblo no procede etimológicamente del vasco ita, sino del sustantivo castellano fito.
Otra cuestión importante es la de averiguar por qué a nuestro territorio se le dio precisamente el nombre de Fitero y no otro distinto. ¿Cuál fue el origen de esta denominación específica; o mejor dicho, su motivación?
Pascual Madoz, en su gran Diccionario geográfico, estadístico e histórico de España y de sus posesiones de Ultramar, asegura que el nombre de nuestro pueblo proviene de la Peña de Hitero[ix]. Y lo mismo han repetido después, copiando probablemente a Madoz, el Diccionario Enciclopédico Hispano-Americano[x], la Enciclopedia Universal Ilustrada de Espasa-Calpe[xi] y el Diccionario Enciclopédico U.T.E.H.A[xii].
Ya el académico de la Historia, Manuel Abella, había aducido también esta versión, aunque calificándola de “menos verosímil”, en el Diccionario Geográfico-Histórico de España por la Real Academia de la Historia[xiii].
Desde luego, tomada esta afirmación al pie de la letra, es completamente falsa, pues ya hemos demostrado que Fitero no proviene de Hitero; pero podría tener alguna verosimilitud, si se tiene en cuenta que Peñahitero se llamó primitivamente Peña de Fitero. Ahora bien, en los documentos más antiguos del Cartulario de Fitero, aparece primeramente Fitero a secas; es decir, un lugar determinado, llamado así, y más tarde, Peña de Fitero, o sea, una Peña de ese lugar. Efectivamente, un documento del 17 de septiembre de 1147 dice textualmente: “locum de Fitero” (lugar de Fitero), mientras que el primer documento que nombra la “Peña de Fitero” es de 1151[xiv]. Así, pues, el topónimo Fitero fue anterior al de Peña de Fitero y, por lo tanto, no procedió de éste.
Otra opinión sobre el origen histórico del nombre de nuestro pueblo es la que lo atribuye a un supuesto apellido de Fitero del rico señor del siglo XII, don Pedro Tizón, abuelo del célebre arzobispo de Toledo, don Rodrigo Ximénez de Rada. De acuerdo con esta versión, don Pedro habría donado a San Raimundo la heredad sobre la cual estableció éste su célebre monasterio del Cístero, hacia el año 1152 y, en reconocimiento a tal donación, se dio primeramente a dicho convento su pretendido apellido de Fitero y, a continuación, al poblado formado en torno suyo.
Es lo que afirma el anónimo autor del artículo sobre Raimundo Serra (San), en el Diccionario Hispano-Americano[xv]; artículo que fue probablemente redactado por don Severino Doporto, principal colaborador de dicha obra, en materia de Biografía española. Lo más curioso del caso es que esta aserción está en contradicción con la opinión emitida anteriormente el mismo Diccionario, por su colaborador de Geografía Española, en el artículo dedicado a Fitero, haciendo proceder Peñahitero el nombre de nuestro pueblo. Inconvenientes de la colaboración múltiple de las grandes enciclopedias. ¿Cómo no se les ocurrió ponerse de acuerdo?
Esta versión antropo-toponímica es inadmisible, en primer lugar por cuanto sabemos que con anterioridad a dicha donación –que, por otra parte, no es cierta- el lugar se llamaba ya Castelló o Fitero, y en segundo término, porque, en ninguna historia ni documento antiguo se llama a dicho señor don Pedro de Fitero, sino don Pedro Tizón, don Pedro de Rada o don Pedro de Cadreita. Y si se alega que se trataba de un segundo apellido, éste es completamente inverosímil en aquella época, pues a mediados del siglo XII casi nadie –por no decir nadie- llevaba dos apellidos, ni en Castilla ni en Navarra ni en los demás estados cristianos peninsulares. El materno, tal como lo usamos hoy, tardó todavía varios siglos en introducirse en España. Desde el siglo IX, algunos reyes y nobles, imitando a los árabes, empezaron a usar, después de su nombre de pial, un patronímico: Sánchez, hijo de Sancho; Rodríguez, hijo de Rodrigo, etc.; o bien, el nombre del lugar en que había nacido o en el que tenían posesiones: Rodrigo de Amaya, Salomón de Cerdaña, etc.; mientras que la inmensa mayoría de los señores y plebeyos ó llevaban el nombre de bautismo y algún apodo, que, al final, se les quedó como apellido.
No hay más que pasar revista a los personajes que desfilan por el Poema del Mío Cid y el Poema de Fernández González, para comprobar esta aserción. Ninguno lleva dos apellidos, empezando por el mismo Cid, quien no se apellidaba Díaz de Vivar, como dicen las historias, sino Díaz a secas (que quiere decir hijo de Diego, pues lo era, en efecto, de Diego Láinez), agregándose a menudo de Vivar, no como verdadero apellido familiar, sino como una indicación del lugar de su nacimiento. Se puede verificar con numerosísimos versos del poema y, sobre todo, con las declaraciones personales de los dos siguientes:

Verso 721: Yo soy Roy Díaz, el Çid de Bivar Campeador…
Verso 1.140: Ca yo so Roy díza, mío Çid el de Bivar…[xvi]

Y lo mismo ocurría, a la sazón, en Navarra y en las Vascongadas. Efectivamente, en la escritura de fundación del monasterio de Varria (San Agustín de Echevarría, término de Elorrio), verificada en 1053, por don Sancho IV de Navarra –escritura publicada por el P. Fidel Fita-, aparecen los nombres de varios donantes y confirmantes, seguidos, al parecer, de dos apellidos: uno patronímico y otro toponímico, como Muno Assandoz de Arroita, Sancio Telluz de Olhabehezahar, etc.; pero los segundos no son verdaderos apellidos familiares, sino simples designaciones del lugar de nacimiento o de residencia, y la prueba es que, en dicha escritura, aparecen varios hermanos, nacidos o residentes en diferentes localidades y su, al parecer, segundo apellido también varía. Por ejemplo, los hermanos Acenario Momez de Azubarro y Guidero Momez de Ankelo, así como Acenario Sanroíz de Ibarra y Acenario Sanzoiz de Berrio[xvii].
         Sólo hacia la segunda mitad del siglo XII algunos señores y caudillos guerreros empezaron a añadir a su patronímico –los que lo tenían, y no era precisamente éste el caso de don Pedro Tizón- el nombre del lugar en que habían nacido y, sobre todo, de las tierras o pueblos cuyo dominio o posesión tenían: Diego Ordóñez de Lara, Diego López de Haro, etc.; costumbre que acabó por generalizarse en los siglos XIII y XIV. Ahora bien, es evidente que este segundo apellido locativo presuponía la existencia anterior del lugar de referencia, con su topónimo correspondiente. De manera que era el nombre del lugar el que daba origen a ete apellido y no al contrario. Por consiguiente, aplicando esta doctrina antroponímica al caso de don Pedro Tizón, es indudable que, si hubiese llevado como segundo apellido de Fitero, porque tenía propiedades en nuestro término municipal –ya que no nació en él-, es nuestro pueblo el que le habría prestado su segundo apellido y no su pretendido segundo apellido el que habría dado nombre a nuestra villa.
         Por lo demás, la verdad del caso, en lo referente a don Pedro Tizón, es que, por de pronto, no tuvo ningún apellido antroponímico. Según el historiaror Alfonso Núñez de Castro, en su Crónica de los señores reyes de Castilla, don Sancho el Deseado, don Alfonso el VIII y don Enrique el I (Madrid, 1665), el primer apellido que usó don Pedro fue el toponímico de Rda, sin duda por haber nacido, al parecer, en esta villa, hoy despoblada –en el territorio actual de Traibuenas, partido judicial de Tafalla- y además, por ser señor de ella, así como de Cadreita, Monteagudo, Caparroso y otros lugares.
         El P. Javier Gorosterratzu, en su libro Don Rodrigo Jiménez de Rada (Pamplona, 1925), asegura que don Pedro usó, sin embargo, de preferencia, el apellido toponímico de Cadreita, por ser este señorío más importante que el de Rada.
         En cuanto al apellido Tizón, se trata simplemente de un sobrenombre que adoptó más tarde dicho señor, a causa de un caso prodigioso que le ocurrió en un combate y que refiere el historiador zaragozano del siglo XVI don Jerónimo Blancas y Tomás.
         En cuanto al apellido Tizón, se trata simplemente de un sobrenombre que adoptó más tarde dicho señor, a causa de un caso prodigioso que le ocurrió en un combate y que refiere el historiador zaragozxano del siglo XVI don Jerónimo Blancas y Tomás.
         En el instrumento de la concesión del Fuero de Sobrarbe, hecha a Tudela por Alfonso I el Batallador y que se conserva en su archivo catedralicio, aparece ya entre los firmantes Petrus Tizón in Stella el Monteacuto. Lleva la fecha de septiembre de 1117, pero no es muy segura. Ahora bien, lo que no aparece en ningún documento, es su pretendido apellido locativo de Fitero. Hay, pues, que concluir que no procede de él la denominación de nuestro pueblo.
         Entonces, ¿cuál fue el verdadero motivo de que se impusiera a nuestra villa el nombre de Fitero? Sin duda alguna, su situación geográfica fronteriza, tal como lo indica su significado etimológico; a saber, peña que sirve de hito o mojón y señala los límites de un territorio. La mayoría de los historiadores que se han ocupado de nuestro pueblo, como Manuel Abella, Vicente de la Fuente, Pedro Aguado Bleye, Pedro de Madrazo, etc., son del mismo parecer.
         Por otra parte, la historia confirma esta opinión, basada en la etimología; pues, en efecto, Fitero, desde su nacimiento hasta hoy, ha sido frontera de los antiguos reinos de Castilla, Navarra y Aragón.
Incluso tradiciones antiguas, como la del Mojón de los Tres Reyes, atestiguan esta condición secular de nuestro pueblo. Tanto es así que Pascual Madoz, De la Fuente, Julio Altadill y otros autores citan a este propósito, relacionándolo indebidamente con nuestro pueblo, el viejo cantar castellano:
                           
                                      Harto era Castilla
                                      pequeño rincón,
                                      cuando Amaya era cabeza
                                      y Fitero, mojón.

         Este cantar coincide exactamente con la estrofa 170 del Poema del Conde Fernán González, la cual reza así:

                            Enotonces era Castyella un pequnno ryncón,
                            era de castellanos Montes d´Oca mojón,
                            e de la otra parte, Fitero el fondón.
                            moros tenían Caraço en aquella sazón[xviii].

         Ahora bien, el Fitero de estos cantares no es nuestro pueblo, como creían dichos autores, sino uno de los dos ribereños del río Pisuerga. Don José Terrero[xix] afirma que era Hitero de la Vega, mientras que don Juan F. Amador de los Ríos[xx] y don Alonso Zamora Vicente[xxi] opinan que era Itero del Castillo. Para el caso da igual, pues ambos están situados casi enfrente, a una y otra orilla del Pisuerga, y ambos existían en loso albores del Estado castellano.
         Lo que no cabe duda es que no era Fitero de Navarra, por la sencilla razón de que el monasterio no existía todavía y cuando surgíó, en la segunda mitad del siglo XII, Castilla ya no era un pequeño rincón, sino un Reino relativamente extenso e importante, hasta el punto de que el monarca castellano de entonces, Alfonso VII, había tomado, desde 1136, el título de Emperador.
         Por lo demás, aun prescindiendo de la historia, basta echar una ojeada sobre un mapa de España, para comprobar inmediatamente que el territorio comprendido entre los Montes de Oca y uno de los Iteros del Pisuerga es efectivamente un pequeño rincón, pero ya no tan pequeño el comprendido entre dichos Montes –o Amaya- y Fitero de Navarra.
         Lo que no es improbable, sino al contrario, es que, al surgir nuestro pueblo, sirviendo de nueva frontera a Castilla, se le diera el nombre de Fitero, a imitación y semejanza de sus homónimos del río Pisuerga.
         En resumen: la palabra Fitero proviene del sustantivo castellano filo, que significa hito o mojón. A su vez, fito procede del latín vulgar fictu, que quiere decir fijo o plantado. Y por fin, Fitero significa pueblo fronterizo, y se le puso este nombre porque, desde un principio, sirvió de frontera a los reinos de Castilla y de Navarra, y también, más tarde, de Aragón.





CAPÍTULO III

NOMBRES DE LAS CALLES, PLAZAS Y PASEOS PÚBLICOS


ALFARO

Esta calle data del siglo XIX, en su segunda mitad, y se le dio este nombre en memoria del industrial fiterano don Manuel María Alfaro, quien hizo construir casi todas las casas de la acera de los nones, no sólo de esta calle, sino también de la calle Calatrava. Fue alcalde de Fitero y diputado provincial, y murió en 1900.

ÁLVAREZ DE SOLIS (Fray Luis)

Fue el XXXVIII abad del monasterio de Fitero. Solo gobernó la abadía, desde 1582 a 1585; sin embargo, fue uno de los abades que más hicieron en beneficio del pueblo. Otorgó a los vecinos, a censo perpetuo, todas las tierras que cultivaban en arriendo, así como las 46 casas en que vivían otros tantos vecinos y que eran propiedad del monasterio. Fundó la primera escuela pública para los niños e hizo construir la sacristía actual de la iglesia y el Dormitorio Nuevo del monasterio. Le fue dedicada esta calle en 1979.

ANGÓS

Data esta calle del siglo XIX y se le dio este nombre en recuerdo del distinguido arquitecto fiterano, don Juan de la Cruz Angós, el cual trazó el regadío de Abatores en 1821.

ARMAS

Esta calle se llamó anteriormente Çalle de la Loba y existía con este nombre ya en la primera mitad del siglo XVII. Sin duda se la llamó así a causa de alguna loba que hizo inesperadas apariciones por allí. Terminaba en una costanilla lleca. En el primer cuarto del siglo actual, se le cambió el nombre por el de Armas, en agradecimiento al comerciante de tejidos don Cesáreo Armas, quien cedió al Ayuntuamiento la costanilla, lo que permitió la salida de la calle al Cogotillo Bajo (hoy Pío XII) y le hizo asimismo donación de unos corrales de la calle de la Iglesia, lo que permitió convertir ésta en la actual plaza, Murió don Cesáreo en 1934.

ASIAIN (D. Julio)

Fue alcalde de Corella, procurador en Cortes y diputado foral por la Merindad de Tudela, en la época del general Franco. Se le dedicó esta calle en 1971.

ATALAYA

Es un nombre de origen moro, pues procede del árabe at-talayí, que significa centinelas o escuchas de campo, plural de talia, centinela. La Atalaya de Cascajos es la montaña más majestuosa de Fitero, aunque no la más elevada, y por ese motivo se dio su nombre a esta calle, en 1979.

BARRIO BAJO

Se dio tal nombre a esta calle, por estar situada en la parte más baja del pueblo, pero no en el sentido peyorativo de que viviera en él la gente más humilde del vecindario. Es de las más antiguas, pues data del siglo XVI.

BELENAS

En Navarra se llama belena al callejón o pasaje de uso público, y también al pasadizo entre casas, corrales o huertos. Por consiguiente, está claro que se puso tal nombre, ya en desuso, a la calle de referencia, por servir de pasadizo entre las calles de San Juan, del Medio y de la Loba. Data del siglo XVII.

BÉCQUER (Gustavo Adolfo)

Fue un famoso poeta romántico (1836-1870). Anduvo por los Baños Nuevos de Fitero hacia 1862 y escribió tres notables leyendas en prosa, acerca de nuestro pueblo: El Miserere, La cueva de la Mora y La fe salva. En agradecimiento se le dedicó esta calle en 1971.

CALATRAVA

Evidentemente tal denominación corresponde a un acuerdo perenne y honorífico de la Orden Militar de Calatrava, fundada por San Raimundo de Fitero, hacia 1138. Esta calle sólo data de la segunda mitad del siglo XIX.

CALLEJÓN DE SANTA LUCÍA

Debe su nombre a que conduce a los huertos del paraje de Santa Lucía, así como a una imagen de la Santa, que había antiguamente en una hornacina, al final del callejón.

CARNICERÍA

Data esta pequeña calle de comienzos del siglo XVII y se le dio tal nombre por haber sido abierta en ella la primera carnicería pública en 1606.

CEMENTERIO

Es el nombre oficial de la calle que conduce al camposanteo, pero el vecindario usa más bien el topónimo de Costerilla, a causa de su pequeña cuesta o pendiente.

COGOTILLO ALTO

Cogotillo es diminutivo de cogote, que en Navarra se emplea como sinónimo de cabeza, lo cual no es exacto, pues el cogote propiamente dicho es la parte superior y posterior del cuello. En todo caso, es claro que se puso a tal calle tan pintoresco nombre, por estar situada, a la sazón, en la parte más alta del caserío del pueblo, así como por oposición a la calle del Cogotillo Bajo, hoy Pío XII. Data del siglo XIX.

CORTIJO

El significado corriente de cortijo es el de casa y tierra de labor, y se puso tal nombre a dicha calle porque se empezó a formar, hacia el siglo XIV, con unas pocas casas, adosadas al monasterio, en las que vivieron los primeros peones y pastores de la abadía. Por supuesto es la calle más antigua de Fitero.

CHARQUILLOS

Se dio tal nombre a esta calle a causa de los innumerables charquitos que se formaban antaño en ella, cuando llovía, debido a su tosco empedrado. Es de las más antiguas, pues data del siglo XVI y en ella estuvo alojado, durante muchso años, el Concejo o Ayuntamiento de la villa.

DÍAZ Y GÓMARA, D. Miguel de los Santos (1895-1949)

Durante las dos primeras décadas de este siglo se llamaba todavía la calle de Luchana, nombre que se le puso en el siglo XIX en recuerdo de la victoria obtenida, en dicho pueblo vizcaino, sobre el ejército carlista, por el general liberal don Baldomero Espartero, en 1836; pero en 1920 se le cambio dicho nombre por el actual, en honor del prelado fiterano don Miguel de los Santos, que nació en esa calle calle en 1895.  Fue sucesivamente Obispo Auxiliar del Arzobispo de Zaragoza, Cardenal Soldevila, asesinado en 1923, y Obispo titular de Osma y Cartagena. Murió en 1949.


ESPOZ Y MINA


Don Francisco Espoz y Mina fue un famoso caudillo navarro de la Guerra de la Independencia. Más tarde se distinguió como general liberal, en la primera Guerra Carlista, mandando en jefe al Ejército del Norte, en 1834. Murió en 1836, a los 35 años.


JOSÉ MARÍA GARCÍA LAHIGUERA (1903-1989)

Primitivamente esta calle se llamó de Entre Ambos Ríos por estar situada entre el río Alhama y el río del Molino, que discurrría por aquel lugar al descubierto, dejando apenas una estrecha senda para los peatones, en la orilla derecha. Con tal topónimo aparece ya esta calle en la segunda mitad del siglo XVII. Al ser cubierto el río en 1936 se convirtió en una verdadera y flamante calle, a la que, en 1951 se dio el nombre del Dr. Don José María García Lahiguera, quien, a la sazón, era Obispo Auxiliar del Arzobispo de la diócesis de Madrid-Alcalá, Dr. Leopoldo Eijo y Garay. En 1964 fue nombrado Obispo titular de Huelva, y en 1969 Arzobispo de Valencia: mitra a la que renunció, por motivos de salud, en 1978, presentando su dimisión, al cumplir 75 años.

GARIJO

Los Garijo fueron dos hermanos, llamados Pío y Félix Gómez Garijo, que, en la segunda mitad del siglo pasado, abrieron un comercio en la calle que lleva su nombre y eran propietarios de la mayor parte de las casas.

GUACHE

En Navarra se llama Guache al lugar de los corrales donde se encierra a las ovejas para que suden antes del esquileo; y en la Rioja y en Soria, al corral de esquileo. Pues bien, en Fitero se hacía esta operación en unos corrales que había a la derecha, pasado el Callejón del Guache; y por esto, sin duda, el pueblo llamaba así a dicha calle.

HUARTE (Don Domingo)

Propietario e industrial fiterano, fallecido en 1963. Fue concejal del Ayuntamiento y fomentó la construcción de las Casas Nuevas. Se le dedicó esta calle en 1971.

IGLESIA

Evidentemente esta calle fue bautizada con tal nombre por conducir y desembocar en el templo parroquial. Data, por lo menos, del siglo XVI, aunque no aparece con tal nombre en las escrituras de la época.

LEJALDE

Don Antonio de Lejalde fue un vecino de Fitero que vivió en la segunda mitad del siglo pasado y que, al morir, dejó dos legados de tipo benéfico, bajo el patronato del Ayuntamiento y del párroco de la iglesia: uno con destino a los maestros, como un sobresueldo, para estimular su labor, y otro a favor de las familias pobres de la localidad. Anteriormente se llamaba esta calle Afueras del Paradero, siendo el Paradero el lugar del Cristo del XVI fue construido a expensas de los esposos Juan Martínez de Azcoitia y María Serrano, quienes, en su testamento de 1558, dejaron en renta 20 ducados, para que, con sus réditos, se hiciesen posteriormente las reparaciones necesarias. Así consta en el Protocolo del escribano Sebastián Navarro, correspondiente a dicho año, f. 54 v. La imagen del Cristo Crucificado fue deteriorándose con el tiempo, por lo que en 1948 fue reemplazada por las actuales imágenes de Cristo en el anverso y de la Virgen en el reverso, esculpidas por don Fausto Palacios.
Paradero procede de parar y éste del latín parare; y humilladero, de humillar, y éste, del latín humiliare.


MAYO (don Federico)


Era el Director General de la Vivienda cuando se construyó la barriada de casas baratas de la cerrera del Olivar, realizada con la cooperación económica de dicho organismo oficial. La flamante barriada fue inaugurada oficialmente el 28 de septiembre de 1953.


MAYOR (Calle)

Evidentemente se puso tal nombre a esta arteria principal del pueblo, por ser entonces –y todavía en la actualidad- la más importante de la villa. Pascual Madoz escribía acerca de ella en 1847 que era “hermosa, larga y ancha”.


NIENCEBAS


Fue una antigua aldea, tal vez, al principio, romana, y en el siglo XI, mora, situada en la Cañada de la Granja, a orillas de la corriente de la Fuente de los Cantares. Fue donada en 1140 por Alfonso VII de Castilla a los monjes cistercienses de la primitiva abadía de Yerga, los cuales se trasladaron a Niencebas en 1141, permaneciendo allí hasta 1152, en que se instalaron definitivamente en Fitero.


OFICINA


Se dio tal nombre a este callejón a causa de la oficina o despacho de aguardientes que tuvo allí, en la segunda mitad del siglo XIX, el propietario don Anastasio Andrés, el cual construyó los edificios de dicho callejón.


OLMILLO


Sin duda, olmillo es un diminutivo de olmo, procedente del latin ulmus; pero no adivinamos por qué se le puso este nombre al paraje árido y abarrancado que lo lleva, pues nos parece absurdo que se le denominase así por la simple existencia de un pequeño olmo en su superficie. ¿No será olmillo una corrupción popular de otro topónimo cuyo auténtico y primitivo nombre ignoramos? Por lo demás, el nombre de la calle se refiere al paraje y data de 1979.


OÑATE

Data esta calle del siglo XVII y se le dio este nombre en honor del alcalde del Crimen, don Juán de Oñate y Barea, acérrimo defensor de la villa frente a las demasías del señorío abacial.


         PALAFOX (Venerable)


Esta calle existía ya en 1634 con el nombre de la Calle del Medio, por estar ubicada entre las calles de San Juan y de la Loba, pero se le cambió, a principios de este siglo, por la actual, en memoria y honor del ilustre personaje fiterano,0 don Juan de Palafox y Mendoza, el cual, según una tradición vivió, durante su infancia, en una vieja casa, derribada hace años, en el lugar donde se alza la número 33 de dicha calle.

PARADOR DE SAN ANTONIO

En el lugar de la Calle Mayor donde hacen su parada los automóviles de línea. Se llama todavía así en recuerdo de la imagen de San Antonio de Padua que presidía la fachada del antiguo Garapito, donde se cobraba, a principios de este siglo, el impuesto municipal sobre las transacciones de vinos. El edificio de planta baja del Garapito ocupaba la plazuela del actual Hostal de San Antonio.

PASEO DE SAN RAIMUNDO

Todavía en la segunda mitad del siglo pasado, la superficie del paseo actual de San Raimundo estaba ocupada por dos plazas: la Plaza de la Orden (se sobreentiende Cisterciense), formada por la parte cubierta hoy de árboles, y la Plaza de Magallón, por el resto descubierto, que servía de mercado público. La Plaza de la Orden databa de la primera década del siglo XVII y en ella se corrían los toros y novillos, antes de construirse, en 1897, la Plaza de Toros actual. Así, pues, no era un paseo público ni tenía árboles, habiéndose plantado los primitivos, que fueron acacias, a principios del siglo actual. Entonces se formó el Paseo de San Raimundo, cuyo topónimo se aplicó a las dos antiguas plazas, suprimiendo sus viejos nombres.

PASEO VIEJO

Es el que está a la orilla derecha del río Alhama, pasado el Matadero Municipal. En realidad no es tan viejo, pues sólo tiene algo más de un siglo, pero se le dio tal nombre al inaugurarse el Paseo de San Raimundo, que era más nuevo. Sus árboles datan de 1843.

PATRONA

Huelga decir que este nombre se refiere a la Patrona de Fitero, la Virgen de la Barda, en cuyo honor se rebautizó así esta calle. Y decimos se rebautizó porque anteriormente se llamó Calle Nueva, pues sólo data de mediados del siglo XIX.

PELAIREA (Don Alberto)

Fue un notable poeta regional que administró el Balneario Nuevo (hoy G. A. Bécquer), durante 31 años consecutivos. No pocas de sus composiciones líricas y teatrales se refieren a Fitero. El Ayuntamiento lo nombró Hijo Adoptivo de Fitero en 1922. Murió en 1939 y se le dedicó la calle actual en 1971.

PEÑAHITERO

Es una referencia popular al popular cabezo, situado a la orilla izquierda del Alhama y al Este de la villa, pero no precisamente al término en el que está enclavado. En el siglo XII se llamaba Peña de Fitero y hoy el pueblo lo llama ordinariamente Pañetero. Su nombre fue impuesto a la calle que lo lleva en 1979.

PÍO XII

El nombre primitivo de esta calle fue Cogotillo Bajo, por oposición al Alto; pero, después de la Guerra Civil de 1936-1939, se le puso el titular de este Pontífice, cuyo nombre civil era Eugenio Pacelli.

PLAZA DE LA VILLA

También se llama vulgarmente Plaza del Ayuntamiento, por estar ubicada al frente de ella la Casa Consistorial, y asimismo Placilla, a causa de su pequeñez. A principios del siglo actual, todavía era más pequeña, pues tenía, a derecha e izquierda, unos angostos soportales con pilares de madera, a casi dos metros de altura del suelo, por lo que se subía a ellos por unas escalerillas. En la izquierda, había una dependencia municipal, llama el Peso público. La Placilla se llenaba a menudo de caballerías, atadas a los postes de madera, y como aquellos soportales acabaron por convertirse en verdaderos estercoleros, un Ayuntamiento tomó el buen acuerdo de derribarlos, con lo que la Placilla quedó ampliada y, sobre todo, higienizada. Fue en 1912.

PLAZA DE LA IGLESIA

Es relativamente moderna, pues a comienzos del siglo XIX todavía estaba instalado en parte de ella –la más cercana al templo- el cementerio de la Villa. Al ser cerrado éste, pocos años después, se formó sobre el solar una pequeña plaza, la cual fue ampliada, al final de la primera década de este siglo, derribándose previamente unos corrales de la parte izquierda, y levantándose la actual Casa Parroquia, en 1913. Entonces e plantaron unos árboles que no tardaron en desaparecer.

PLAZA DE LAS MALVAS

En el primer cuarto de este siglo se llamaba así la Plaza del Frontón Viejo, o más bien anterior –pues no fue el primitivo-, situada frente a la Residencia San Raimundo. A la sazón servía de aparcamiento de los carros de los forasteros que venían a Fitero a comprar mercancías, sobre todo, vino y tejidos. Al ser expulsados los monjes en 1835, se había convertido en un erial, en el que se criaban abundantes malvas y por eso la llamaban así los vecinos. Más tarde, se plantaron en ella algunos olmos, pero duraron poco, y al construirse el Frontón Calatrava en 1927, desaparecieron las malvas y, con ellas, el popular nombre de la plaza.

PLAZA DEL MOLINO

Debe su nombre al molino harinero que tuvieron en ese lugar don Casimiro Francés y sus herederos hasta 1977, en que fue desmontado.

PLAZUELA DE LA PICOTA

Con este nombre se conocía antiguamente la plazuela irregular en la que confluyen la calle de la Iglesia, el Cortijo, la entrada al Paseo de San Raimundo, el Barrio Bajo y la calle de la Victoria. La Picota era una columna de piedra donde se exhibía, en los siglos pasados, a los ajusticiados, o a la que se ataba vivos a determinados delincuentes, exponiéndolos a la vergüenza pública. La de Fitero estuvo en esa plazuela. En ella estuvo también el popular Pozo de la Picota, situado frente a la casa número 2 del Barrio Bajo y desmontado en 1936.

POZO (Calle de)

Data del siglo XVII y debe su nombre a un pozo de agua de servicio público, que funcionaba antaño en la esquina con la calle Garijo. Por cierto que estuvo cegado y olvidado muchos años, hasta que, en 1926, se puso de nuevo en servicio, durando hasta 1936.

SAGASTI (Saturnino)

Fue secretario del Municipio durante medio siglo. Nació y murió en Fitero (1824-1898) y dejó unos notables Apuntes y documentos relativos a la Vila de Fitero, de 1.038 páginas manuscritas. Redactó las Ordenanzas Municipales de 1894 y se le dedicó esta calle en 1979.

SAN ANTÓN

Evidentemente fue a iniciativa de los monjes del monasterio, por lo que se dio este nombre a la vieja y pintoresca calle, perpendicular a la Placilla, en honor del popular patriarca del monacato cristiano, San Antonio Abad, conocido vulgarmente por San Antón.

SAN JUAN

Esta calle existía ya en el primer tercio del siglo XVII y se la bautizó con tal nombre en honor de San Juan Bautista. En ella se expone al público una imagen del Santo, cuando llega su fiesta. Los vecinos engalanan la calle y hacen a San Juan una novena. La noche del 23 de junio, celebran una verbena, no faltando la tradicional hoguera; y festejan el amanecer del 24, con chocolatadas, acompañadas de churros.

TRAVESÍA DE LOS CHARQUILOS

Se llamó así, en el pasado, a la belena o pequeña calle transversal que va desde la calle de San Antón hasta los Charquillos, cortando la de Espoz y Mina.

TUDEJÉN

Fue el nombre –uno de los nombres, pues de conocen hasta 46 variantes- de una antigua fortaleza medieval, enclavada en el monte del Castillo, así como el de una villa situada en los aledaños. La villa quedó despoblada hacia el siglo XIV y el castillo quedó arruinado y abandonado a principios del siglo XVI. El nombre de esta calle data de 1979.

VICTORIA (de la)

El nombre de esta calle data de 1839 y se le puso en conmemoración de la victoria definitiva de los liberales en la primera Guerra Carlista, que añadió a los títulos que ya tenía el general Espartero, los de Duque de la Victoria y Príncipe de Vergara.

VILLA

Esta calle existía ya en el siglo XVII, pero con otro nombre, pues todavía no se había instalado en ella la Casa del Ayuntamiento.

XIMÉNEZ DE RADA (Cardenal Rodrigo)

Famoso Cardenal y Arzobispo de Toledo, notable historiador y gran benefactor del monasterio de Fitero, habiéndose construido a expensas suyas, la mayor parte de su gran templo cisterciense. Nació en Puente la Reina hacia 1170 y murió en el camino de regreso de Lyon, e 1247. Se le dedicó la calle actual en 1971.



CAPÍTULO IV

TOPONIMIA FISIOGRÁFICA

NOMBRES DE LOS TÉRMINOS TERRITORIALES Y PARAJES

ABATORES

Aféresis de Lavatores, plural del sustantivo latino lavator: lavador, lavadores. Así, pues, Abatores debería escribirse, por su origen etimológico, con v (Avatores) y no con b; pero el uso hace ley. El topónimo Los Lavatores aparece ya en documentos del siglo XVI –y seguramente en anteriores-, según consta en un pleito sostenido en 1751 por Corella, a propósito de un regadío en dicho término –“junto a Fitero”-, en el que se invocaban sentencias de 1530 y posteriores, ante la Chancillería de Valladolid. Ahora bien, igno[i]ramos el motivo específico por el que se le dio este nombre, aunque indudablemente estuvo relacionado con el agua.

ARANJUELA

Deformación de La Granjuela o pequeña granja (des sustantivo del bajo latín, granea, lugar para granos). La Granjuela aparece señalada todavía en la Hoja 281 de los planos del Instituto Geográfico y Catastral, con el nombre de Corral de la Granjuela, a la orilla derecha del Alhama, en las inmediaciones de la cota 587; pero ya no quedan de este corral más que algunas ruinas de sus altas tapias. Por tanto, de esta pequeña granja procede el nombre de la Aranjuela.


BATÁN

El nombre de este paraje se debe a la antigua manufactura de paños, instalada en él. Su máquina o batán, movida por agua del río de la Huerta y compuesta de grandes mazos, servía para golpear y enfurtir el paño. Batán procede del verbo batir, y éste del latino batuere, golpear. En el siglo pasado, el Batán fue adquirido por don Casimiro Francés, quien lo convirtió en molino harinero, el cual funcionó todavía hasta el comienzo del tercer tercio del siglo actual.

BLANCARES

Se dio a este término tal nombre, a causa de sus tierras blancas y salitrosas, sólo aptas para el cultivo de cereales, almendros y alguna viña. Blancares procede del adjetivo blanco, a; y éste, a su vez, del germánico blank, brillante, blanco.

BRAZALES

Una de las acepciones de la palabra brazal es la de sangría que se hace en un río o acequia para regar, y éste es cabalmente el sentido de los Brazales de Abatores, que son siete arterias secundarias de la Acequia Alta. Los cuatro primeros brazales pertenecen a Fitero y riegan respectivamente la Tejería Vieja, la Morería, el Corral del Morril y Lombarcáid, y los tres últimos, a Corella; pero la propiedad de la acequia es de Fitero. La palabra brazal se deriva de brazo, y éste del latín bracuium, en plural brachia.

CALLEJUELA DE LOS PLANTADOS

Se dio tal nombre a este paraje por tratarse de un camino estrecho y de pendiente pronunciada, que conduce a los Plantados. Callejuela es un diminutivo despectivo de calle, procedente del latín callis, senda, camino.

CAIDERO

Es sinónimo de caedero y se dio tal nombre a este paraje, porque allí cae el agua de la Acequia Alta, a unos tres metros de altura. Caedero procede de caer y este verbo, a su vez, del latino cadere, caer.

CASCAJOS

Es claro que se dio tal nombre a este término por su naturaleza cascajosa, abundante en guijos o fragmentos de piedra. Este topónimo aparece en documentos del siglo XII, del cartulario de Fitero, en la forma de Caracallo y procede del verbo del latín vulgar quassicare, cascar.

CASCARRALES

Es una corrupción por metátesis de Carrascalares, significando, por consiguiente, terreno poblado, en tiempos pasados, de pequeñas encinas o carrascas. El término de Cascarrales fue el primer regadío de la Fuente de Hospinete y todavía quedan en pie algunos pilares de su antiguo canal conductor.

COMBRERO

Al parecer, es una aféresis de escombrero o lugar donde se arroja escombros y basuras, como sucedía antiguamente, en este paraje. Sin embargo, en las escrituras antiguas se le llama Cumbrero, como si se derivara de cumbre, y en un plano del siglo XVIII, además del Cumbrero secular del paraje actual, aparecen los “Cumbreros del Soto”, los “Cumbreros de Val de Baño” e incluso, entre la orilla izquierda del Alhama y la derecha del comienzo de la acequia de Cascajos, otros “Cumbreros o Arenal”. Esta equivalencia parece indicar que se trata de cumbres o grandes montones de arena (y piedras), en cuyo caso Combrero no sería un derivado aferésico de escombro (del bajo latín scombrus, barrera), sino de cumbre  (del latín culmen, cima, elevación).

CORRAL DEL MORRIL

Evidentemente se refiere a un corral donde encerraba su ganado un vecino, apodado el Tío Morril (el último, Rafael Yanguas). Actualmente ya no queda de él más que las ruinas. Corral viene de corro, y éste, del latín currere, correr.

HOSPINETE

El origen de este topónimo no está del todo claro. Podría proceder de dos palabras vascas: ospin, lugar de acerolillos, o espin, bojeda o arboleda de bojs, pues Hospinete es una corrupción de Espinete, cuyo nombre antiguo era Val de Espinete, significando, en tal caso, valle de bojs. Sin embargo, nos parece más probable que Hospinete proceda de espineta o espinilla, porque antiguamente se criaban allí –y todavía se crían, en los ribazos y barrancos- muchas plantas espinosas, como las aliagas.

HOYA DEL PUENTE

Hoya tiene, entre otros varios, tres significados, que explican satisfactoriamente el origen de este topónimo: 1) llano extenso, rodeado de montañas; 2) vivero o almáciga, es decir, lugar donde se siembran las semillas de las plantas para trasplantarlas más tarde a otros sitios; 3) estercolero. Pues bien, la Hoya del Puente en las tres cosas. Hoya procede del latín fovea, hoyo, foso; y puente, del latín pons, pontis, puente.

HOYO DE LA TEJERAÍA

Significa concavidad, excavación o lugar bajo, donde se hacían antaño tejas y adobes. Todavía se fabricaban allí, a principios de este siglo. Teja viene del latín regula.

HUERTA

En general, se llama huerta al terreno destinado al cultivo de legumbres y de árboles frutales. La huerta es siempre mayor que el huerto, pero no menos árboles y con más verduras, como sucedía antaño en la huerta fiterana, aunque actualmente casi hay tantos árboles como verduras, sobre todo, perales. Huerta y huerto vienen del latín hortus.

LOMBARCAID

Quiere decir toma del Caid. Es una curiosa palabra formada de la composición de una voz española y otra árabe; la española procede del latin lumbus, lomo, sin completar su romanceamiento, y la árabe de caid, que significa jefe y también juez.

MAJARRASAS

Procede del latín vulgar magaliata, derivado del clásico magalia, cabañas, y del cual se formó en español la palabra majada. En efecto, Majarrasas, antes de convertirse en regadío, fue un lugar de majadas o lugares donde se recogen el ganado y los pastores durante la noche. En Fitero se les llama corrientemente corrales y los tres últimos que hubo en Majarrasas fueron el Corral de la Villa, el de don Pedro Nolasco y el del Tío Minas (Francisco Hernández), apodado así porque, al empezar a regarse dicho término, exclamó: “Esto es una mina”.

COSTERAS

Quiere decir terreno en cuesta o pendiente. En el siglo XIV, costera significaba también monte, y las Costeras son las dos cosas a la vez. Costera se deriva de costa y ésta del latín costa, costilla, lado.

CRUZAÑAS

Significan paraje donde se cruzan dos o más caminos; es decir, crucero, encrucijada. En las Cruzañas se cruzan tres caminos: el de Peñahitero, el del Olivar y el de la Huerta. Cruzaña procede del verbo cruzar, y ést del sustantivo latino crux, crucis, cruz.

DEHESA

Quiere decir terreno generalmente acotado y destinado a pastos. Y así fueron antiguamente todas las dehesas fiteranas. Dehesa viene del latín defensa. 

DEHESILLAS

Diminutivo de dehesa, es decir, dehesas pequeñas.

ESPINOSA

Significa campo de espinos: blancos, negros, amarillos, cervales, etc. En la Espinosa predominaron antiguamente las aulagas. Espinosa procede de espino y ésta del latín spina.

FUSTAL

Se deriva de fusta (del bajo latín fusta), que significa leña delgada y también matas y ramaje tierno que sirve de pasto; y es lo que abundaba antiguamente en el Fustal.

HELERAS

Las Heleras eran unas pequeñas zanjas de aparejo, que ocupaban alrededor de dos robadas de terreno y cuyo objeto era la obtención de hielo, en las noches más frías del invierno, llenándolas previamente de agua. Este hielo lo guardaban los monjes del monasterio en la Nevera de San Valentín, donde almacenaban asimismo nieve.
Helera y hielo proceden del latín gelu. En los planos del Instituto Geográfico y Catastral, heleras aparece escrito Eleras (sin h). Por lo visto, lo tomaron de alguna escritura antigua.

HORTALES

Es plural de hortal, que en Navarra y Aragón, significa huerto de secano. Con todo, los Hortales fiteranos ya no lo son desde que comenzaron a regarse, aunque no mucho, con aguas del río Añamaza. Hortal viene del latín hortualis, relativo al huerto. En el Cartulario de Fitero, los Hortales aparecen ya en un documento de 1179[ii].

MAYOR

Mayor es gramaticalmente comparativo de grande, que es el epíteto que aplica, a veces, el vecindario al río Alhama, llamándolo el Río Grande. Pues bien, la mayor anchura de su cauce fiterano se encuentra precisamente en el término de La Mayor. ¿Fue por este motivo por el que se le puso tal topónimo? Es probable. Mayor viene del latín maior.

MEJORADA

Desde luego, al llamar a este paraje La Mejorada, se sobreentendía tierra mejorada; y es lo que ocurrió cabalmente al convertirla en regadío, cuando se termino de construir la Acequia Alta de Cascajos. Mejorada procede de meliorata, participio femenino del verbo latino meliorare, mejorar.

MINA

Este paraje no fue nunca un yacimiento de minerales, sino que debe su nombre a un túnel o mina que tenía debajo un altozano, por donde entraba el agua del Alhama, que viene de la presa de la Callejuela de los Plantados, para formar el Río Chico o río de la Huerta. A unos 12 metros de la salida de este túnel, había un depósito de piedra negra, llamado el Sobrador, el cual recogía parte de las aguas, cuando había crecida, para éstas no desbordasen el cauce del Río Chico. El túnel desapareció a mediados del siglo pasado, y el Sobrador hace pocos años. Por cierto que el mismo paraje de la Mina perdió las dos terceras partes de su área arrebatadas por una crecida del río Alhama, ocurrida el 20 de junio de 1957. Mina procede del latín mina.

MORERÍA

Significa lugar de moros y, en efecto, hay indicios seguros de que, en la Edad Media, hubo en ella un poblado moro, a juzgar por los cimientos de habitaciones, restos de utensilios y hasta enterramientos, descubiertos cerca de la Estanca. Moro procede del latín, maurus, mauritano.

MOTA

Mota significa, entre otras cosas, eminencia pequeña y aislada en un llano, como es este paraje y por eso se le dio tal nombre. Procede del francés motte.

MURALLA

En el término que con los nombres de Murel, Murelo y Murello sale a relucir en 26 documentos del cartulario de Fitero, entre 1154 y 1179. En ellos se habla del aqua de murello, de la fouea de Murel y del término de Murel; es decir, que allí había una hoya o foso con agua, o sea, un depósito amurallado de agua del que aún quedan trozos de muros. Muralla proviene del plural neutro latino del adjetivo muralis: muralia.

NAVA

Significa terreno elevado y llano, situado generalmente entre montañas. Procede del vasco nava, tierra llana. Aparece ya en el Cartulario de Fitero, en un documento de 1147.

NAVILLAS

Navilla es diminutivo de nava y las Navillas –topónimo desconocido por casi todos los fiteranos- se encuentran detrás de la Atalaya  de Cascajos, en las inmediaciones del camino de Sancho Barón. Los vecinos las conocen por el nombre de Los Llanos; pero en los planos del Instituto Geográfico y Catastral, figuran con el de Navillas. Su altura máxima es la cota 651.

OLIVAR

Su significado es obvio: campo plantado de olivos. Olivo y oliva proceden respectivamente de las palabras latinas olivum y oliva.

OLIVARETA

Diminutivo de oliva: finca pequeña de olivos.

OLMILLO

Véase en la topografía demográfica.

ORMIÑÉN

Su origen no está claro. Podría proceder de ormino o gallocresta, que es el nombre vulgar de la Salvia Verbenaca, perteneciente a la familia de la labiadas. Tiene las hojas parecidas a la cresta de gallo y se cría silvestre en las montañas. En tal caso, Ormiñén significaría campo de orminos. Pero tampoco podría ser una aféresis de Hormiñén o Formiñén (del latín formica, hormiga), en cuyo caso significaría lugar donde abundan los hormigueros.

PAGUILLO

Diminutivo de pago, que quiere decir distrito determinado de tierras o heredades, especialmente de viñas y olivares. Procede del latín pagus, pero no en el sentido de aldea, como pagano, sino en el de cantón o distrito, que es el que tenía entre los galos y los germanos. El Paguillo quedó amputado, en gran parte, por una crecida del Alhama, ocurrida el 23 de septiembre de 1956.

PEÑAHITERO

Véase en la Toponimia demográfica.

PIEZA DE LA ORDEN

Se sobreentiende de la Orden del Císter, o sea, finca del antiguo monasterio cisterciense de Fitero. Para comprender exactamente su sentido, hay que tener en cuenta que, en Navarra, pieza territorial es sinónimo de heredad o tierra de regadío, destinada ordinariamente al cultivo de hortalizas, tubérulos, legumbres, etc., que es a lo que tenían destinada la Pieza de la Orden los monjes del antiguo monasterio.
Pieza proviene del bajo latin petia, y Orden, del latín clásico ordo, acusativo ordinem.

PLANTADILLOS

Diminutivo de Plantados, significando, por tanto, pequeños terrenos plantados o terrenos plantados de plantas pequeñas. En Fitero se cultivan en ellos hortalizas y árboles frutales.

PLANTADOS

Plantado quiere decir, en agricultura, terreno poblado de plantas y procede del participio pasivo latino del verbo plantare. En Aragón se emplea como sinónimo de viña joven. En Fitero se crían en ellos árboles frutales y algunas hortalizas. Antiguamente se llamaba a este término Obejuela.

PLANTÍO

Este topónimo tiene tres sentidos análogos: 1) tierra plantada o que se puede plantar; 2) lugar plantado recientemente de vegetales; 3) el conjunto de éstos. Actualmente se crían en el Plantío viñas, cereales y espárragos.

PORRETON

Significa campo en el que se cultivan de preferencia ajos, cebollas y puerros, cuyas hojas verdes se llaman porreta, y, en efecto, en el Porretón se crían esa clase de hortalizas, y también árboles frutales; aunque antiguamente estuvo plantado de olivos. Porretón viene de porreta; y puerro, del latín porras.

PRADO

Su significado primordial es el de terreno en que se deja crecer la hierba para pasto del ganado. Prado procede del latín pratum y con el topónimo de Prato aparece ya en documentos del Cartulario de Fitero, a partir de 1156.

REDONDA

Evidentemente a este paraje se le dio tal topónimo por su superficie circular, según aparece curiosamente dibujada en un tosco plano del siglo XVIII, atravesándola una acequia del río Añamaza. Redonda proviene de la forma femenina singular del adjetivo latino rotundus, a, um.

ROSCAS

Análogamente a este término se llamo Roscas por la montaña del mismo nombre en cuya cima sobresalen grandes rodetes rocosos superpuestos.

ROSQUILLAS

Diminutivo de Roscas.

SACRISTANÍA

Con toda probabilidad se dio este nombre a los parajes de la Sacristanía Alta y Baja, por ser tierras reservadas al mantenimiento de la Sacristía del Monasterio y de los sacristanes. Sacristanía viene de sacristán y éste del latín eclesiástico sacrista.

SALMUERA

Quiere decir literalmente agua cargada de sal y se dio modernamente tal nombre a este paraje, por ser un terreno salobre, pues tiene incluso un pozo de agua salitrada. En la Edad Media, se llamaba, con más propiedad, el Salobral, apareciendo ya en documentos de la segunda mitad del siglo XII con los topónimos de Salobrau y Salobrar[iii]. Salmuera proviene del castellano sal y del latín muria, salmuera, resultando, por lo mismo, un topónimo tautológico (sal salmuera).

SANCHO BARÓN

Es muy probable que este topónimo tenga su origen en el nombre de algún antiguo propietario importante de este término, del que no tenemos noticia. Sancho procede del latín Sanctius, de familia santa, y Barón del latín Baro, hombre fuerte.

SANTA LUCÍA

Se dio este nombre a tal término en honor de la famosa mártir de Siracusa, cuya cofradía era una de las más antiguas de Fitero y cuya imagen tenía una hornacina, al final del callejón que conduce a sus huertos. Lucía procede del latín lux, luz, y significa nacida al romper el día.

SAN VALENTÍN

El paraje de San Valentín aparece ya registrado en un documento de enero de 1153 y comprendía, poco más o menos, el terreno llano de la margen derecha del Alhama que se extiende entre la falda occidental del castillo y la oriental de la Peña del Saco. San Valentín fue el titular de la iglesia parroquial de Tudején, erigida después de la Reconquista, y debió estar en las inmediaciones de la Nevera de los Monjes. Todavía estaba en pie en la segunda mitad del siglo XVI, según se deduce de unas donaciones testamentarias de 1558 y 1582. Valentín quiere decir hijo de Valente, del latín Valens, que significa gallardo, fuerte.

SOLOSOTO

Este topónimo es equívoco, pues no está compuesto, como parece a primera vista de las palabras solo y soto, sino que es una corrupción de So el Soto, es decir, debajo del Soto, pues Solosoto es el término que está a continuación del Soto, en el sentido de la corriente del río Alhama, o sea, de arriba abajo, en la dirección Oeste-Este.

Con el nombre de So el Soto aparece, efectivamente, en el citado plano del siglo XVIII. En cambio, en la escritura censal de la Huerta de 1584, se le denomina Suelo el Soto. Esta extraña denominación tiene una explicación filológica, pues se formó siguiendo el romanceamiento regular del substantivo latino solum, cuya o es breve y significa suelo, en oposición a la del adjetivo solus, cuya o es larga y significa solo. Análogamente por ser breve la o de sub se romanceó como so, equivalente a debajo de.

SOTILLO

Diminutivo de soto, es decir, pequeño soto.

SOTO

En la ribera tudelana se llaman sotos las parcelas o campos de cultivo enclavados en lo que fue, en tiempos pasados, Solosoto y también a la parte de campo o de huerta más cercana a los sotos, que, en los siglos XIX y XX, se repartieron entre los vecinos o fueron vendidos. El Soto de Fitero es del segundo tipo y fue vendido, después de la expulsión de los frailes, al vecino de Madrid, don Rafael Javat, en diciembre de 1844. En el siglo XVIII había todavía en el Soto un gran Tamarigal o tarayal, que ya figuraba en el XVI, como paraje de la Ovejuela, Tamarigal o talayal quiere decir bosque de tamarices. Tamariz procede del latín tamarice, y soto del latín saltus, que significa, entre otras cosas, hacienda de muchos pastos.

TABLAS DE EZPELETA

Es el nombre antiguo –anterior al siglo XVI- del término actual de la Huerat. También se le llamaba Huerta Baja y según la escritura censal de 1584, comprendía, a la sazón, 61 piezas o pedazos. La frase tabla de tierra tiene cinco significados: 1) faja de terreno, especialmente de labrantío, comprendida entre dos filas de árboles; 2) cuadro o plantel de tierra en el que se siembran verduras; 3) bancal o parte de tierra, dividida en gradas o escalones; 4) parcela de terreno comunal; 5) pieza de alfalfa en regadío. Pues bien, las Tablas eran, por lo menos, de los tipos 2, 3 y 5. Tabla procede del latín tabula, y Ezpeleta debió ser el apellido de algún propietario medieval.

TEJERÍA VIEJA

Su sentido es obvio: se trata de un paraje donde hubo antiguamente tejar en el que se fabricaban tejas, adobes y ladrillos. Hoy se crían en él espárragos, cereales y olivos.

TERRERO

Procede del latín terrarium y debe su nombre este paraje a estar formado por tierras acumuladas sobre él, por la acción erosiva de las aguas, que descienden de la Atalaya de Cascajos, cuando llueve copiosamente. Durante el siglo pasado y todavía durante el primer cuarto del actual, se llamaba especialmente terreros a unos grandes depósitos terrosos de agua pluviales que utilizaban las vecinas para guisar. Hubo dos terreros excavados hacía el N. O. del pueblo, junto al camino de Grávalos: el Terrero Viejo, arruinado ya en la segunda mitad del siglo XIX, y el Terrero Nuevo, situado algo más abajo.

TOLCO

Es una deformación de Torco, que en la Rioja, Álava y Santander, significa charco grande, bache o aguacha, que es lo que se forma, en efecto, en este paraje, cuando llueve bastante.

TORRALBA

Es una deformación de Terralba, procedente de las palabras latinas terra-alba, que quieren decir tierra blanca. Este término aparece ya en documentos del siglo XII –nada menos que en trece- y en los más antiguos, se lee Terraalba.

TRIPALIGERA

Este extravagante topónimo debió ser el apodo de algún viejo propietario de este paraje o del gran corral que existe todavía en él.

VALDEBAÑO

Quiere decir val o albar situado junto al Baño. En el citado plano del siglo XVIII, aparece escrito cinco veces así: Val de Baño, con la indicación de huerta, que es lo que sigue siendo todavía, aunque también hay pinos. Está situado junto a la margen izquierda del Río Alhama, atravesándolo la Acequia de los Cascajos. Val y baño proceden respectivamente de las palabras latinas vallis y balenum.

VALDECALERA

Significa val o albar de terreno calizo y yesoso, y lo atraviesa un barranco del mismo nombre. Está a la izquierda del Alhama y hoy se crían en él cereales y pinos. Calera se deriva de cal y éste, del latín calx.

VALDEGURRIONA

Quiere decir val o albar en el que se guarecen bandadas de gorriones.

VALDERRIBERA

Equivale a valle o albar de la Ribera; es decir, de la ribera derecha de Alhama, y en él se cultivan viñas y cereales. Ribera procede del latín ripa, orilla, ribera.

VALDERROMERAL

El mismo nombre indica que, en tiempos pasados, fue un terreno poblado de romeros. Hoy se sigue recogiendo en él leña, pero además se siembran bastantes cereales. Romero viene del latín rosmarinus o ros maris, rocío del mar.

VALDEZA

Es muy probable que Valdeza sea una deformación popular de Valdehesa, refiriéndose a la Dehesa de Valdeguarro, como se llamaba todavía en el primer cuarto del siglo pasado, al gran arco de dehesas que forman, antes de su confluencia, las carreteras de Hospinete y de Madrid.

VARONDILLO

Es una deformación de Valhondillo; es decir, albar hondo y pequeño.

VEGA

Significa tierra baja y fértil, y procede probablemente de la voz ibérica baika, terreno regable.

VINAGRE

Literalmente quiere decir vino agrio, de las palabras latinas vinum-acre, y se le dio este nombre a tal paraje, a causa de la baja calidad de los vinos, de sus viñas, que son los de menor graduación de Fitero.

VIÑAS DE EN MEDIO

Sin duda se les dio tal nombre, por estar situadas entre campos de hortalizas o entre olivos. Viña procede del latín vinea.

YESALES

Su origen y significado es obvio: canteras y fábricas de yeso; y las dos cosas están relacionadas con este paraje. Yeso procede del griego gypsos, a través del latín gypsum.


SEGUNDA PARTE

GAZAPOS Y GAZAPILLOS ACERCA DE FITERO

         Al registrar libros nacionales y extranjeros, para rastrear noticias o juicios acerca de nuestro pueblo, nos hemos encontrado, de vez en cuando, con algunos errores y disparates, que vamos a traer a colación y a comentar, con un poco de buen humor. Desde luego, prescindimos del tono humorístico, cuando se trata de escritores contemporáneos, los cuales merecen todos nuestros respetos. En estos casos, nos limitamos sencillamente a rectificar sus equivocaciones; y si se trata de autores navarros que viven todavía, preferimos guardar un silencio discreto sobre sus nombres y sobre sus obras, para no herir la susceptibilidad de ninguno. Por lo demás, a veces, no se trata realmente de errores, sino de erratas.

         I.- En el Dictionnaire des Dictionnaires, dirigido por Mr. Paul Guérin (Paris, Motteroz, 1886), el Dr. Dicquemare dedicó un pequeño artículo a Fitero y en él aparece el Río Alhama como un afluente, por la derecha, del Río Elba (t. IV, p. 136).

         ¡Caracoles! Se ve que el buen Doctor no andaba tan fuerte en Geografía como en Medicina, pues el Río Elba no es español, sino alemán, y pasa a más de mil kilómetros de nuestra Villa. Sin duda, el Dr. Dicquemare –o probablemente el impresor de la obra- confundió el río Elbe (Elba) con el Èbre (Ebro), cuyos nombres se parecen en francés.

         II.- En la gran Enciclopedia Italiana de Giovanni Treccani (Roma, 1949), el Rector de la Universidad de Turín, Silvio Pivano, dedicó un artículo a la “Ordine di Calatrava”, anotando que la fundó el “Abate Raimondo, della badía cisterciense di Fideiro” (t. VIII, p. 321).

         ¡Santa Madonna! Se ve que el “onorabile Rettore di Torino” creó que nuestro pueblo estaba en Galicia y lo llamó Fideiro, a semejanza de Ribeiro, Ferreiro, pandeiro y botafumeiro.

         III.- El P. Anselme Dimier, en su libro L´Art Cisterciens hors de France (Abbaye Sainte-Marie de la Pierre-qui-vire, 1971) asegura que los monjes cistercienses de la Scala-Dei fundaron la Abadía primitivas de Fitero (entiéndase la de Yerga) en 1140 (p. 19) y en su libro, L´Art Cistercien-France (2ª edición, 1974) dice que fue en 1141 (p. 75).

         ¿En qué quedamos? Dede luego, consta documentalmente que ya estaban en Yerga en el otoño de 1140. Pero ¿desde cuándo? Por lo menos, desde el año anterior.

         IV.- Don Vicente de la Fuente, en la continuación de la España Sagrada del P. Enrique Flórez (Madrid, José Rodríguez, 1866), dice que en la era 1178 (año 1140), el Emperador D. Alonso y su mujer hicieron donaciones de un cortijo o granja (villula), llamada Nienzabas, en el monte Yerga, a don Durando y sus socios, procedentes del Monasterio de la Scala-Dei” (t. 50, p. 190).

         Se ve que don Vicente no anduvo jamás por aquellos lugares, pues Niencebas no está ni estuvo nunca en Yerga, sino a tres kilómetros y medio del extremo S. E. de esta montaña.

         V.- La Enciclopedia de la Religión Católica, dirigida por R. D. Ferreres (Barcelona, Dalmau y Jover, 1954) asegura, en el artículo dedicado a San Raimundo, que “su nombre era el de Raimundo Sena” (t. VI, p. 457).

         Solo faltaba este descubrimiento para embrollar más la vieja disputa acerca del lugar en que nació San Raimundo, pues, a juzgar por este apellido locativo, debió ser oriundo de alguna Sena. ¿Pero de cuál? ¿De la región francesa de la Seine o de la ciudad italiana de Siena?, pues ambas, en castellano, se llaman Sena.

         Por lo demás, no sería difícil que este lapsus sea debido al linotipista de la edición, el cual confundió la rr con la n y escribió Sena, en vez de Serra.

         VI.- En sus Études sur le monachisme en Espagne et au Portugal del cisterciense Dom Maur Cocheril (Lisboa, Bertrand, 1966), hemos sorprendido tres gazapillos.
        
         El primero es la aseveración de que “Alfonso VII de Castilla dio al abad Don Durand, jefe del Monasterio francés de la Escale-Dieu, el lugar llamado Yerga” (c. I, p. 147 y c. V, p. 339).
        
         Es el primer autor que asegura que don Durand fue superior de dicho monasterio; y desde luego, nos parece inverosímil que, siendo así, abandonase aquella abadía, recién abierta, para ir al extranjero a fundar otra. Por lo demás, Cocheril no aduce ninguna prueba de su aserto.
        
         El segundo gazapillo consiste en afirmar que Alfonso VIII era hijo de Alfonso VII (c. II, p. 174).
        
         No es cierto, sino de Sancho III, Alfonso VII el Emperador sólo fue su abuelo.

         Por fin, el tercer gazapillo es la aserción de que el Rey Don Sancho III “redactó en Almanza, en enero de 1158, el acta de donación de Calatrava a San Raimundo (c. V, p. 349).
         No fue en Almanza (así llaman los franceses a Almansa), sino en Almazán, que no es igual. El error es explicable, porque Almazán no dice nada a los franceses cultos, pero sí, en cambio, Almansa, a causa de la famosa victoria que obtuvo allí el Duque de Berwick contra los imperiales, en 1707, durante la Guerra de Sucesión de España. Por lo demás, bien podría tratarse también de una errata de imprenta.

         VII.- En la Enciclopedia Universal Ilustrada Europea-Americana de la Editorial España-Calpe (Madrid, 1924 y siguientes) nos tropezamos nada menos que con tres gazapillos y tres gazapos.
         El primer gazapillo es asegurar que la posición del Castillo y de la Villa de Tudején se la disputaron en otro tiempo, los Reyes de Navarra y de Castilla (t. 23, p. 1.608).
         No, señor redactor o impresor: lo que se disputaron no fue su posición, sino su posesión, que no es lo mismo.
         El segundo gazapillo consiste en afirmar que la fiesta de San Raimundo de Fitero se celebra el 30 de abril (t. 49, p. 404), lo que no es cierto, sino el 15 de marzo. Como se ve, el articulista la retrasó mes y medio. Sin duda, ignoraba el dicho popular fiterano: Mientras el mundo sea mundo, el 15 de marzo, San Raimundo.
         (Por cierto que, en el mismo error, incurre la Grande Enciclopedia Portuguesa é Brasileira, vol. XXIV, p. 279, tomado seguramente del Espasa.)
         El tercer gazapillo es la aseveración, en el artículo referente a D. Juan de Palafox y Mendoza, de que, al nacer, fue recogido y adoptado a continuación, por un Guarda Mayor de la jurisdicción de los Baños de fitero y vasallo y criado de los Marqueses de Ariza (pp. 4-5), llamado Pedro Navarro.
         No está comprobado que Pedro Navarro fuese, a la sazón, Guarda Mayor de la jurisdicción de los Baños de Fitero, sino solamente bañero de los mismos. En cuanto a la especie de que fuese, a la vez, vasallo y criado de los Marqueses de Ariza, es un cuento sin ningún fundamento. De los únicos que era vasallo y criado era de los monjes del Monasterio, que eran los propietarios de los Baños y los dueños de todo el territorio de Fitero. Los Marqueses de Ariza no tenían ninguna posesión en Fitero y vivían de ordinario en Madrid y en Zaragoza; y algunas temporadas, en Ariza.
         En cuanto a los gazapos, el primero es consignar que, hacia 1920, había en Fitero, además de los Balnearios y del caserío del pueblo, 107 otros edificios diseminados (t. 23, p. 1608).
         ¡Caramba! ¿Dónde estaba? Porque, a la sazón, vivíamos todavía en Fitero, y ni contando la Cueva de la Mora, la Cueva del Pirrio y el cobertizo de la rueda del Raña, llegaban a la mitad. Por lo visto, el articulista tomó como edificios los simples albergues diseminados por los campos. Es como si hubiera contado como palacios las casillas de las eras de los Cogotillos.
         El segundo gazapo consiste en atribuir a Itero de la Vega, en la provincia de Palencia, la historia de nuestro Monasterio, de San Raimundo y de la Orden Militar de Calatrava (t. 28, Segunda Parte, p. 2.268), después de habérsela atribuido anteriormente, y con toda razón, a Fitero de Navarra. Es decir, un verdadero milagro de bilocación geográfica e histórica. ¡Vaya descuido y confusión!
         El tercer gazapo es muy chusco. Consiste en insertar, en el artículo dedicado a San Raimundo de Fitero, la fotografía de una escultura del mismo debida al artista Miguel de la Cruz (t. 49, p. 405).
         No tenemos que oponer ningún reparo a esta obra de arte, desde el punto de vista, estrictamente escultóricos; pero sí, en cambio, a la actitud en que aparece el Santo, pasando entre sus manos las cuentas de un rosario. ¡Formidable anacronismo!, pues resulta que San Raimundo jamás rezó el rosario. ¡Cómo! Por la sencilla razón de que nuestro Santo murió unos años antes de que naciera Santo Domingo de Guzmán, quien fue el que introdujo y propagó en España la devoción del Rosario.

         VIIII.- En un prólogo a las Rimas, Leyendas y Narraciones de Gustavo Adolfo Bécquer, publicadas en México por la Editorial Porrúa en 1968 (IV edición, nº 17 de la Colección “Sepan cuantos…”), Doña J. de O. escribe lo siguiente:
         “Tiene su origen la leyenda (El Miserere) en el bellísimo monasterio románico de Fitero, pueblecillo en el que también hay un balneario al que alguna vez acudió Bécquer para tratar de mejor sus dolencias” (p. XXIX).
         Sentimos mucho tener que rectificar a la culta profesora, tanto más cuanto que es muy probable que visitase alguna vez nuestro pueblo, cuando en la época de la II República Española, ejercía su profesión en Pamplona, pero no es cierto que el monasterio cisterciense de Fitero sea precisamente románico, sino de transición románico-gótica, como ya hemos anotado. Por lo demás, muchas gracias por el calificativo de bellísimo, adjudicado a nuestro templo.
         Por lo que se refiere a la afirmación, un poco despectiva, de que Fitero sea simplemente un pueblecillo, no nos hace ninguna gracia, porque no es rigurosamente exacta, a menos que se lo compare con la capital de México, con Tokio o con Nueva York. En tal caso, lo son asimismo Pamplona, Madrid y Barcelona. Todo es relativo en este mundo. Pero con relación a los demás pueblos de Navarra, estimamos que la Sra. J. de O. minimiza a nuestra Villa, sin ninguna razón. Desde finales del siglo XVIII, Fitero tuvo siempre más de 2.400 habitantes y no menos de 500 casas (aunque en el momento en que redactamos estas líneas, tenga un centenar menos de habitantes, pero, en cambio, tres centenares más de casas habitadas), llegando en 1900 a 3.469 habitantes y a 742 casas. ¿Y a una aglomeración demográfica de esta clase llama la Sra. J. de O. un pueblecillo? Pues entonces ¿qué apelativos reserva para designar a la mayoría de los pueblos de Navarra, que tienen menos población y mensos caserío que Fitero? ¿Aldeas? ¿Villorrios? ¿Lugarejos?[1]
         En fin, exagerando siempre un poco, la señora J. de O. escribe, en el mismo prólogo, que Fitero “era uno de los lugares preferidos de Bécquer” (p. XXXI).
         Preferido “en qué sentido” Como punto de referencia literario, tal vez, puesto que le inspiró dos leyendas: La Cueva de la Mora y el Miserere; y una narración: La Fe salva. Pero no como lugar de residencia o de visita. ¡Si solo estuvo en Fitero, como bañista, una o dos veces!

         IX.- El Grand Dictionnaire Universel du XIXè siècle de Pierre Larousse (Paris, 1866-1876), al ocuparse de San Raimundo, en el artículo Calatrava, lo llama don Raymond de Borever.
         Oh, là, là! ¿De dónde sacaría el articulista francés este apellido? ¿De alguna novela medieval de caballerías? Menos mal que no se le ocurrió hacerlo Bereber…


X.- Don José María Iribarren, en su Retablo de curiosidades, al anotar las trabucaciones desopilantes del popular barman de mi juventud fiterana, el Cuadrao, la llama Casto el Cuadrao.
         No sabemos si el chispeante escritor tudelado quiso incurrir, a su vez, en otra trabucación, toda vez que el Cuadrao no era casto ni de nombre ni de hechos, pues estaba casado y tenía dos hijos (varón y hembra). Se llamaba Jenaro Falces.

         XI.- El P. Juan de Mariana, en su clásica Historia General de España (Edición de Gaspar y Roig, Madrid, 1849), refiriéndose a la resolución adoptada por San Raimundo y Diego Velázquez de tomar a su cargo la defensa de Calatrava, escribe:
         “…solo dos monges del Cistel… se atrevieron a esta empresa: estos eran Fray Raimundo, abad de Fitero, junto al río Pisuerga (yerran los que atribuyen esta loa a otro monasterio de Fitero, que está en Navarra, cerca de Tudela, pues consta que no estaba edificado en este tiempo) y al compañero que traía, llamado Fray Diego Velázquez” (t. I, libro XI, c. VI, p. 525)

         El que yerra completamente es el P. Mariana; y como no es cosa de perder el tiempo en refutar tan craso error, nos limitamos a copiar la nota rectificativa, que aparece en segundo lugar, al pie de la misma página citada:

         “Muy al contrario, Moret ha demostrado con toda evidencia que San Raimundo, fundador del Orden Militar de Calatrava, fue abad del famoso monasterio de Fitero de Navarra, y no del de Castilla.”

         XII.- El Diccionario Enciclopédico U.T.E.H.A. (México, 1953), en el artículo que dedica a nuestra villa, dice que “comprende, además de la capital, cuatro entidades de población…” (t. V, p. 93).

         ¡Zambomba! ¿Cuáles son?

         Se ve que el redactor de este artículo leyó apresuradamente e interpretó todavía con más ligereza, los datos que suministra sobre Fitero la Enciclopedia de España-Calpe, y sin pararse en barras, elevó a nuestro pueblo a la categoría de capital y de cabeza de cuatro poblados más. ¡Así se escribe la Historia! O, mejor dicho, en este caso, la Geografía…

         XIII.- El historiador mexicano, don Genaro García (1867-1920), en su notable biografía de Don Juan de Palafox y Mendoza (México, Viuda de Bouret, 1918), llama a Fitero “población de Navarra, situada al Norte y a corta distancia de Ariza” (p. 14).

         No sabemos si don Genaro estuvo alguna vez en España, pero es casi seguro que no estuvo ni en Ariza ni en Fitero.

         Por de pronto, la frase transcrita, ateniéndonos estrictamente a su redacción, quiere decir, que Fitero se encuentra al Norte de Ariza; lo cual es tan cierto y tan vago como decir que está al Norte de Servilla o de Teruel. Probablemente quiso decir el autor que Fitero se halla al Norte de España, lo cual es más exacto, pero no sé expresó con la debida claridad.

         En segundo lugar, la otra afirmación de que Fitero está a corta distancia de Ariza, tampoco es admisible, pues nuestro pueblo dista de Ariza unos 90 kilómetros, en línea recta, y por tren o carretera, más de cien. Naturalmente, como todo es relativo en este mundo, hoy día, para un avión supersónico, cien kilómetros sólo representan un recorrido de unos minutos, pero para un automóvil y un tren expreso, representan ya alrededor de una hora, y para un peatón corriente, por lo menos dos jornadas.

         XIV.-En el Catálogo documental de la ciudad de Corella (Pamplona, Aramburu, 1964), don Florencio Idoate inserta un curioso Plano de Fitero, con su monasterio, baños y términos, levantado en el siglo XVII (p. 469, lamina XXII). Por supuesto, se trata de un plano rudimentario, hecho a ojo, sin escalas, coordenadas, curvas de nivel ni orientación, pues en aquel tiempo, ni la Geodesia ni la Topografía estaban desarrolladas como ahora. Pero lo más curioso del mismo es la desorientación completa de su anónimo autor, pues los cuatro puntos cardinales se encuentran invertidos; es decir, el Norte de nuestro término municipal aparece en la parte inferior del plano, el Sur en la superior, el Este a la izquierda y el Oeste a la derecha. Por lo mismo, la primera vez que examinamos este viejo plano, los que quedamos un momento desorientados fuimos también nosotros.

         XV.- En el Diccionario de Historia de España, de la Revista de Occidente, al referirse a nuestro paisano Palafox y Mendoza, en el artículo correspondiente, se asienta que, a su regreso de México, “se le destinó al Obispado de Osuna, en el que murió.” (Madrid, t. II, p. 755). Firma el artículo A. P.

         ¿De dónde sacaría el señor A. P. semejante disparate?

         En primer lugar, jamás, a través de los siglos, fue sede episcopal la villa de Osuna; de manera que, en modo alguno, pudo ser nombrado Palafox obispo de la misma.

         En segundo término, es bien sabido que Palafox no murió en Osuna, sino en Osma, que está a unos 500 kilómetros de distancia, en línea recta, de la vida sevillana. El error, por consiguiente, es de largo alcance…
        
         Bien pudiera ser que el culpable del mismo no fuera precisamente el señor A. P., sino el linotipista ce la edición, el cual leyó Osuna en vez de Osma. Pero si estas erratas son completamente disculpables en libro de poca importancia y de poca difusión, impresos por editoriales oscuras, no así tratándose de una empresa editorial y cultural del prestigio nacional e internacional de la Revista de Occidente.

         Por cierto que el mismo Diccionario no decida ningún artículo especial a San Raimundo de Fitero, contentándose con mencionarlo en el que consagra a Calatrava. ES decir, que la defensa de Calatrava y la fundación de la Orden Militar del mismo nombre son hechos históricos, mas, por lo visto, San Raimundo no es un personaje histórico… ¡Viva la lógica[1]!

         XVI.- Análoga omisión –y ésta, total y más imperdonable- hace el P. B. Ll., en su obra Nueva visión de la Historia del Cristianismo (Barcelona, Editorial Labor, 1956). En el tomo II dedica un capítulo, como no podía menos, a las Ordenes Militares y habla naturalmente de la Orden de Calatrava, pero sin nombrar para nada a su fundador. Y todavía hace más, pues en el Vocabulario –denominación a todas luces inadecuada- o pequeña lista alfabética de noticias biográficas que inserta al final de su libro, habla de todos los Raimundos eclesiásticos habidos y por haber: del beato Raimundo Lulio, de Raimundo Marti, de San Raimundo de Peñafort, de Raimundo de Puy, de Raimundo de Sabunde, de Raimundo de Toldo y de Raimundo de Vineis, de Capua; pero omite a San Raimundo de Fitero, que es, por lo menos, tan importante como casi todos los citados. ¿Por qué? Misterio.

         Menos mal que el P. B. Ll. se acordó de Palafox y Mendoza. ¡Ah!, pero para dedicarle unas cortas líneas insidiosas y malévolas…

         Verdaderamente es una “nueva visión de la Historia del Cristianismo”, pero deformada.

         XVII.- El Diccionario Enciclopédico Hispano-Americano (Barcelona, 1941), refiriéndose al clima de Fitero, asegura que es caliente, añadiendo que la temperatura media de la temporada de verano oscila entre 20 y 21 grados centígrados (t. IX, p. 441).

         Se ve que el autor de este artículo no estuvo nunca en Fitero, y si estuvo alguna vez, sería de pasada y en los meses de mayo o de septiembre. Del o contrario, se hubiera convencido de que nuestro clima no es precisamente caliente, sino templado, aunque se destemple más de una vez… En cuanto a la afirmación de que la temperatura media en verano oscila solamente entre los 20 y 21 grados de la escala Celsius, es una buena noticia; pero, ¡lástima que no sea verdad tanta belleza!

         XVIII.- Un investigador – por cierto, excelente escribe que el abad Fr. Marcos de Villalba falleció el 14 de enero de 1591, pero consigna, en la página siguiente, que el 21 del mismo mes y año ( o sea, una semana después de muerto), revocó como nula una donación de 530 ducados, para el sostenimiento de un maestro de escuela en Fitero, hecha por su antecesor, Fr. Luis Álvarez de Solís.

         Aliquando bonus dormitat Homerus… (a menos que tenga la culpa el impresor).

         Pues bien, no es cierto que Villalba muriese en enero de 1591, pues nosotros sacamos una copia, en el Archivo de Protocolos de Tudela, de las Mondas que hizo dicho abad, el 11 de diciembre de dicho año, entre las que figura precisamente la “donación irrevocable” de la cantidad asignada por su antecesor , Fr. Luis Álvarez de Solís, para el maestro de Escuela (Protocolo de Miguel de Urquizu y Uterga, en Extravagantes, ff. 453-456).

         Por cierto que se trata de un documento emocionante, no sólo por estar dictado por un moribundo, que ya no podía escribir, sino por su texto piadoso y humanitario. Se ve que Fr. Marcos fue un religioso ejemplar. El documento consta de cuatro folios y, por desgracia, está muy estropeado, faltándole trozos en todas las hojas. Por añadidura, bastantes párrafos, no mutilados, están desleídos por la humedad. Al final hay una firma ilegible y esta aclaración del escribano: “Doy testimonio que la firma de arriba dice “El Abad de Fitero” y es de la propia mano de dicho Abad, aunque la gravedad de la enfermedad no lo dejó mejor firmar”.

         XIX.- Don José María Iribarren, en su ya citado Retablo de curiosidades habla del brigadier don Antonio Ramírez Arcas, quien, en 1845, publicó un curioso Itinerario descriptivo de Navarra. El buen brigadier, pretendiendo ponderar las virtudes del agua termal de Fitero, aseguraba en serio que “promueve las evacuaciones de la piel, del vientre y de los riñones”, que es “utilísima en las clorosis y opilaciones, hipocondrías y parálisis, y en fin, en cuantos males reconozca el facultativo la virtud o debilidad de los sólidos y excesiva fluidez o pobreza de los humores.”

         ¡Estupendo modelo de propaganda de nuestros Balnearios”, pues con su extravagante, estrambótica y estrafalaria ponderación es seguro que el señor Ramírez Arcas no acarreó al establecimiento ni un solo cliente.

XX.- El Dictionnaire de la conversation y de la lecture (Paris, Didot, 1873, segunda edición), al ocuparse de nuestro primer abad, en el artículo dedicado a Calatrava, llama a nuestra villa Vitero (t. IV, p. 198).

         Una de dos: o se trata de una errata de imprenta o es que el redactor –o el impresor- de este artículo era alemán y escribió Vitero por Fitero, porque se pronuncia f la v inicial de casi todas las palabras alemanas. Ejemplo: Vater, padre; fa`ter; verboten, prohibido, ferbo´ten; vier, cuatro, fir; Vogel, pájaro, fo´guel. Sin embargo, la f inicial se pronuncia siempre como f, de manera que, aun siendo teutón, no tenía por qué haberse equivocado, a menos que se tratase de un dictado.

         XXI.- El P. Antonio González de Rosende, en su Vida y virtudes del Ilmo. Y Excmo. Señor don Juan de Palafox y Mendoza (Madrid, 1666) augura que su biografiado, al ser abandonado, al nacer, por su madre, fue recogido, adoptado y criado por Pedro Navarro, Guarda Mayor de la jurisdicción de los Baños de Fitero y vasallo y criado de los marqueses de Ariza (p. 4).

         ¿Cómo podía ser a la vez Guarda Mayor de la jurisdicción de los Baños de Fitero y vasallo y criado de los marqueses de Ariza, los cuales no tenían en Fitero ninguna clase de posesión ni jurisdicción? Por lo demás, ya hemos refuta esta especie absurda, al hablar de los gazapos de la Enciclopedia Espasa, la cual lo copió probablemente de la biografía del P. González de Rosende.

         XXII.- Luis Alfaro Piña, en su Relación descriptiva de la fundación, dedicación, etc., de las iglesias y conventos de México (México, Villanueva, 1863), asienta que Palafox fue obispo de Puebla desde 1639 y 1653, en que pasó al obispado de Osena (sic). Así lo dice en la página 73.


         Lo primero es una verdad a medias, pues, de hecho., sólo rigió personalmente aquella diócesis hasta la primavera de 1649, en que volvió a España, llamado por Felipe IV, no regresando más a México; aunque de derecho, continuó siendo obispo de Pueblo, algunos años más. En cuanto a lo de Osena, se trata seguramente de una errata de imprenta, en lugar de Osma, de la que fue nombrado obispo en 1653, pero no tomó posesión personalmente de esta mitra hasta el 7 de marzo de 1654.


[1] En la segunda edición de esta obra, aparecida en 1968, se subsanó tal omisión, pero no se rectificó el disparate de Osuna. Tal vez se haya hecho en posteriores.





[1] Según el censo publicado en el “Boletín Oficial de Navarra”, el 7 y el 19 de julio de 1971, de los 263 municipios de la provincia, 222 tenían, a la sazón, menos población de hecho que Fitero.



CAPÍTULO V

OTROS TOPÓNIMOS FISIOGRÁFICOS

Omitiendo todos aquellos que ya han sido analizados en los demográficos, así como en los nombres de términos y parajes, añadiremos los siguientes.

A)  OROGRÁFICOS

ALTOS DE LAS MUGAS

Muga significa mojón, linde, límite, y los Altos de las Mugas son los que existen en los límites del N.O. de Fitero con Corella y con Alfaro, siendo su altura máxima la cota 665.

CASTILLO

El monte del Castillo –del latín castellum- se refiere a la fortaleza de Tudején que estuvo edificada en su cima, en la Edad Media.

CUÉVANOS

Cuévano es propiamente un cesto de mimbres grande y hondo, de forma cilíndrica, ensanchado por la boca, que solía usarse para las vendimias. La serie de cerros llamados los Cuévanos, situados detrás de Peñarroya, tiene una forma algo parecida, pero colocados boca abajo, y sin duda por ese se les dio este nombre. El más alto es la cota 657.

MONTECILLO

Es diminutivo de monte y se le dio tal nombre por su configuración de pequeña colina. Monte procede del latín mons, montis.

PEÑA DEL SACO

En nuestro “Poemario Fiterano”, inventamos una leyenda trágica, explicando poéticamente este topónimo; y en ella el saco es el receptáculo corriente. Pero solo era una leyenda. De todos modos, con un poco o un mucho de imaginación se puede ver en dicha peña la forma de un saco enorme, asentado en el suelo y con la boca abierta hacia el N. E.; y este parecido podría ser, como en el caso de los Cuévanos, el origen de tal topónimo. Por otra parte, sabemos que en la Peña del Saco estuvieron instalados poblados prehistóricos, incendiados, después de saqueados, por los celtíberos y por los romanos; y en este caso, saco sería sinónimo de saqueo. Pero no es fácil que la memoria de aquellos saqueos o sacos perdurase al cabo de 14 siglos y pico, cuando no se sabía ni una palabra de prehistoria.

PEÑARROYA

Sin duda se dio tal nombre tanto a la Peñarroya Alta como a la Baja, por el color de sus rocas tostadas por el sol; o por el tinte rojizo que adquieren en los crepúsculos matinales.

B)   HIDROGRÁFICOS

ALHAMA

Es sinónimo de Aljama, procedente del árabe alchamaa, reunión, y significa reunión o asamblea de moros o judíos. Evidentemente fueron los moros los que dieron tal nombre a nuestro principal río, por significar también fuente termal.

FUENTE DEL OBISPO

Se le dio tal denominación, por haber sido inaugurada en 1859, por el Obispo de Tarazona, D. Cosme Marrodán y Rubio. Fuente procede del latín fons, fontis.

NACEDERO

Es el nombre vulgar que se da a la Fuente de Hospinete, por el manantial de agua que nace cerca de este término, pero ya dentro del término de los Blancares. Nacedero viene de nacer, y éste, del latín nascere.

PILÓN

Aumentativo de pila, del latín pila. En sentido hidrográfico, pilón es un depósito, construido al lado o en las inmediaciones de una fuente, para que recogiendo sus aguas, sirva de abrevadero, de lavadero o de reserva de aguas de riego. Los Pilones de Hospinete, Roscas y Cascarrales, que recogen las aguas del Nacedero, tiene el último objeto.

PONTIGO DE MIGUELACHO

En Navarra, pontigo es sinónimo de pontarrón, es decir, de puente pequeño y construido sin esmero. Es probable que se le diese el nombre de Miguelacho, epéntesis de Migelcho, equivalente en vasco a Miguelico, por llamarse así su constructor.

RIO CHICO, RIO DEL MOLINO Y RÍO DE LA HUERTA

Son tres nombres diferentes, ya en desuso, salvo el tercero, del canal del Alhama, que empieza en la Callejuela de los Plantados. Antiguamente se llamaba Río Chico al tramo que va desde la presa del Soto hasta la Calle Lejalde; Río del Molino, al que va desde la Calle Lejalde hasta el Barrio Bajo; y Río de la Huerta, al que empieza irrigar la Pieza de la Orden y la Huerta, a su salida del Barrio Bajo. Río procede del latín rivus, riachuelo.

RÍO LLANO

En el canal del Alhama que empieza en la presa de los Puertos a irrigar Ormiñén y los Plantadillos. Se le puso este nombre por su curso sin pendientes y fue abierto en 1527.

RÍO MOLINA O DE ZAPATA

Es el construido por un ingeniero tafallés, apellidado Zapata, para servir al molino de su propiedad que instaló en Cintruénigo.





[i] Florencio Idoate, Catálogo documental de la ciudad de Corella, nº 2340, p. 419.
[ii] Documento nº 163 de la Colección diplomática del Monasterio de Fitero, por Cristina Monterde.
[iii] Cristina Monterde, ob. cit., documentos 163 y 174.





[i] Colección de Clásicos Castellanos de Espasa-Calpe, S. A., Madrid, 1951, VI edición, con notas de Julio Cejador y Frauca.
[ii] Geografía General del País Vasco-Navarro, Navarra, t. II, p. 872.
[iii] Annales del Reyno de Navarra, t. II, lib. XIX, c. II, p. 468, Pamplona, P. Ibéñez, 1766.
[iv] Protocolo de 1561, nº 138, ff. 173-174. A.P.T.
[v] Protocolo de 1580-1582, nº 145, f. 76. A.P.T.
[vi] Mojón nº 13. Manuscrito de Sebastián Mª de Aliaga, nº XLII.
[vii] Cristina Monterde, Colección diplomática del Monasterio de Fitero, doc. 96 y 198.
[viii] Lib. Cit., p. 545, Buenos Aires, Liubrería del Colegio, 1958
[ix]  Ob. Cit., t. VIII, art. Fitero, Madrid, 1847.
[x] Ob. Cit., t. IX, p. 440.
[xi] Ob. Cit., t. XXIII p. 1.608.
[xii] Ob. Cit., t. V, p. 93.
[xiii] Ob. Cit., Sec. I,  t. I,  p. 282,  Madrid, Vda. De Joaquín Ibarra, 1802.
[xiv] Documentos nº 8 y nº 22 de la Colección diplomática del Monasterio de Fitero, ya citada, pp. 363 y 376.
[xv] Ob. Cit., t. XVIII, p. 65.
[xvi] Edición VI de Clásicos Castellanos, corregida y anotada por Ramón Menéndez Pidal, España-Calpe, S. A., Madrid, 1951.
[xvii] Isaac López Mendizábal, obra citada, pp. 14-15.
[xviii] Edición, prólogo y notas de Alonso Zamora Vicente, Clásicos Castellanos. Espasa Calpe, S. A.; Madrid, 1946.
[xix] Historia de España, Sopena, Barcelona, 1958.
[xx] Historia antigua y media de España, c. XXII, p. 133; Pamplona, 1914. A. S.
[xxi] Poema de Fernán González, edición citada, VI, p. 53; nota.


QUINTA PARTE

POESIA FITERANA


INTRODUCCIÓN

         Reunimos en dos secciones, bajo el epígrafe común de POESÍA FITERANA, unas docenas de composiciones en verso, referentes a Fitero y escritas por fiteranos de nombre conocido, así como una serie de cantaras fiteranos, de tipo popular y anónimo, que forman parte de nuestro folklore, aunque la mayoría son ya desconocidas de la juventud actual.
         Los versos de la primera sección son de Alberto Pelairea Garbayo, Luis Palacios-Pelletier, Serafín Inúñez Fernández, Anselmo Pérez Lacarra y algunos nuestros, no incluidos en nuestro POEMARIO FITERAN. En cuanto a los versos de la segunda sección, no hemos incluido entre ellos los de los “Auroros”, porque los transcribimos y comentamos en nuestro RETABLILO FITERANO.

VERSOS DE ALBERTO PELAIREA GARBAYO

         En nuestro POEMARIO FITERANO de 1969, insertamos en el APÉNDICE (pp. 225-226) una extensa noticia bio-bibliográfica de este celebrado poeta regional y a ella remitimos al lector. Con posterioridad, la COFRADÍA GASTRONÓMICA DEL PIMIENTO SECO publicó una ANTOLOGÍA POÉTICA DE PELAIREA, con prólogo, selección y notas del escritor tudelano, Luis Gil Gómez. Por nuestra parte, recogemos, en este volumen, la producción lírica de Pelairea, referente únicamente a Fitero, y en la MISCELÁNEA FITERANA, publicaremos la teatral.
         Por no repetirnos, omitimos las tres composiciones suyas, publicadas ya en nuestro POEMARIO, a saber, el poema A LA VIRGEN DE LA BARDA, destinado a su camarín en 1919; los VERSOS DE ACCIÓN DE GRACIAS AL PUEBLO DE FITERO, al ser nombrado Hijo Adoptivo de la Villa, en 1922, y el soneto elegíaco A LA MUERTE DE JOSÉ LUIS ARMAS, en 1927.
         La mayor parte de sus composiciones fiteranas las publicó Pelairea en LA VOZ DE FITERO; mas, por desgracia, ya no se conserva completa la interesante colección de aquel semanario. De todos modos, reunimos aquí siete composiciones suyas serias, una veintena de festivas y dieciséis SEMBLANZAS.
         Las serias abordan diversos temas, especialmente el de la Virgen de la Barda. Las festivas son comentarios desenfadados en verso de los sucesos de la vida cotidiana del pueblo, en aquella época, bajo el epígrafe común DE DOMINGO A DOMINGO, y las SEMBLANZAS son retrato en clave, bastante transparente, de parejas de jóvenes de ambos sexos de su tiempo, con insinuaciones casamenteras. Con la ayuda de las señoras María Alava y Josefina Sanz, no nos ha sido difícil el identificar a todos los retratados, como veremos oportunamente.
         Casi todas las composiciones festivas y casamenteras aparecieron en LA VOZ DE FITERO, durante los años 1912-1913, con el seudónimo de UNO DE VALDECALERA, paraje adyacente a las Peñas del Baño. Las serias las firmó siempre con su nombre.


COMPOSICIONES SERIAS

I

ANTE LA ABADÍA DE FITERO

¿Cuánto al humano esfuerzo costaría
elevar tus magníficos altares!
Manejar tus titánicos sillares,
¡qué largo, qué imposible no sería!

¡Cuánto noble sudor no vertiría
quien labró de tus piedras los millares!
¡Cuánta fuerza no esconden tus pilares,
muros, arcadas, coro y gradería!

Pero ahí estás grandiosa, siempre santa,
siempre firme, intangible, siempre enhiesta,
al rozar por tus muros las edades;

que aquello que hacia Dios la fe levanta,
si años y siglos elevarlo cuesta,
sólo hundirlo podrán eternidades.

(Soneto publicado en el número 2 de la Voz de Vierto, el 14 de abril de 1912.)


II

OLIVAR DE FITERO

Noble patio que el campo de eterno verde viste,
que tiene el movimiento del agua de los mares,
que rodea sus troncos de esa penumbra triste
de las viejas y muertas salas capitulares.

Tú, que de Jesucristo el llanto recogiste,
que eres calor y vida de los pobres hogares,
que para el Arca Santa dulce heraldo tuviste,
que son la paz tus hojas… ¡Oh bellos olivares!

Mereces que te canten en estrofas sonoras,
con letras de arcos iris y palabras de auroras,
por la misión sublime que en tus ramas anida,

pues que guardas en ellas, como en un relicario,
la luz mística y suave que ilumina el Sagrario
y la Unción que acompaña al hombre en su partida.

(Poema publicado en el Diario de Navarra, el 18 de julio de 1920.)



III

EN EL ABANICO DE UNA FITERANA


Como buena fiterana,
prendida llevas en ti
la belleza soberana
que nos puso Dios aquí.

En tu voz, ritmo sonoro
de nuestras aves parleras;
en tu piel, la alfombra de oro
de nuestro trigo en las eras.

En tus mejillas rosadas,
frescura de nuestro río;
en tu boca, en miel montadas,
perlas de nuestro rocío.

De nuestra noche, en tus ojos,
el misterio más profundo;
y en tus labios, tonos rojos
de la cruz de San Raimundo.

Como buena fiterana,
prendida llevas en ti
la belleza soberana
que nos puso Dios aquí.

(Poesía fechada en Fitero, el 20 de mayo de 1922)



IV

A LA VIRGEN DE LA BARDA

Señora: a vuestro trono brillante y soberano,
hoy llega de rodillas un nuevo fiterano,
que, ante todo, de serlo orgullosa blasona,
por teneros, Señora, por Madre y por Patrona.

Hoy llega a vuestro trono, se postra a vuestras plantas,
humilde besa el polvo de vuestras gradas santas,
y en ellas deja luego, pues que a doraros viene,
una oración y un verso, que es lo mejor que tiene.

Y después de rendiros piadosa pleitesía
hoy quiere, aprovechando la gloria de este día,
pediros una gracia que espera sea lograda;
¡al hijo más pequeño no se le niega nada!

Yo os pido, Señora, que tendáis vuestras manos
a vuestros nobles hijos, los bravos fiteranos,
que sufren valerosos en la africana tierra,
dolores de la ausencia y males de la guerra.

Los que su vida joven a la Patria ofrendaron
y por ella sus madres y sus casa dejaron;
los que en pueblos, patrullas, fuertes o campamentos,
hoy en Vos y en Fitero tienen sus pensamientos;
los valientes soldados que, cuando muere el día,
os mandan sus fervores en un Ave María,
y en Africa defienden su honor y su bandera,
llevando vuestra Imagen prendida en la guerrera.

Los conocéis de sobra, que alzando a Vos sus preces,
en vuestro altar postrados, los visteis otras veces,
y a despedirse fueron de Vos, una mañana,
cuando tristes marcharon a la tierra lejana…

Yo os pido por ellos, en mis pobres cantares;
yo os pido que todos vuelvan a sus hogares,
en los que sois la Reina y en los que os adoran
y en los que hoy unas madres tristes rezan y lloran.

Yo os pido por ellos y confiado espero
en que, con vuestra ayuda, volverán a Fitero;
el pueblo de sus sueños, al que ellos aman tanto,
el que Vos, protectora, cubrís con vuestro manto.

Esto es lo que os pido, señora y Madre mía,
aprovechando, osado, la gloria de este día,
y esta gracia confío verla pronto lograda;
¡que al hijo más pequeño no se le niega nada!

(Poema publicado en la revista gráfica Fitero, el 10 de septiembre de 1922)



V

UN SONETO AL ABANICO DE MARÍA ÁLAVA

Abanico humilde y bello,
yo te envidio sin cesar
porque tú puedes besar
con tu brisa su cabello.

Porque te alumbra el destello
de su sereno mirar;
porque puedes descansar
en el cisne de su cuello.

Porque tapas soberanos
y purísimos sonrojos;
porque tienes tan cercanos

esos dulces labios rojos;
porque estás entre las manos
que me han de cerrar los ojos.



VI

GOZOS EN ALABANZA DE LA VIRGEN DE LA BARDA


Dulce Virgen de la Barda,
la que mis veros inspira,
para la que siempre guarda
su mejor nota mi lira.

Regia y Celestial Patrona,
todo auxilio y todo amor,
hoy por Ti su canto entona
este humilde ruiseñor.

A tus ojos que revelan
amores, cuando nos miran,
y con su mirar, consuelan
a los tristes que suspiran.

A tu Corona que es faro
que alumbra nuestro sendero,
a tu Manto que es amparo
de los hijos de Fitero.

Hoy, Patrona, que es tu día,
un Padre Nuestro y una Ave María…

A tu Altar, Puerta del Cielo,
lar de nuestras devociones,
de donde se dan al vuelo
fiteranas oraciones.

Donde ojos de llanto yermos
te piden acongojados,
para los padres enfermos
y por los hijos soldados.

Hoy, Patrona, que es tu día,
un Padre Nuestro y una Ave María…

A tu Nombre que es destello
del amor más verdadero,
que es el más dulce y más bello
del lenguaje de Fitero,

Que lo pronuncian fervientes
y con cariños profundos,
los fiteranos ausentes
y los labios moribundos.

Hoy, Patrona, que es tu día,
un Padre Nuestro y una Ave María…

Dulce Virgen de la Barda,
la que mis versos inspira,
para la que siempre guarda
Su mejor nota mi lira.

Regia y Celestial Patrona,
todo auxilio y todo amor,
hoy por Ti su canto entona
este humilde ruiseñor.

Y tras sus notas divinas,
se marcha a morir gozoso
a tu Bardal milagroso.

(Publicados en La Voz de Navarra, el 9 de septiembre de 1923)


VII


EL CRISTO DE FITERO [1]


Nada relata la Historia
de sus poderes divinos:
los más viejos pergaminos
de esta Cruz no hacen memoria.

No apareció milagroso
a un rey en una batalla;
no es la gloria de su talla
de algún artista famoso.

Ni es joya de orfebrería,
ni tiene raro valor,
no hubo nunca un trovador
que le diera su armonía.

En un pliegue del crucero,
todo amparo y humildad,
en angustia soledad
está el Cristo de Fitero.

Y desde aquella capilla
escucha las oraciones
y guía los corazones
de los hijos de esta villa.

Y hacia celestiales puertos
conduce a los fiteranos
entre sus llagadas manos
y entre sus brazos abiertos.

Sin tener el esplendor
que en otras Cruces he visto,
para mí este Santo Cristo
es el Cristo de mi amor.

Porque en esa Cruz prendida
tiene Fitero su fe;
¡tierra navarra en que hallé
el oasis de mi vida!

Porque, al rodar de mis horas,
cuando fueron desgraciadas,
me dio con dulces miradas
ayudas consoladoras.

Porque a aquella madre mía
hacia Dios la vio partir;
porque al poeta, al morir,
lo verá en su iglesia un día.

Por eso yo te venero
y rompió tu soledad
y llego hasta tu humildad,
¡santo Cristo de Fitero!

Y en día de tu Pasión,
desgranando una oración,
aquí, a tus plantas me ves,
porque quiero mi canción
prender con mi corazón
en el clavo de tus pies.

(Poema publicado en el Diario de Navarra, el 10 de abril de 1925. Lo escribió el autor bajo la impresión dolorosa de la muerte de su madre. Añadimos, rectificando un poco a Pelairea, que la talla de este Cristo es modificada y se debe a un artista muy conocido en Navarra, en aquella época: Bernabé Imberto.)




COMPOSICIONES FESTIVAS


I

DE DOMINGO A DOMINGO

(A favor de la creación de un mercado semanal)

Me dicen que se ha pensado
en crear aquí un mercado
         semanal,
proyecto muy acertado,
de importancia capital.

Pues por él, será Fitero,
dada su gran situación,
el punto de reunión
de todo el contorno entero
de esta importante región.

A trabajar, pues, la idea
hasta conseguir tener
mercado, cual se desea,
y una vez que un hecho sea,
¡fiteranos, a vender!

Que se nos lleve la gente
de las comarcas vecinas
las telas,  las harinas,
el vinagre, el aguardiente,
el pan y las medicinas.

Que aquí no quede tocino,
ni alpargatas, ni jabón,
ni género ultramarino,
ni chocolate, ni vino,
ni un corte de pantalón.

Que el género de Fitero
por todas partes se extienda
y que aquí el comercio venda
tanto, que todo tendero
tenga que ensanchar su tienda.

Que sean insuficientes
cafés, fonda y parador,
para los miles de gentes
que al mercado, diligentes,
vendrán con frío y calor.

Que sastres y zapateros
y albañiles y barberos
tengan de quehacer derroche
y trabajen los herreros
por el día y por la noche.

Que todos vivan muy bien,
sin un disgusto ni riña,
que el pan barato lo den
y que se cubra de viña
la Dehesa de Ormiñén.

Que el dinero que hoy anhelas
y por el cual te desvelas,
corra al fin de mano en mano,
y llegue a verlo el Candelas,
con desprecio soberano.

Y que hasta yo, triste vate,
deshonra de los poetas,
coma pollo con tomate
y perpetre el disparate
de reunir tres pesetas…
……….
Si he de ser claro y sincero,
aunque en verso chapucero,
lo expuesto es el resultado
que le deseo al Mercado
de Fitero.

(Se publicó en el número 1 de La Voz de Fitero, el 7 de abril de 1912. Francisco Alfaro, conocido vulgarmente por Paco el Candelas, era un mendigo y vagabundo de la época, muy leal, a quien hacían los vecinos los encargos más inverosímiles, para diferentes lugares de España.)


II

DE DOMINGO A DOMINGO

(A favor del arreglo del tramo final de la carretera de Tudela a Cervera.)

La Diputación Navarra
que nos cobra y nos gobierna,
compró unos cuantos rodillos,
para arreglar carreteras.

Y como esos aparatos
yo no he creído que sean
exclusivo patrimonio
de privilegiadas tierras,
fuera bueno que mandaran
uno por estas “céndeas”,
ahora que están arreglando
un trozo de carretera,
al terminar la provincia,
muga a muga con Cervera.

Esta petición la creo
muy clara, justa y correcta,
que aquí se pagan tributos
y aquí se pagan cadenas,
y aquí se viaja y nos gusta
ir por carreteras buenas,
y aquí, en fin, no somos “bordes”,
a lo menos que yo sepa.

Yo suplico por todo ello
que por estas villas venga
alguno de esos rodillos,
de utilidad manifiesta.

Ahora, si los necesitan
más arriba, en donde sea,
si es que están apisonando
la elevada carretera
que usarán los voladores
en la próxima carrera,
que habrá, cuando el Centenario,
desde Pamplona a Tudela
(y que es dé “consolación”,
aunque allí a nadie consuela);
si es que están los seis rodillos
trabajando por Sangüesa,
entonces no digo nada,
venga el pisón de madera
y otra vez, conseguiremos
los rodillos que hoy no llegan.

(Tal vez sea por el año
mil novecientos setenta…)

(Se publicó en el número 2 de La Voz de Fitero, correspondiente al 14 de abril de 1912. Ignoramos a qué “consolación” se refería Pelairea.)



III

DE DOMINGO A DOMINGO

(Contra los que tiraban aguas a la calle por las ventanas y los balcones, y a propósito del proyecto de prolongar en línea recta la Calle Mayor, para salir a la carretera de Cintruénigo.)

Con extrañeza muy grande,
tengo observado, hace tiempo,
que, desde algunos balcones
de las calles de Fitero,
acostumbran a echar aguas
y hasta líquidos diversos,
exponiéndose la gente
a un baño de cuerpo entero,
que, tomado a mano airada
y de improviso, no es bueno.

Además, en aguas tales,
no de colonia, por cierto,
puede haber tres mil microbios
patológico-caseros,
causa de gástricas, tifus
y otros entretenimientos.

Como que usar impermeable
a diario es muy molesto;
como que a nadie le agrada
que le suelten un barreño,
y como las Ordenanzas
prohíben los aguaceros,
que no sean los que envía,
desde las nubes, el cielo,
yo ruego a los alguaciles
que denuncien esos riegos
de ventanas y balcones
y que hagan un escarmiento.

Y el que quiera tirar aguas,
que no aproveche un sombrero
ni un traje de un transeúnte,
que no hay quien lo limpie luego;
y que se vaya a tirarlas,
si en su casa no hay un hueco,
a la Balsa del Mal Casco,
o al Paguillo, o al Recuenco,
o a la Aranjuela o al Prado
o a Los Llanos, por ejemplo.

***

Según me han informado,
pronto se espera
poder cambiar de curso
la carretera,
que, al entrar en el pueblo,
sigue un camino,
como la tubería
de un bombardino.

Ahora entrará derecha
y evitaremos
el que en El Cogotillo,
nos estrellemos,
bien en el automóvil,
bien en tartana
o bien en el saliente
de una ventana.

Encuentro ese proyecto
grande y hermoso
y para nuestra villa,
beneficioso;
por lo que al Municipio
que ahora tenemos
aplaudir muy de veras
todos debemos,
y utilizar ya siempre
por de contado
ese nuevo trayecto
que han proyectado.

(Del Cogote las curvas
y las subidas
se las reservaremos
a los suicidas)

(Publicadas en el número 3 de La Voz de Fitero, del 21 de abril de 1912.)


IV

DE DOMINGO A DOMINGO

(A favor de la Banda Municipal, dirigida por el maestro Lorenzo Luis, y acerca de la naciente Sociedad de Cosecheros de Vino de Fitero)


El domingo por la tarde,
vi a la Banda del pueblo,
la que ejecuta de un modo
muy acabado y perfecto,
con afinación completa
y con gusto muy discreto
y la dirige un joven
y verdadero maestro,
que, en cuestiones musicales,
prueba que está bien impuesto.

Ya quisieran poblaciones
de más fuste que Fitero
tener banda tan hermosa,
como la que aquí tenemos;
y la que aún mejoraría,
con tres o cuatro instrumentos,
los que, si adquirir no puede
la banda, por su alto precio,
me parece que podría
nuestro municipio hacerlo,
en condiciones tratadas,
como hacen en otros pueblos.

¿No podría ver la banda
si se realizable el proyecto?

Contar puede, por si acaso,
con mi apoyo, aunque modesto,
por si lo Ayuntamiento,
y por lo bien que ejecutan,
cuenten música y maestro,
con un ¡bravo! en dos por cuatro,
con un calderón tremendo.

***

La Sociedad naciente
de Cosecheros
con sus caldos tan ricos,
cual los primeros,
como ya se tenía
por descontado,
nos está produciendo
gran resultado;
pues a por vinos vienen
todas las gentes,
de los puntos lejanos
más diferentes;
y en cuanto de una cuba
su caldo catan,
en partidas enormes,
nos lo arrebatan.

Y es que los ricos vinos
Que hay en Fitero
son los vinos mejores
del mundo entero.

(Las aguas no hace falta
que las alaben,
porque sus excelencias
todos las saben).

(Se publicó en el número 4 de La Voz de Fitero, del 28 de abril de 1912.)



V

DE DOMINGO A DOMINGO

(Ponderando el té purgante de Fernando Palacios Pelletier)


Cansado estoy de saber
que purga no puede haber
tan delicada y constante
como el rico té purgante
de Palacios Pelletier.

También lo saben las gentes
y los más sabios doctores
que ese té que hace primores
lo mandan a sus pacientes,
por ser de los superiores.

Ese té que encontrarás
en cualquier farmacia buena,
delicioso lo hallarás,
para tomarlo detrás
de la comida y la cena.

Tiene un sabor especial
y un gusto tan delicado
que, al punto que lo has probado,
aunque estuvieras muy mal,
ya estás bien o mejorado.

Un té tan extraordinario
no resulta cosa extraña
lo haga en Fitero a diario
un famoso boticario,
y se venda en toda España.

Y porque vea la gente
que en lo dicho no exagero,
a ti, mi lector paciente,
en estas quintillas quiero
proponerte lo siguiente:

Te das un buen atracón
de mantecadas Salinas,
pescas una indigestión,
indigestión de las finas,
de “gourmet”, no de glotón.

Del té por mi ponderado
tomas una taza llena
y al punto estarás curado
y probarás cosa buena
y dirás: - No me ha engañado.

(Publicado en el número 8 de La Voz de Fitero, correspondiente al 26 de mayo de 1912. Paulino Salinas era un famoso confitero tudelano de la época. Tenía su establecimiento en la calle Calderón, número 1, junto a la esquina N. E. de la Plaza de los Fueros. Sus mantecadas eran conocidas en toda la región. En cuanto al farmacéutico, Don Fernando Palacios Pelletier, era, a la sazón, el boticario de Fitero. En nuestro Poemario Fiterano de 1969, le dedicamos un poemita sentimental, titulado La tartana del boticario (p. 52) y unas notas biográficas en las páginas 194-197.)


VI

UNA INSTANCIA

(A favor del restablecimiento de la Banda Municipal, dirigida por Lorenzo Luis)

La que sigue se presenta
a nuestra Corporación,
y de ella se dará cuenta
en la próxima sesión.

Señor Alcalde Mayor:
Con el respeto debido
y con sincero dolor,
le pedimos un favor,
que debe ser concedido.

Somos chicas bien criadas,
trabajadoras, honradas,
buenas como las primeras
y, por desgracia, solteras,
pero, aún con todo, animadas.

Y nos encontramos mal
y con el alma en un tris,
sin Banda Municipal.
¡Señor, que Lorenzo Luis
vale todo un dineral1

Si los domingos no toca
esa Banda en algún punto,
¿qué haremos la gente loca?
Tendréis corazón de roca,
si no arregláis este asunto.

Ese pasodoble suave
que causa la animación,
que lo baila aún quien no sabe
y te cuesta un pisotón,
en el juanete más grave…

La habanera que convida,
con cadencias que dan frío,
y que se baila movida,
metiéndole en un vacío
un codo, al que se descuida…

La alegre polka saltada
que respirar no te deja
y siempre andas elevada,
dándole a uno una patada,
por ejemplo, en una ceja…

La jota en que te enardeces
y que a pitos ensordeces
y ahora vienes y ahora vas,
y la tocan once veces
y no te cansas jamás…

***

Todo eso nos es preciso,
Señor Alcalde Mayor,
que son los bailes mejor
que aprender a hacer un guiso
o zurcir un cobertor.

Por eso, le suplicamos,
con las fórmulas mandadas,
que pronto banda tengamos,
porque así nos encontramos
tristes y desconsoladas.

Que trescientas dos
esperamos en justicia
alcanzar pronto de vos,
cuya vida guarde Dios
muchos años.

LA PATRICIA
(Siguen las firmas)

Por la copia,
Uno de Valdecalera

(Aparecida en el número 41 de La Voz de Fitero , correspondiente al 12 de enero de 1913).


VII

DE DOMINGO A DOMINGO

(A propósito de pequeños sucedidos y de la Sociedad de Cosecheros de Vino de Fitero)

Por tirar a la calle agua cochina,
le echaron una multa a una vecina;
y por piafar, correr y otros retozos,
llevaron a la cárcel a tres mozos
siguiendo por tal culto derrotero,
se podrá andar tranquilo por Fitero.

La sociedad fundada
de Cosecheros
tuvo resultados
muy lisonjeros,
pues vende mucho vino
y en condiciones,
y pesetas y duros
gana a montones.

Por eso, hacerme socio
yo pienso ufano,
cuando tenga tres robos
de americano;
lo cual será, si ahorrando
sigo con gana,
sobre el dos mil dieciocho,
por la mañana.

(Publicado en el número 42 de La Voz de Fitero, del 19 de enero de 1913)


VIII

DE DOMINGO A DOMINGO

(Solicitando el arreglo del Frontón Viejo y comentando los hurtos de olivas.)

Días hace que me hablaron
varios muchachos del pueblo,
para que yo le pidiese
al ilustre Ayuntamiento
que arreglaran el trinquete,
que tiene perdido el suelo
y que, con escaso gasto,
podrían dejarlo al pelo.

Como de cosa se trata,
que muy conforme la encuentro,
pues el jugar a pelota
es aceptable en extremo,
mejor queir a la taberna
o a otros lugares más feos,
yo le suplico de veras
al ilustre Ayuntamiento
que complazca a los que piden
ese necesario arreglo;
y ya le anticipo gracias
y estrenarlo me prometo,
pegándole mano a mano
al “Tudela”, y sé que pierdo.

***

Como que de olivas
de algunos terrenos
hay alguien que trajo
dos cántaros llenos,
toman precauciones
los guardas, prolijas,
mirando a la gente
todas las vasijas:
no hay quien empeltres
traiga en el morral,
o en algún botijo,
se traiga un cañal.

(Publicados en el número 43 de La Voz de Fitero, del 26 de enero de 1913)


IX


DE DOMINGO A DOMINGO

(A propósito de los bailes de carnaval en el café de Telesforo Álvarez, “El Chicho”, y dando gracias al Ayuntamiento por el arreglo del Trinquete.)

De Álvarez el Café
tendremos hoy Carnaval,
un baile fenomenal
que otro mejor no se ve.

Con su música excelente
y su salón elegante
muy animada la gente
y concurrencia abundante.
valiendo más el papel
casi, que la suscripción
habrá allá una confusión
como en la torre de Babel.

Además para alquiler
yendo de la broma en pos
tendrán allí dominós
lavados antes de ayer.
De peluche y astracán,
de yute y de sedalina,
de moaré, de percalina,
de raso y madapolan.

Todo en buenas condiciones
servicio rico y barato,
con que a pasar allí un rato
meneando los talones.

Todos a casa del Chicho
el presente carnaval,
menos la gente formal...
¡Viva el buen humor! He dicho.

***

Nuestro Municipio
con premura y celo,
del viejo trinquete
ya ha arreglado el suelo.

Por la complacencia
de sus decisiones
le mando las gracias
en estos renglones.

Y si así de aprisa
y de bien lo hicieran
con todas las cosas
que le pidieran,
pedía esta noche,
sin más dilación,
que me perdonaran
la contribución.

Uno de Valdecalera

(Publicados en el número 44 de la Voz de Fitero, el 2 de febrero de 1913).


X

DE DOMINGO A DOMINGO

(Comentarios sobre los carnavales pasados)

Ya se pasó el carnaval
tan serio y tranquilamente
sin el menor incidente
      Menos mal...

No encontramos en la calle
ningún disfraz armonioso
ni observamos un detalle
        ingenioso.

Catorce o quince muchachos
de gitanos y soldados,
y veintiséis mamarrachos
con dominós alquilados.

Ni un bromazo un tanto fino
ni frases intencionadas,
solo empujones y vino
y alguna que otra patada.

Tan solo vi una pareja,
los que serios y formales
arrastraban una reja
disfrazados de animales.

Y que lo hacían tan bien
que ya los tengo ajustados
para ararme en Ormiñén
el trozo que me ha tocado.

Resumen: que el carnaval
se pasó tranquilamente
sin el menor incidente
     Menos mal...

Tan solo cuarenta y tantas
domésticas que faltaron
me dicen que están cesantas
porque al baile se escaparon.
En esto, que al pelo viene,
que bien se puede decir:
¡Pobre chica la que tiene
que servir!...

Uno de Valdecalera

(Publicados en el número 45 de La Voz de Fitero, 9 de febrero de 1913.)


XI

DE DOMINGO A DOMINGO

(Sobre el reparto de la Dehesa de la Villa)

No puede dudar ninguno
que de la Dehesa el reparto
a todos nos favorece
y por fuerza hay que ensalzarlo,
porque las necesidades,
con esas tierras que han dado,
se han de reducir en parte
y han de remediarse en algo.

El reparto susodicho
lo critican, sin embargo,
lo que me recuerda aquello
de ir a Zaragoza en Barco,
sin que el pasaje costara
tan solamente ni un cuarto
y dando, durante el viaje,
chocolate a todo pasto,
y aún haber quien se quejara
de que estaba un poco claro.

(Publicados en el número 46 de La Voz de Fitero, del 16 de febrero de 1913)


XII

DE DOMINGO A DOMINGO

(Soneto a la Primavera)

Rotos ya los celajes invernales
hacia las altas cumbres huye el frío
y en las primeras flores, el rocío,
coloca de sus perlas los cristales.

Dora el sol con sus fulgidos cendales
la fronda virginal del bosque umbrío
por el que, manso, se desliza el río
con ritmos y cadencias musicales.

El nenúfar grácil perfuma y crece,
trisca el inquieto corzo en la pradera
y en tanto que natura se embellece

se oye un himno de vida por doquiera
(soneto quince mil doscientos trece
dedicado a la hermosa Primavera).

UNO DE VALDECALERA

(Publicado en el número 50 de La Voz de Fitero, del 16 de marzo de 1913)


XIII

DE DOMINGO A DOMINGO

(Acerca de los hurtos en los campos y el mal estado de las carreteras)

Pues, señor, es insufrible
y digno de nuestras quejas
lo que pasa con los robos
campesinos que se observan,
pues ahora no están seguros
ni barbados ni nogueras,
ni el fiemo ni los pedruscos
ni el regaliz ni las “cequias”.

A uno le quitan de empeltres
dieciocho robos de tierra;
a otro le dejan tres viñas
sin un “Rupextris” de muestra;
a éste le cogen la oliva,
a ese la alfalfa le siegan
en fin, que no están seguras
ni las Roscas tan siquiera.

Hay que poner un remedio
y pronto, al mal que ahora impera,
porque lo que es que tú plantes
y otro coja la cosecha,
cosa es que a los propietarios
medianamente les sienta.

Conste que me quejo “a oído”,
porque planta en la tierra,
fuera de las de los pies,
no tengo otras, que yo sepa,
descontando el pepilano,
que me salga en la parcela.

***

Fui a Tudela, hace días,
en bicicleta,
cosa que hace quien tiene
poca chaveta
y pasé catorce horas
de gran trabajo,
porque la carretera
cubre el cascajo,
y está tan indecente,
tan mal cuidada,
que allí ni el monoplano
sirve de nada.

Altos, bajos, pedruscos
de agudos filos,
ruejos sueltos y secos
de a quince kilos…
Por allí han ido muchos
¡y ya no han vuelto…!
¡A más de uno el volquete
se le ha disuelto!

Nuestras vías la Exma.,
bien se comprende
que ni quiere arreglarlas
ni las atiende
En cambio, en otras partes
¡venga rodillo
y sendas con tarima
y hasta con brillo…!

¡Y aún decía la gente
que si abogado
Era el más preferible
“pa” Diputado…!
Pues yo voto a mordiscos
y doy dinero,
si candidato ponen
a un camarero.

(Publicados en el número 53 de La Voz de Fitero, del 6 de abril de 1913)


XIV

DE DOMINGO A DOMINGO

(Sobre la afición a la baraja y el estado social del pueblo)

No sé quién, el otro día,
con un valor sin segundo,
perdió ochocientas pesetas,
que recuperarlas pudo.

Lo raro es que ese individuo
no se muriera del susto,
porque si yo pierdo al tute
trece reales por un junto,
me ataca el mal de amarillo,
a los dieciocho minutos.

¡Perder más de tres mil reales
y no fallecer al punto..!
Rey de los ferrocarriles
Será ese tal. De seguro.

***

Nos dieron tierras
en la Dehesa.
Pronto rica agua
dará la presa.
Nadan en vino
los cosecheros.
Vienen de compras
mil forasteros.
Tiene trabajo
la gente toda.
Se mueren suegras.
No hay ni una boda.
Muchas enviudan,
crece el viñedo…
Si esto no es Jauja,
le falta un dedo.

(Publicados en el número 55 de La Voz de Fitero, del 20 de abril de 1913)


I

SEMBLANZAS

ELLA

De fragancia sin igual,
bella, joven, ideal,
es la figura que inspira
al artista que la mira,
un cuadro o un madrigal.

Es de tipo distinguido,
de andar suave y recogido,
de porte airoso y gentil;
es el modelo cumplido
de apostura señoril.

Es buena, y es cariñosa,
es amable y es hermosa,
y todos al conocerla,
dicen: ¡Bella y bondadosa,
tiene todo, concha y perla…!

Vive en la Calle mejor,
va siempre a misa mayor,
es de luto su vestido,
y … torpe serás, lector,
si ya no la has conocido.

EL

Es alto, guapo, arrogante,
distinguido  y elegante;
tiene nombre de extranjero
y casi lo es en Fitero,
o, al menos, falta bastante.

Es un chico inteligente
que por el pueblo procura
y es en el pueblo figura
a quien aprecia la gente,
por su valer y cultura.

Muele en uno y otro lado,
tiene vara y alumbrado
y tiene un IO H.P.,
que, por cierto, no he probado,
pero ya lo probaré.

Y tiene otras muchas cosas
a cada cual más preciosas
que de citarlas no trato,
que yo hago semblanzas sosas,
sin que lleguen al retrato.

(Publicadas en el número 5 de La Voz de Fitero, el 5 de mayo de 1912. ELLA era Concha Huarte, y El, Enrique Francés. Los dos contrajeron matrimonio entre sí y fallecieron hace años.)


II

SEMBLANZAS

ELLA

Aroma tiene de las bellas flores
de las frondas del bosque, la frescura;
de la dama de un lienzo, la hermosura
y del hada de un sueño, los fulgores.

Del sol tiene en sus ojos resplandores:
en su rostro del lirio, la blancura,
y hay algo angelical en su figura,
y en su nombre también, caros lectores.

Es doncella muy culta e ilustrada,
de elegante vestir, linda y graciosa,
en la antigua Abadía recostada
la casa está de joven tan hermosa;
y cuando hagan la plaza proyectada,
ella ha de ser la gala más preciosa.

EL

Joven es de saber que mucho vale,
distinguido, correcto e lustrado;
acusando lo he visto en el Juzgado
y algo mejor es fácil pronto, escale.

Algunas veces, a caballo sale
y nos tiene de sobra demostrado
que a ser un buen jinete consumado
desde Agreda hasta aquí, no hay quien le iguale.

Joven es que en amor se ha retraído,
sin duda porque amar no le entretiene;
que es frío me han contado y lo he creído,
que si hielo guardar a él conviene,
no en su pecho, en su valle bien florido,
una nevera como nadie, tiene.

(Publicadas en el número 6 de La Voz de Fitero, del 12 de mayo de 1912. ELLA era Ángela Gainza, y El Joaquín Agreda Vilches. Los dos se casaron separadamente y murieron hace bastantes años.)


III

SEMBLANZAS

ELLA

Como yo, dice la gente
que es bonita y elegante
y de figura arrogante
y atildado continente.

Tiene un mirar retrechero
y tiene esbelta presencia
y tiene la Presidencia
de lo mejor de Fitero.

Cuando cruza por la calle,
todos vuelven la cabeza,
para admirar su belleza,
sin que se pierda un detalle.

Lleva en muchas ocasiones
un traje color salmón,
que sé que a algún corazón
la causa palpitaciones.
Y hay rayos en el mirar
de sus ojazos serenos,
que sin morirse, lo menos,
no hay quien los pueda aguantar.

En resumen, que la chica
va hiriendo por donde pasa,
gracias a que tiene en casa
su familia, la Botica.

EL

guapo, de bigote fiero,
de irreprochable figura,
es modelo de finura
y esencia de caballero.

En él, todo es pulcritud
y elegancia y corrección,
gentileza, discreción
y arrogante juventud.

Es de muy vasta cultura,
y doctor muy afamado,
que en cuantos sitios ha estado,
visita, receta y cura.

Su talento es superior,
en mil aspectos diversos,
y me consta que hace versos,
más no como yo, mejor.

Y he de decir finalmente
que el muchacho es un galeno,
como médico, muy bueno;
como joven, excelente.

Lástima que una persona
de valer tan verdadero
viva, en lugar de en Fitero,
más arriba de Pamplona.

(Publicados en el número 7 de La Voz de Fitero, del 19 de mayo de 1912. ELLA era Pilar Martínez Labarga, y EL Joaquín Agreda Martínez. Los dos se casaron separadamente y fallecieron hace tiempo).


IV

SEMBLANZAS

ELLA

Hacer la justa alabanza
de su sin igual belleza,
decir hasta donde alcanza
su graciosa gentileza,
no cabe en una semblanza.

Sin embargo, he de decir
que es una rubia preciosa;
en el caminar, airosa;
elegante, en el vestir
y en el conjunto, preciosa.

Ni las palomas que tiene de nívea vestidura,
ni la harina rica y pura
que su molino contiene,
no le ganan en blancura.

Ni habrá quien pueda igualar
la majestad de su andar
ni quien su gracia supere,
ni quien impasible espere
las luces de su mirar.

Ni quien consiga a su lado
superarla en distinción,
laboriosa educación,
bondad, simpatía, agrado
y excelente corazón.

Ni quien, por fin, pueda hacer
que su belleza y valer
y sus encantos diversos
se encierren en unos versos,
cual yo quise pretender.

EL

Es de tipo distinguido,
joven, de luto, elegante,
siempre pulcro, siempre erguido;
es un jinete arrogante,
de blanco perro seguido.

Tiene unas viñas hermosas,
que el correrlas cuesta un rato,
y es chico culto y sensato,
que sabe, en todas las cosas,
donde le aprieta el zapato.

Ilustrado y laborioso,
trabajador y estudioso,
tiene ocupaciones cien,
y es lo raro y asombroso
que hace mucho y lo hace bien.

Y la verdad, cosa es tal
que choca a más y mejor,
pues no se explica, lector,
tener un nombre de fiesta
y ser tan trabajador.

No es del Ayuntamiento nada,
pues es joven todavía;
mas si se presenta un día,
tiene la elección ganada,
por su cultura y valía.

En resumen, que es un chico
ilustrado, guapo y rico,
y con bella prometida
Tiene veinte años y pico.
¡Oh, qué hermosa ques la vida…!

(Publicado en el número 9 de La Voz de Fitero, correspondiente al 2 de junio de 1912. ELLA era Joaquina Francés, y EL Domingo Huarte. Se casaron mutuamente y murieron hace tiempo).


V

SEMBLANZAS

ELLA

Joven, bella, simpática y graciosa,
ojos grandes que un hada envidiaría;
si mira, luce el alba y viene el día:
entórnalos, y es noche tenebrosa.

Figura señoril y majestuosa,
ingenua, se desborda en alegría,
no habiendo quien la bella simpatía
alcance de esta chica tan preciosa.

Agradable en su trato delicado,
gentil en el andar y en el tocado,
rubia, apuesta y bonita cual ninguna,
es el ensueño dulce del poeta,
divino ensueño de la mente inquieta,
allá en la noche bajo clara luna…

EL

Lo verás, arrogante y distinguido,
un día y otro día laborioso,
incansable, de fino y cariñoso,
siempre alegre y apuesto y bien vestido.

Arrancará del piano en el sonido
rumor que suena triste y cauteloso,
mas como tiene nombre belicoso,
a veces, ¡zas!, la tecla da un crujido.

Simpático de sobra e ilustrado,
mucho aprecio en el pueblo se ha ganado,
aprecio que, en verdad, merece el chico;

y siempre con elogio se le cita,
o cual modelo que a imitar incita,
resuelto, guapo, fino, culto y rico.

(Publicadas en el número 10 de La Voz de Fitero, del 9 de junio de 1912. ELLA Eloísa Pina, y ÉL José Luis Armas. Se casaron separadamente y murieron hace tiempo.)


VI

SEMBLANZAS

ELLA


Es muchacha distinguida,
de muy gentiles maneras,
y de arrogante figura
y de facciones perfectas.

De bella flor tiene el nombre
y aún más que la flor es bella,
canta muy bien, toca el piano
y es sencilla y es modesta.

Los que la ven, cuando cruza
la calle, linda y esbelta,
van recitando la copla,
mientras vuelven la cabeza:

¡Ay, Galicia de mi vida!
¿Ay, hermosa Pontevedra!,
quién estuviera en Galicia,
en medio de las gallegas.

EL

Es buen mozo y elegante,
buen aire, buena presencia,
es listo y aprovechado
y sabe mucho y enseña.

Algo le pasa en la vista,
que yo ignoro lo que sea,
pero es raro, porque gasta
lentes con intermitencias.

De músico tiene puntos
y sus rasgos de poeta,
pues toca en público el pito
y hace de algún himno letra.

Con los brazos hace cosas,
que llaman gimnasia sueca,
y se llama…, que lo diga
cualquier chico de la escuela.

(Fueron publicados en el número 41 de La Voz de Fitero, el 12 de enero de 1913. ELLA era Rosita Herrero, y EL Nicolás Jiménez. Los dos murieron: ella, soltera, y él viudo.)


VII

SEMBLANZAS

ELLA

Es de lo más elegante
que en la provincia se encierra,
con una cara que llama
la atención por hechicera.

Tiene unos ojos que atraen
y que, si los miras, ciegas;
mas, como las mariposas,
hay quien en ellos se quema.

Va, a veces, a la Montaña
y vuelve siempre más bella;
que le adornan de los montes
las lloviznas y las nieblas.

Vive en una casa propia,
en frente de las Escuelas…
¡Ay quién fuera mocetico,
para hacer “fuina” por verla!

EL

Es un muchacho arrogante,
de majestuosa presencia,
un “francés” por lo robusto,
un “ángel” por su belleza.

Chico de cultura y listo,
asuntos bien todos sabe,
dónde el zapato le aprieta.

A muchos miles de luces
las domina y las gobierna;
mas las luces de unos ojos
ya sé yo que le hacen mella.

Y por más que, por ahora,
no debe ser cosa seria,
como se meta en harina,
van a hacer la gran pareja.

(Publicadas en el número 43 de La Voz de Fitero, del 26 de enero de 1913. ELLA era Pilar de Amusátegui, y ÉL Ángel Francés. Ninguno de los dos se casó. El murió hace años, pero ella vive todavía en Madrid.)


VIII

SEMBLANZAS

ELLA

Siempre vestida
con elegancia,
lleva prendida
suave fragancia.

Aún no ha cumplido
los veinte abriles
y ha reunido
gracias a miles.

Es muy sencilla,
muy menudita,
muy morenilla,
muy rebonita.

Tiene belleza,
tiene cultura,
tiene fineza,
tiene hermosura,
miles de duros,
casas y coches,
ojos y coches,
ojos oscuros,
como dos noches;

cual los abismos,
de negro el pelo
y a sus pies mismos,
el terciopelo,

pues ricas cosas
tiene en su tienda
que más valiosas
no hay quien las venda.

EL

Alto, delgado,
tipo arrogante,
muy estirado,
muy elegante.


Como no es tonto,
tiene carrera
que hizo más pronto
que otro cualquiera;

y hoy sus causantes
de malos ratos
son los purgantes
y los ceratos.

Cosas escribe
de las montañas,
porque él se vive,
por sus entrañas;

por oquedades
y grutas muertas,
de otras edades
señales ciertas,
rompe las botas,
busca los hados
y coge notas
y constipados.

Y esas empresas
por estas planas
se ven impresas,
muchas semanas.

(Publicadas en el número 44 de La Voz de Fitero, del 2 de febrero de 1913. ELLA era Isabel Armas, y EL Luis Palacios. Los dos murieron: ella soltera, y él casado.)


DE AQUÍ Y DE ALLÁ

Para D. Raimundo García, en Diario de Navarra

Apreciable Garcilaso:
Dispensad si me propaso
a molestar su atención,
con la adjunta invitac ión,
de ripios mil y arte escaso.

Pero como sé que vos
vais, con pluma de oro, en pos
de nuestras navarras cosas,
que aquí, para entre los dos,
son cual ningua grandiosas,

no puedo menos de hablar
de cierta joya escondida,
al fin de nuestro solar,
que veo se os olvida
y os la voy a recordar.

Donde los valles frondosos
terminan de nuestra tierra,
dos edificios grandiosos,
se alzan, al pie de la sierra,
entre riscos majestuosos.

Son unos baños termales,
con sus aguas minerales,
de fama reconocida,
que curan diversos males
de los que amargan la vida.

Son los Baños de Fitero,
que conoce el mundo entero,
por sus aguas prodigiosas,
en donde emerge el venero
de las curas portentosas.

Y aquí de la invitación
que en el principio os decía:
en estos Baños, un día,
le espero sin remisión,
y sin miedo. (Hay agua fría).

Y conste que la visita
nunca os habrá de pesar,
pues aquí vais a encontrar
másd ede lo que necesita
quien más pueda desear.

¿Padecéis enfermedades…?
Pues de seguro aquí mismo,
dejáis gota, traumatismo
y demás atrocidades
de las que acaban en ismo.

¿Sois químico…? Sin reparos,
aquí encontraréis argón,
helio, polonio y neón,
los llamados gases raros,
que de nombre sí lo son.

¿Tenéis algo de torero…?
Pues veréis dónde Espartero
y Pastor y Machaquito
y el Algabeño y Zurito
se curaron en Fitero,

¿Sois poeta? Yo os diré
en donde Bécquer dormía
y el Miserere escribía,
y hasta os enseñaré
la soberana Abadía.

Creo que ya habréis notado
que lo que llevo explicado
merece, en esta ocasión,
que aceptéis la invitación,
que os mando a ripio airado.

Y es que os quiero ofrecer
cosa que vale la pena.
Con que nada, hasta más ver
y mientras a disponer
de
El Gallo de la Malena.

(Composición aparecida en el número 72 de La Voz de Fitero, el 17 de agosto de 1913. “El Gallo de la Melena” era el seudónimo que usaba, a menudo, Pelairea, en sus versos festivos, referentes a Tudela, publicados en La Ribera de Navarra.)


¿A DÓNDE VAMOS?

Se puede decir al punto,
en tres docenas de versos,
a dónde debemos irnos
las personas de Fitero.

Los aguadores, al Cubo;
a los Blancares, los negros;
los tramposos, al Paguillo;
al Carril, los frioleros;
a la Fuente la Salud,
todos los que están enfermos;
los novios, a Solosoto;
al Callejón, los toreros;
los sosos, a la Salmuera;
a la Mina, los mineros;
a la Fuente del Obispo,
los que son algo del clero;
a los Cerraos, los tacaños;
al Castillo, los guerreros;
a la gran Sacristanía,
el “Poba” y sus compañeros;
a la Picota, los malos;
al Guache, los que son puercos;
los “Ranas”, a los Charquillos;
a los Plantaos, los esbeltos;
a la Morería, quintos
de los del actual sorteo;
a la Nevera, los músicos,
que están una miaja ardiendo;
al Vinagre, muchas chicas
que se lo beben sin miedo;
a la Presa, a terminarla,
cualquier día todo el pueblo;
a la Fuente el Capitán,
el que reclame algún censo;
a la Abejera, los zánganos;
a los Mojones, los secos;
a Horcajadas, los jinetes;
a Santa Lucía, ciegos;
a la Madera, “Mil hombres”;
a las Roscas, los hambrientos;
a San Sebastián, los Ryes;
al Cogotillo, los “piejos”;
y yo a la Plaza de los Árboles,
a por sombra, que no tengo.

(Publicado en el número 1 de Fitero Mercantil, en el mes de abril de 1915.)


COPLAS

Presas largas tiene el Tajo,
presas largas tiene el Ebro;
pero, para presa larga,
la del Alhama en Fitero.

Como que aquí se ha sabido
que el Boticario se va,
ya le han pedido los mozos
que no se lleve el cañal.

La parcela de la Dehesa
de trigo me la sembré
cuando venda la cosecha,
automóvil compraré.

En el león de la Fonda,
fue a echar una carta Pablo,
y dice que no llegó…
¡Claro, como está tan alto!

Ponen módulo a la Presa,
Exacto, sensible y fino.
¡A que resulta que el agua
la miden mejor que el vino!

Vino aquí un ilusionista
que trabajaba muy bien.
Para ilusionistas, esos
que han venido a lo del tren.

(Publicadas en el número 2 de Fitero Mercantil, noviembre de 1917.)




VERSOS DE LUIS PALACIOS PELLETIER

         En las páginas 194-195 de nuestro Poemario fiterano, hicimos una amplia reseña biográfica y bibliográfica de este distinguido fiterano (1895-1947). Por lo que sólo recordaremos ahora que hizo la carrera de químico-farmacéutico en la Universidad Central de Madrid, llegando a ser vicepresidente de la Real Academia de Farmacia y presidente de su Sección de Historia. Fundó en 1926, los Laboratorios Pelletier de Madrid y obtuvo el Premio Carracido de Farmacia en 1932. Publicó alrededor de una quincena de libros y flolletos sobre temas profesionales y colaboró en “El Debate” de Madrid. En su juventud fue uno de los principales colaboradores de “La Voz de Fitero”, firmando algunas veces con su nombre y, la mayoría, con el seudónimo de “El Duende del Cortijo”. No era precisamente poeta, pero escribió en este semanario cinco composiciones en verso, a imitación de las Semblanzas de Alberto Pelairea: cuarto, bajo el título de Sección de ripios- Tipos, con el seudónimo de “La Bruja de la Candileja”, y un Acertijo, con el de Otro de Valde…
         A continuación las ofrecemos a los lectores.


ACERTIJO

Navarro, de Tudelica,
menudico y muy nervioso,
poeta de musa rica,
concurrente a la Botica,
fraseador ingenioso.

Músico de corazón
y devoto de Talía,
goza de fama con razón,
en una y otra afición,
de bien probada valía.

Sabe jugar al billar
y también a la pelota,
y la guitarra tocar
y Baños administrar
y baila muy bien la jota.

Quiere mucho a Cataluña
y le encanta la sardana;
pero es patriota de Iruña,
la vecina de Gascuña,
de Navarra soberana.

Con sus lentes forcejea,
por sostenerlos en vano,
pues la nariz le escasea.
Póngase gafas y vea
de darle paz a esa mano.

¿Lo aciertas, lector querido?
¿Sabes ya quién es el hombre?
Cuando te hayas aburrido,
ven y bajito al oído
te revelaré su nombre.

(Su nombre era don Alberto Pelaire Garbayo. Apareció esta composición en el número 9 de La Voz de Fitero, correspondiente al 2 de junio de 1912.)



D) SECCIÓN DE RIPIOS

I

TIPOS

Es apuesto y arrogante
y casado y no vidente,
y confecciona un purgante,
que toma toda la gente.

Tiene drogas y lejía,
y perfumes y ceratos,
y vende más cada día,
porque los da muy baratos.

Tiene remedios sin cuento,
para muchísimos males,
y hacen prodigios –no miento-
sus bálsamos infernales.

Su ilusión es el invento,
como los hechos lo prueban,
pues se cuentan más de ciento
los que su apellido llevan.

Con la Crema y la Neurosa,
el Dermógeno y el Thé,
puede transformarse hermosa
la joven que no lo esté.

Por la Reuma y Pechos,
las narices y los codos,
tiene dos productos hechos
que valen casi por todos.

Hace prodigios su Cal,
tomándola con cuidado,
y aunque te parezca mal,
alivia… lo ya curado.

Para las Rijas y Callos,
Almorranas y Cojeras,
hace un bálsamo de tallos
que cura, pero de veras.

Hace también granulados,
con la Cal y con la Kola,
y son ya mil los curados,
según opina la Pola.

En su tartana, a diario,
hace su mente labor
y publica un semanario,
que no puede ser mejor.

Del uno al otro confín,
anda su fama ambulante,
y el mundo se ha percatado
que, do las Píldoras Pin.

No quitan ningún dolor,
su famoso Thé Purgante
limpia, fija y da esplendor.

Si después de tanto texto,
no sabes a quién retrato,
perdona si te molesto,
o no sabes lo que es esto
y eres más que mentecato.

(Publicados en el número 10 de la Voz de Fitero, del 9 de junio de 1912. El retratado era el farmaceútico local, don Fernando Palacios Pelletier.)


II

TIPOS

Voy, en versos rimbombantes
a pintarte, convencido
que no serán redundantes
los rasgos del parecido.

Eres joven, viudo y rico,
fabricante y jabonero
y sé que te gusta, chico,
el gastar bien el dinero.

Que tienes auto y dos coches,
y doncellas y lejía,
y sueles algunas noches,
hacer de las idem día.

Que tienes linaza y grasa,
y luz y pienso de coco,
y vives en una casa,
que tiene a la entrada, un foco.

Que tienes, para borrar
las manchas de la conciencia
un Pinta azul ultramar,
aprobado por la ciencia.

Que fabricas un flotante,
superior jabón de aceite,
que emplean hasta en Cascante
los barberos en afeite.

Tu mente trabaja y mina
y progresa y no está quieta,
y fabrica glicerina,
que el litro das a peseta.

Hoy vendes en Zaragoza
tus jabones a montón
como que al Ebro no hay moza
que no lleve tu jabón.

Por el pueblo se te casa,
y eso, claro, no lo creo
casarse Jesús, qué guasa
si ese es el viejo más feo…

Y aquí muere la canción
pues sacar me da reparo
más cosas a colación:
que eso está mal en Gijón,
en Tulebras y en Alfaro…

(Publicados en el número 11 de La Voz de Fitero, el 16 de junio de 1912. El aludido era el industrial Gervasio Alfaro.)


III

TIPOS

Es anciano respetable,
bajo, grueso y bien formado,
que, con su faz venerable,
y su carácter afable,
tiene a todos cautivados.

Tiene alambique y molino
y preside varias juntas
y tiene en ello tal tino
que a cualquiera que preguntas,
te ensalza su trato fino.

Es amable y cariñoso,
tratable y muy servicial,
culto, fino y laborioso
y, aunque parezca muy mal,
en ocasiones, curioso.

Vive en deliciosa villa,
situada en bello paraje,
y el río duerme a su orilla,
entre encantador ramaje,
cual coquetona chiquilla.

Es abuelo ya preveo,
sin tirarme de andaluz,
que como viva, le veo,
aunque lleve bien la cruz,
con biznietos a voleo.

(Publicados en el número 12 de La Voz de Fitero, el 23 de junio de 1912. El aludido era el industrial don Juan Cruz Lahiguera.)


IV

TIPOS

Hace tiempos que pensé
en hacerte una semblanza;
y, a la verdad, que no sé
el por qué de la tardanza.

Unas veces, por calor,
y otras veces, por esplin
o me faltaba el humor
o me sobraba el magin.

Mas hoy un rato te presto
y por mor de la venganza
no condenes la semblanza,
pues es cosa que detesto.

De tu arrogancia y buena porte
y continente gallardo
son espejo claro y norte
las coplejas de esta bardo.

En tiempos, fuiste un sastre
de lo mejor de Fitero,
y por fin, lo diste al traste,
para hacerte cafetero.

Cortabas a perfección
levitas y pantalones
y llamaba la atención
la gracia de tus blusones.

Cortabas lo que hay cortable
en el arte de Campillo
y, por seguir siendo amable,
sigues cortando a porrillo.

De tus jotas la canción
escucho, pues es primor
el oír con atención
tu egregia voz de tenor.

Eres amable y bromista
y de trato no ordinario
y furibundo carlista,
aunque digas lo contrario.

Y termino la canción
asegurando con fe
que, en ninguna población,
se toma tan rico té
como el que da tu café.

(Se trata del cafetero Telesforo Álvarez, cuyo establecimiento estaba instalado en la calle Mayor, número 2. Estos versos fueron publicados en el número 17 de La Voz de Fitero, correspondiente al 28 de julio de 1912.)



Versos de Serafín Inúñez Fernández


         Hace más de treinta años que, en los Programas de las Fiestas, aparecen esporádicamente versos sencillos, pero sentidos, que gustan a los vecinos del pueblo.  Su autor es Serafín Inúñez Fernández, un antiguo carpintero ebanista, con inquietudes culturales, autodidacta y buen aficionado a la música, al teatro y a la poesía. Nación en Fitero en 1896 y ahora vive retirado, en la Residencia de la Seguridad Social de Borja. De temperamento bohemio, le resultó pronto estrecho el horizonte del pueblo y residió sucesivamente en Bilbao, Madrid, Biarritz (donde se casó con una fiterana), Burdos, Barcelona, Rosas y Zaragoza, donde trabajó últimamente en los Talleres Escoriaza. Fue cómico de la lengua y de compañías más importantes, y animador y organizador de cuadros artísticos en Francia y en España. He aquí algunas muestras, muy fiteranas, de su ingenio.

DIÁLOGO CAZADO A LAZO
-         ¡Adiós, Paco!
-         ¡Hola, Manolo!
-         ¡Qué vida llevas, caramba!
-         Regularcilla; ¿y la tuya?
-         La mía, buena, a Dios gracias.
-         Tenía ganas de verte.
-         Yo también tenía ganas
de echarte la vista encima,
pa charlar con ti unas miajas.
-         Ya me figuro de qué.
-         A ver si lo aciertas. Anda…
-         De las Fiestas de Fitero.
-         L´has dau en metá la diana.
-         Como que soy cazador…
-         De regadío…
-         Y de montaña.
-         Bueno, vayamos al grano.
-         Sí, sí; dejemos la paja.
-         ¡Si vieras, chico, qué fiestas
las que, este año, se preparan!
Según paice, van a ser
como nunca de sonadas.
-         Y eso, tú, ¿cómo lo sabes?
-          Anda éste por el Pograma
qu´hi recibido del pueblo,
justamente ayer mañana.
Tú, como buen fiterano,
Seguro es qu´irás sin falta.
-         Pues no lo sé entodavía.
-         Too depende de la pasta.
-         - ¿Qué pasta ni qué narices?
Si no necesitas nada
más que p´al viaje, y eso
de cualquier parte se saca.
Y si no, a último remate,
se va uno, aunque sea a pata.
-         ¡Hombre!
-         No seas cobarde.
Sabes que allí nos aguardan
la familia y los amigos,
con la alegría en la cara,
el corazón en la mano
y la emoción en el alma,
dispuestos a agasajarnos
y a hacernos feliz la estancia;
y a la vuelta, prepararnos
un saco, cesto o canasta,
con sabrosos comestibles,
lo menos, pa una semana.
-         Es verdá, no digas más.
-         ¿Te decides?
-         ¡Naturaca!
Solo por ver la Patrona,
nuestra Virgen de la Barda,
tan resalada y hermosa,
tan buena, ¡TAN FITERANA!,
se pueden pasar a gusto
aún las penas más amargas.
-         Muy bien dicho.
-         Y además,
por ver a nuestras muchachas,
que son, chico…
-         Lo sé, Paco:
¡la nata y flor de Navarra!

(Publicados en el Programa de Fiestas de 1951)


COPLAS FITERANAS
No hay pueblo como mi pueblo
ni tierra como mi tierra
ni Virgen como mi Virgen
tan requeteguapa y buena.

Es esta villa navarra
famosa en el mundo entero,
por su historia, por sus Baños
y su antiguo monasterio.

Para ver bonitas fiestas,
no hace falta ir a Pamplona;
mejores que las de aquí
no esperéis encontrar otras.

Quiero decirte cantando,
         Virgen Santa de la Barda,
que, como buen fiterano,
te llevo dentro del alma.

Cuatro cosas se precisan,
para pasar bien las fiestas:
buen humor, buen apetito,
“conocimiento” y pesetas.

Piensen los mozos del “bolo”,
al detener a la Banda,
que si es corto, el “parón”, gusta;
pero, si es muy largo, enfada.

Las muchachas de esta villa
mira si son resaladas,
que sazonan las comidas,
solamente con mirarlas.

Forastero que a Fitero
viene en plan conquistador,
al fin, es él conquistado
por un fiterano amor.

Aunque los tiempos no están
para huéspedes ni gastos,
a nadie le duele en fiestas
gastar con ellos los cuartos.

Quien viene por vez primera
a las fiestas de Fitero,
ya no falta ningún año;
y si falta, cae enfermo.

Los mozos en las capeas
son valientes y atrevidos;
¡y hay que ver qué bien torean
algunos… desde el tendido!

Hay quien se empeña en lucirse,
toreando de muleta;
arranca el bicho, lo engancha
y lo manda a otro planeta.

Calle Mayor de Fitero:
puedes estar orgullosa
de verte tan paseada
por la alegre gente moza.

Bailando en la Vega un día,
alrededor del caldero,
me enamoré, vida mía,
de tu gracia, y tu salero.

(Publicadas en el Programa de las Fiestas de la Vírgen de la Barda, en 1957)


CARTA ABIERTA A MIS SIMPÁTICOS PAISANOS

(Fragmento)

Estimados fiteranos:
Allá va, en lugar primero,
los saludos más cordiales
para todos, con mi afecto
y un abrazo fraternal,
que es cuanto yo daros puedo
la presente carta abiertatiene por mayor objeto
felicataros las fiestas
que pronto darán comienzo:
las que, como año tras año,
desde ya lejanos teimpos,
organiza cuerdamente
la Comisión de Festejos
de aquesta villa navarra,
en honor, gloria y recuerdo
de la Virgen de la Barda,
orgullo y encanto nuestro,
a quien con fe veneramos
y a quien por Madre tenemos
y también a San Raimundo,
abad e Hijo predilecto
de esta villa, cuya historia
todos, de fijo, sabemos
siendo así, no es de xtrañar
que vuestro mayor deseo
sea, en tan dichosos días,
dar rienda suelta al contento
divertíos, pues, amigos,
sin desmayar un momento,
guardando las buenas formas,
evitando todo exceso,
dando pruebas de civismo,
de educación y respeto
a gozar tocan, señores
a divertirse sin miedo
que más tarde, ya sabeis:
a “currelar”… ¡Qué remedio!

No he de terminar la carta,
sin expresar mis deseos
de que podáis disfruarlas,
un ciento de años, lo menos

y aquí, por fin, me despido,
con un apretón bien “preto”
y un fuerte “Viva la Virgen
de la Barda de Fitero!

(Publicada en el Programa de Fiestas de 1975)




ELOGIO DE LOS MOZOS Y LAS MOZAS DE FITERO

(Fragmento de Fiestas Patronales Fiteranas, tomado del Programa de 1977)

¿Son valientes? Como pocos.
¿Fanfarrones? Unas miajas.
¿Arrogantes? De eso, nada.
¿Trabajadores? Un rato.
¿Galantes? Con las chavalas.
¿Son bebedores? Como pirulos.
-sin pasarse de la raya-.
¿Bailan bien? Como pirulos.
¿Y cantar? ; Más que las ranas.
¿Formales? Siempre lo fueron.
¿Son finos? Como la pana.
¿Desprendidos? Mayormente.
¿Y nobles? Son… ¡de Navarra!
¿Qué diremos de las mozas,
que tú no sepas, Tomasa?
La peor… ¡jamón serrano!
La mejor… ¡No hay comparanza!
¿Son esbeltas? Cual palmeras.
¿Cariñosas? Cosa bárbara.
¿Dóciles? Como corderas.
¿Y dulces? Miel de la Alcarria.
¿Gastadoras? Lo preciso.
¿Garbosas? Como azafatas.
¿Son alegres? Por arrobas.
¿Graciosas? Por toneladas.
¿Calladicas? Cuando duermen…
(si no sueñas en voz alta).
¿Pastrijeras? ¿Quién lo ha dicho?
¡Pobrecitas de mi alma!
¿Y devotas? Sobre todo,
de la Virgen de la Barda.
¿Son fieles? Toda la vida.
¿Amantes? Sí, de su casa.
¿Y coquetas? Mucho poco.
Son mujeres… y eso basta.
Con todas estas virtudes
y otras muchas que se callan,
no es posible que, en el mundo,
mejores personas haiga.
Entonces ¿porqué hay algunos
que van “afuera” a buscarlas,
cuando aquí mismo las tienen
ta simpáticas y guapas?
La verdad, no me lo explico.
¿Tendrán, tal vez, cataratas?



SONETO ELEGÍACO

A la muerte del maestro compositor fiterano, Lorenzo Luis Yanguas.

Consagraste tu vida por entero,
con pasión, entusiasmo y valentía
a la música, y son tus melodías,
de notas inspiradas un reguero.

Poeta popular más que coplero,
ocurrente y bromista, si otro había,
por tu valer y por tu simpatía,
fuiste orgullo del pueblo de Fitero.

Conmovidos ante el trance luctuoso,
al saber que por siempre te has marchado,
te envío, como amigo afectuoso,

Mi postrero recuerdo emocionado.
Recíbelo, Maestro, y que el reposo
a tu alma el Dios justo haya otorgado.

Rosas (Gerona), octubre de 1946



Versos de Anselmo Pérez Lacarra


         Anselmo Pérez Lacarra nació en Fitero en 1908. A los dieciséis años, ingresó en el Colegio de los Hermanos de Lasalle de Barcelona, donde hizo estudios de profesor de segunda Enseñanza, que ejerció luego en la Republica Argentina, alrededor de 23 años. Regresó a España al final de la década de 1940 y fue, durante algún tiempo, subdirector del Colegio Lasalle de Zaragoza. Actualmente vive retirado en Barcelona, donde dedica sus ocios a la poesía. A continuación, insertamos dos poemas suyos, relativos a Fitero.


I

A LA SANTÍSIMA VIRGEN DE LA BARDA

Bella rosa entre las rosas,
lucero entre los luceros;
Eres galana y hermosa,
bella Reina de Fitero.

Yo te amo, yo te quiero,
Madre tierna y amorosa,
como un hijo de Fitero
a su más preciosa joya.

A tu camarín me acerco,
con el más vivo cariño
y la franqueza de un niño
que vio la luz en Fitero.

Cubre siempre con tu manto
protector a nuestro pueblo,
mientras gozoso yo canto
lo mucho que a los dos quiero.

Lo mejor del mundo entero
eres Tú, Madre querida,
que las penas siempre alivias
a los hijos de Fitero.

Eres amor y esperanza.
Eres brillante lucero.
La felicidad alcanza
contigo nuestro Fitero.

Eres bello cielo abierto,
que nuestro destierro abriga,
y brújula que nos guía
en nuestro oscuro sendero.

Con tu carita de cielo,
alumbras al mundo entero
y derramas tu consuelo
a este pueblo de Fitero.

Amar a Dios y a tu hermano
es mandamiento primero.
Tu santo nombre invocando,
se amen todos en Fitero.

Al dejar el triste suelo,
cúbrenos con tu gran manto
y condúcenos al cielo,
do alaban a Dios los Santos.


II

A LA SANTA CRUZ DE LA ATALAYA
(Acróstico)

¡Salve, mi santa Cruz de la Atalaya!
A tu sombra benéfica me acerco,
levantando mis ojos hacia el cielo.
Vendrá contigo paz y gran consuelo.
en este valle de abundantes lágrimas.

Seguros de llegar a feliz puerto,
Al ver tu santa y redentora Cruz,
No tememos a la angustiosa muerte.
Todo tu sombra lo convierte en luz,
Al darnos la esperanza como suerte.

Caminamos a oscuras en la vida,
Revueltos entre penas y dolores,
Usamos de la vida conflictiva,
Zarandeados en miles de ocasiones.

Dejamos lo seguro por lo incierto,
Escuchando unas voces traicioneras.

Levantamos altares a quimeras,
A menudo aventadas por el viento.

A tus plantas, Señor, puestos de hinojos,
Tus hijos imploramos el perdón;
A tu Cruz vamos, con llorosos ojos,
La gracia mendigando de tu amor.
Alabada sea tu santa Cruz
Y que el pueblo acuda siempre a ella,
Alumbrando sus mentes con su luz.

Salvemos tu Cruz santa y redentora.
Alivia a este pueblo de Fitero,
Sanando sus heridas de alma y cuerpo.
Vivan sus hijos con los ojos fijos
En tu cruz santa que los lleve al cielo.


VERSOS DE MANUEL GARCÍA SESMA



I

CARRETERA DE HOSPINETE[2]

Carretera de Hospinete
solitaria, limpia y bella:
No saben lo que se pierden
los que nunca te frecuentan.

Eres fuente de salud,
de agilidad y deleite;
das fortaleza a los cuerpos
y claridad a las mentes.

El aire que se respira,
recorriendo tu trayecto,
tonifica el corazón,
los pulmones y los nervios.

Los músculos endureces,
la circulación activas,
combates la inapetencia
y quemas grasas nocivas.

Las mozas que te frecuentan,
para conservarse hermosas,
no necesitan potingues:
con tu oxígeno les sobra.

Y hasta para que los viejos
no pierdan la agilidad,
los paseos por tu pista
son un remedio ideal.

Tu silencio no perturban
los ruidos de los vehículos
ni tu atmósfera envenenan
sus densos gases mefíticos.

Y ni cuando el cierzo azota
el rostro del paseante,
levanta el menor polvillo
que sus pulmones ataque.

Sus dolencias han curado
más de un vecino y vecina,
recorriéndote a diario,
desde el Puente hasta Rosquillas,

pues eres el gran remedio
contra la arterioesclerosis,
la obesidad, las varices,
la astenia y tuberculosis.

Además tus perspectivas
constituyen un encanto
para los que las contemplan,
su belleza penetrando.

¿Quién no admira la muralla
inmensa del Pirineo,
chisporroteando nácar,
del sol a los reverberos?

¿O el gran manto verdeante
del monte de la Atalaya,
que perfuman los alientos
de los pinos de sus faldas?

¡O el arcón de Peña Isasa,
la higa de Monreal,
los altos de Peñarroya
o del Valderomeral?

La Cueva del Maculet
y sus peñascos negruzcos
recuerdan de los iberos
los primitivos refugios;

y las conchas de los fósiles
del alto de los Blancares,
la época en que hasta allí
llegó el agua de los mares.

La cañada del Alhama
y los campos del Combrero
son siempre para la vista
un motivo de embeleso;

y el collado de Valdeza
y sus desiertos rincones,
un lugar para perderse
en hondas meditaciones.

Yo he sorprendido a las brujas
agazapadas en Roscas,
esperando, para huir,
la caída de las sombras;

y a los tordos que se posan
sobre los viejos olivos,
alzar el vuelo en bandadas,
al rasgar el aire un tiro.

Las ruinas aún erguidas
de la Casa de Hospinete
evocan las de un castillo
señorial del siglo trece;

y tus acequias, pilones
y retorcidos senderos,
la memoria de los moros
que labraron estos cerros.

¡Y cómo a mí me recuerdas
a mis padres y a mi hermano,
que te hollaron tantas veces,
en cada estación del año!

Quien se pasea en otoño,
por tu alfombra serpentina,
admira la pompa verde,
roja y azul de tus viñas.

El que lo hace en invierno,
contempla tus olivares,
que ofrecen sus aceitunas,
como perlas de collares;

y en primavera es tu ruta
una gran feria de flores,
que ofrendan al viandante
tus llanos, cuestas y montes.

Los tempraneros almendros
se visten de rosa y plata;
de armiño y jade, los peros;
y de oro, las aliagas.

Y es un placer acercarse
a tus ribazos floridos
y embriagarse del perfume
de romeros y tomillos.

Sólo en verano, de día
y a pie, no hay que recorrerte,
por el sol abrasador,
que quema a todo Hospinete.

Pero aún entonces agrada
trasladarse al Pilón Grande,
en un rápido vehículo
y en sus aguas refrescarse;

   o       bajar al Nacedero
y sentarse a sus orillas
y sorprender en sus cuevas
a sus náyades esquivas;

   o       bien escalar tus lomas,
a la salida del sol,
y otear el horizonte
grandioso y deslumbrador.

Así, pues, en todo el año,
tienes atractivos bellos,
para los que te recorren,
en busca de algún recreo;

pero de septiembre a mayo,
eres sin duda la ruta
más amena y saludable
de nuestra villa vetusta.

Carretera de Hospinete,
solitaria, limpia y bella:
No saben lo que se pierden
los que nunca te frecuentan.

Mas yo, mientras tenga fuerzas,
siempre te recorreré,
porque eres fuente perpetua
de salud y de placer.


II

EL SOBRECITO DE TENA

Circula en Fitero un sobre,
desde hace unos cuantos años,
que, como en Lourdes y en Fátima,
operando está milagros.

A los pobres hace ricos;
a las feas hace guapas,
y hasta el interior renueva
de las más ruinosas casas.

¡Oh!, ¡qué milagros opera
el sobrecito de Tena!

Barrios flamantes al norte
del pueblo se han construido,
sin cuidarse de los riesgos
que representa el Olmillo.

Antes, una casa nueva
se hacía, cada diez lustros,
para albergar por igual
a la familia y al burro.

¡Oh!, ¡qué milagros opera
el sobrecito de Tena!

¿Quién comía antiguamente,
en nuestro pueblo, jamón?
Tan sólo los que mataban,
por San Martín, un lechón.

Pero hoy el jamón, el pollo,
la merluza y la ternera
tiran, en sus bocadillos,
los niños de las escuelas.
¡Oh!, ¡qué milagros opera
el sobrecito de Tena!

Media docena de coches
había antaño en el pueblo,
que sólo para viajar
utilizaban sus dueños;
mas hoy abundan los Seat,
lo mismo que los espárragos
y hay no pocas que los usan,
para ir a misa los sábados.

¡Oh!, ¡qué milagros opera
el sobrecito de Tena!

Una vez, con un pimpollo
me tropecé, de INITESA,
tan linda y tan bien vestida
que parecía una reina.

Luego, supe, con asombro,
que vivía en el Cortijo,
donde antaño se veían
sólo muchachas con pingos.

¡Oh!, ¡qué milagros opera
el sobrecito de Tena!

Había antes muchas hijas
de familia numerosa,
que, en sus casas, se aburrían,
lo mismito que las ostras;
pero ahora se dedican
a hacer solapas y ojales,
y son clientes asiduas
de discotecas y bares.

¡Oh!, ¡qué milagros opera
el sobrecito de Tena!

Sobre todos los tejados,
aunque hay alguna excepción,
se elevan hogaño antenas
de radio y televisión.

Así que, hoy día, en Fitero,
todo el mundo mete ruido:
lo que sólo hacían antes
unos cuantos señoritos.

¡Oh!, ¡qué milagros opera
el sobrecito de Tena!

Conrado estaba cansado
de quebrarse los riñones,
trabajando en Majarrasas,
en Cascajos y Abatores;
pero, un día, en INITESA,
entró como planchador,
y hoy camina bien erguido
y viste como un señor.

¡Oh!, ¡qué milagros opera
el sobrecito de Tena!

Leonor era una chica
pobre de bolsa y de garbo,
condenada fatalmente,
de por vida, a vestir santos.
Mas como, en la misma empresa,
corta ahora pantalones,
le salen más pretendientes
que a las patatas hijones.

¡Oh!, ¡qué milagros opera
el sobrecito de Tena!

En fin, los sobres de Tena
se obtienen por un trabajo,
que hace ganar a la empresa
sus milloncejos por año;
mas contienen, a su vez,
verdes y azules billetes,
que a sus obreros permiten
vivir decorosamente.

¡Oh!, ¡qué milagros opera
el sobrecito de Tena!


(Composición humorística, publicada en el Programa de Fiestas de 1977).



 

LA CUEVA DE LA MUCHACHA [3]


En el Barranco del Lindo,
hay una cueva roquiza:
la Cueva de la Muchacha,
que apenas es conocida.

Su acceso no es nada fácil,
si no se va con un guía,
pues su terreno escarpado
tiene solo una sencilla.

No es una cueva corriente
- una cavidad sombría -.
sino un cobertizo abierto,
con techo de roca viva.

Las Tres Papachas de Roscas,
desde le Poniente, vigilan
el hondo despeñadero
y sus negruzcas guaridas;
sobre todo, desde que
una horrible fechoría,
la Cueva de la Muchacha
presenció, despavorida.

Fue hace más de dos siglos,
en el mes de las vendimias.
Con su amo, Martín Bayo,
en una quebrada finca,
por el término de Roscas,
vendimiaba Manolita.

Tan solo catorce años
contaba entonces la  chica,
del pueblo de San Felices
hacía un año, venida.

Manolita era un pimpollo
de sonrosada carita,
de largos cabellos rubios
y de azuladas pupilas.

Aparentaba más años,
por estar muy crecidita
y porque sus faldas largas
más espigada la hacían.

La chica era recatada
e irradiaba simpatía:
una simpatía pura,
ajena a toda malicia.

Junto al Barranco del Lindo,
situada estaba la viña;
y en mala hora, un domingo,
se le ocurrió a Manolita
curiosear tal paraje,
sin ninguna compañía.

El campo estaba desierto.
Ni una sola voz se oía;
pero sigilosamente
alguien sus pasos seguía.

Llovió y ella cobijóse
en la guarida fatídica,
cuando un repugnante sátiro
se descolgó desde arriba.

Lo mismo que un lobo en celo,
se arrojó sobre la chica,
saciar intentando en ella
su desatada lascivia.

Pero ella se resistió,
con todas sus energías,
y el bárbaro degollóla,
con una navaja fina.

¿Quién fue el bestial asesino...?
Jamás se supo en la Villa.
Al no volver a la casa,
Martín Bayo y su familia,
los guardas y otros vecinos
la buscaron a porfía.

Y la hallaron finalmente
en la siniestra guarida,
LA CUEVA DE LA MUCHACHA,
llamada desde aquel día.

***

¡Ay! joven de San Felices,
desgraciada Manolita,
sacrificada en Fitero,
igual que una corderita:
que el cobarde y criminal
que te arrebató la vida,
arda siempre en el invierno,
como una tea encendida.

(Romance publicado en el Programa de las Fiestas de 1980. Está inspirado en una partida del Libro II de Difuntos, f. 54, nº 137 del Archivo Parroquial, que dice así: “El 23 de Octubre de 1750, se enterró una muchacha, natural de Sailices, llamada Manuel, que era de edad como de 14 años y servía encasa de Martín Bayo, y el día 22, se halló el cadáver en unas cuevas que están sobre un barranco, que hay más allá de Cascarrales y cerca de un pontigo y pasa el agua de Cueva Murillo, y en dicha cueva, estaba la muchacha degollada, y se halló en postura que denotaba haber muerto, defendiendo su honor, y se enterró en el cementerio, cerca de la esquina del rincón de María Sánchez.”
        Firma: Fr. Lorenzo Íñiguez, Vicario de Fitero.
        La muchacha se llamaba María Manuel Cabello Lalinde y había sido bautizada en San Felices, el 17 de mayo de 1736.)


IV
ELEGÍA FITERANO-MEXICANA

A la memoria del distinguido médico fiterano, Dr. Mariano Val Chivite, fallecido en Tacámbaro (Michoacán), el 31 de enero de 1945.

¿Recuerdas nuestra última entrevista
allá, en nuestro país?
España entera estaba  en pie de guerra,
y a su frente, Madrid.

Ni tú ni yo pudimos sospechar,
en aquella ocasión,
que ya no volveríamos a vernos,
hasta el día de hoy.

¿A vernos? No; a encontrarnos tan solo,
al cabo de once años,
de aventuras, de guerra y de destierro,
de este modo dramático:

Tú, debajo de esta losa extranjera,
durmiendo el sueño eterno;
yo, emocionado y mudo, frente a ella,
viviendo tu recuerdo.

Pero, ¿qué importa el sitio en que se cae?
Lo que importa en la tierra,
es trabajar y luchar sin desmayo,
por hacerla más bella.

Y tú luchaste así, caro Mariano,
con fe y con lealtad.
Tú te portaste siempre como un hombre.
Adiós. Descansa en paz.

Panteón Español en México, Distrito Federal.
1 de noviembre de 1947.


V

CANCIÓN DE PRIMERA COMUNIÓN

A la niña María Luisa Fernández Fernández, en el día de su Primera Comunión, celebrada en la iglesia parroquial de Fitero, el 8 de mayo de 1975

¡Qué bonita estás, Marisa,
con tu espléndido vestido!
¿Con quién te compararé,
para celebrar tu hechizo?

¿Con una rosa de mayo,
que abre su linda corola
a los besos y a los rayos
deslumbrantes de la aurora?

¿Con una frágil Infanta,
que, en un jardín imperial,
luce su gracia y sus galas,
junto a un pavo real?

¿Con una estrella brillante,
que, en una noche de abril,
fulgura como un diamante,
en el firmamento añil?

¿O bien con un angelito,
de los que a Dios acompañan,
igual que los que Murillo
y el Angélico pintaran?

Pues no lo sé, niña tierna,
puesto que, a la vez, pareces
infanta, rosita, estrella
y un angelito celeste.

Por eso seguro estoy
de que, con gozo infantil,
el Divino Niño hoy
bajó Marisa hasta ti.

Mas mira, chiquilla mía,
que al Niño Jesús le encantan
más que las niñas bonitas,
las niñas buenas y santas.

De modo que, si su afecto
quieres siempre conservar,
en la casa y en la escuela,
te debes bien comportar;

Y obedecer a tus padres,
abuelos y profesores,
siguiendo, de buen talante,
todas sus indicaciones.

Si así lo haces, ya verás
cómo llegarás a ser,
cuando tengas más edad,
una adorable mujer.

Marisa, pelirrojita
que a mi madre embelesaste:
que brilles siempre en la vida,
igual que un sol de diamantes.


VI

HORÓSCOPO NUPCIAL

A mis jóvenes amigos, Manolo Martín y Pilar Falces, en el día de su boda, celebrada en Fitero, el 7 de octubre de 1978.

Manolo y Pilar, pareja
enamorada y dichosa:
¿queréis saber vuestra suerte?
Aquí la tenéis en coplas.

Os casáis en los comienzos
de la estación del Otoño.
Fructífero como ellos
será vuestro matrimonio.

Contraéis nupcias en sábado.
que significa descanso.
Signo es de que vuestro hogar
será un tranquilo remanso.

Hoy es del Papa San Marcos
la festividad anual.
Indicios es de que seréis,
antes de un año, papás.

Como sabéis educar,
porque sois los dos maestros,
no hay miedo de que algún hijo
os salga un tosco gamberro

Os desposáis en octubre,
que es el mes de la vendimias.
Así, pues, como las uvas,
será dulce vuestra vida.

El número SIETE es
el quinto número primo.
Como os casáis en un SIETE,
no vayáis a hacer lo mismo…

Dios con nosotros decir
quiere el nombre de Manolo
Sea, pues, para ti, Pili,
un inmejorable esposo

Y como, a su vez, Pilar
es “pilastras que sustenta”,
ya dispones, pues, Manolo,
de un apoyo de gran fuerza.

En un final de semana,
vuestras vidas enlazáis.
Signo es de que vuestros “week-end”
alegres fiestas serán.

En la iglesia de Fitero,
os dais el SI de la boda.
Resistirá, pues, al tiempo,
como sus grandiosas bóvedas.

Vuestro enlace celebráis,
a la caída del sol.
Signo es de que, en vuestra vida,
obraréis con discreción.

Eres, Manolo, buen mozo;
y tú, Pilar, agraciada.
Tendréis, pues, una familia,
tan lustrosa como sana.

Y como sois, a la vez,
los dos gente de carrera,
tendréis algún hijo sabio
o, por lo menos, atleta.

Celebráis en LOS ABETOS
vuestro banquete de boda.
Es un presagio propicio,
porque dan muy buena sombra.

Y como lo hacéis con cena,
que es una comida parca,
ningún invitado –espero-
saldrá de aquí a cuatro patas…

El signo de la Balanza
preside vuestro himeneo.
No tendréis desequilibrios
de afección ni de dinero.

En fin, en cuarto creciente
de la Luna, os desposáis.
Por tanto, vuestra fortuna,
cual la luna, crecerá.

No sé si todo os saldrá,
como anuncio en este horóscopo;
más es lo que, por lo menos,
deseo para vosotros.


POESÍA POPULAR ANÓNIMA

Hemos recogido más de medio centenar de coplas populares de boca de vecinos y vecinas del pueblo; pero no estamos completamente seguros de que todas sean de origen fiterano. De ellas hemos seleccionado las siguientes.

Como está tan caro el vino
en la Villa de Fitero,
ahora bebe la gente
una copa de aguardiente
y unos tragos del Terrero.

A la luna de enero
te he comprado:
que no hay luna más clara,
en todo el año.

Me voy a ir a casar
con alguna tudelana,
porque las chicas de aquí
no saben hacer las camas.

Nadie diga bien estoy,
porque yo he solido estar,
en casa de balconaje
y ahora vivo en un corral.

Llevas mangas de lino,
cuerpo de estopa.
siempre la mejor carne
lleva pior ropa.

Las mujeres al Sotillo
salen a tomar el sol.
menean mucho la lengua,
pero poco la labor.

-Vamos a bailar, Juliana.
- Voy a servirte, Eleuterio.
- Con el delantal de cuadros,
pareces el mismo cielo.

¡Válgame Dios, qué calor!
si a la sombra, estoy sudando,
¿qué hará mi pobre marido,
en el campo trabajando!

Luego que yo conocí,
antes que otro conociera,
cogí pan y me partí,
antes que el hambre viniera.

Mal haya quien me ha traído
a servir a Valdelagua:
que me he venido a casar
con un herrero sin fragua.

Las mocitas de Fitero
se ponen medias caladas
y zapatos de tres duros,
que no sirven para nada.

Mira que me estás haciendo
una buena y otra mala.
Cuida que no te haga yo
una que sea nombrada.

Te marchaste a Zaragoza;
te llevaron a un ferial;
y como eras mala moza,
no te quisieron comprar.

Ya se han echado los mozos
tapabocas como mantas;
y las pobrecitas madres
no pueden pagar las trampas.

Las mujeres son la causa
de que valga el vino caro:
que unas empinan la bota
y otras escorren el jarro.

De tu ventana a la mía
se pasea una culebra.
dicen que pica, que pica…
más pica tu mala lengua.

Si llevas manta galana,
tus dineros te ha costado.
por presencia de buen mozo,
no te la habrán regalado.

Este año, el Nacimiento
lo tendremos más temprano,
porque dicen que el Mesías
vendrá en aeroplano.

Ya no quiero cantar más
lo que canta la Beltrana:
¡Higos por trapos y hierros!
¡Cajillas por alpargatas!

A las jóvenes les hago
zapatillos de charol,
medias suelas y punteras,
cuatro dedos de tacón.

La que sea pobre y vieja
y tenga malo su coche,
que se vaya a la Arboleda,
que todo pasa de noche.

Eres l´águila imperial
que en el pinar se paró.

Eres más rubia que el alba
antes de salir el sol.

-     ¡Hola, buen chico!
-     ¡Hola, buen mozo!
-     Préstame un duro.
-     No te conozco.

Bendito sea Noé,
el que las viñas plantó:
que de un triste sarmientillo,
sale tan dulce licor.

Yo soy uno, tú eres una:
una y uno que son dos;
dos que quisieron ser uno,
pero no lo quiso Dios.

Si tuvieras olivares,
como tienes fantasía,
el río del Manzanares
por tu puerta pasaría.

Ya sabes que por ti fui
capitán de bandoleros.
Lo primero que rondé
fueron tus ojos morenos.

Llevo buena vida
y estoy como quiero;
que nunca trabajo
y tengo dinero.

No te cases con del campo,
porque siempre viene tarde,
con la alpargata arrastrando
y la cara de vinagre.

Eres el sol de Cirauqui
y la luna de Mañero
y la rosa de Tolosa
y de Fitero el lucero.

Más vale la sal y gracia
que tienen algunos mozos,
que las huertas y olivares
que tienen los padres de otros.

Nunca pidas, nunca debas,
nunca a nadie le hagas mal.
siempre oye, siempre calla
y las gracias me darás.

Fitero ya no es Fitero,
porque se ha vuelto Madrid.
¡Quién ha visto en Fitero,
camareras a servir!

A la Virgen de la Barda
le sacan en procesión,
y con los ojos nos dice:
Hijos de mi corazón.

Eres guapa y buena moza,
mas no te alabes por eso:
que si la carne está cara,
iremos al abadejo.

A casa de la Manuela
ya no se puede subir,
porque le han puesto al Guindera
la gorrilla de alguacil.

Si ese sol que nos alumbra,
se volviera jornalero,
no madrugaría tanto
y andaría más ligero.

El día en que no te veo,
estoy como árbol sin sombra,
como puente sin muralla
y como rey sin corona.





[1]El Cristo de Fitero” fue escrito por Alberto Pelairea bajo el dolor y la impresión del fallecimiento de su madre. Del libro “Antología Poética”. Alberto Pelairea Garbayo. (VII Cuadernos de la Cofradía gastronómica del Pimiento Seco). Pamplona, 1973
[2] Poema publicado en el Programa de las fiestas de Septiembre de 1974.
[3] Fitero, 1980.

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